“[…] ¿cómo, entonces, pueden habitar el

mundo criaturas humanas y no humanas?

“[…] ¿qué clase de mundo es este?

¿en qué tipo de mundo deseamos vivir?

Judith Butler, ¿Qué mundo es este? Fenomenología y pandemia.

Ahora escribo sobre un libro y un autor descubierto casualmente en el estante de novedades de una de las librerías de Guadalajara, que me ha dejado deslumbrado y… es que, sin ser propiamente un libro postpandémico, por su novedad y radicalidad no solamente lo parece, sino que, en verdad, lo es.

Se trata de un texto escrito entre el reporte científico, la especulación filosófica y la ficción literaria; en ese curioso cruce es que encontramos su carácter asombrosamente radical y novedoso.

Aborda -insisto en que de una forma sorprendente- un ser especularmente opuesto a nosotros los humanos; pertenece a la familia de los octópodos, su nombre científico es Vampyroteuthis infernalis.

Su autor es un intelectual judío, ya fallecido (1920-1991), de origen checo; hablante del alemán, el francés, el inglés y el portugués. Exiliado en varias ocasiones.

En pocas palabras, tuvo que vivir la suerte del judío errante.

Vilám Flusser es su nombre.

libro de Vilém flusser louis bee
Portada de ‘Vampyroteuthis infernalis’ / Herder.

Es, quizás, uno de los mejores libros que he leído últimamente.

Y, créanme, no es una exageración.

Bien, sin más preámbulos, voy al contenido del texto.

Pero antes diré algo sobre la edición española del libro; así como de su estructura cabal, tal y como apareció bajo el sello de Herder, en el año de 2019.

Aparte de los Agradecimientos, el libro se compone de:

Una especie de Introducción, firmada por Laura González Flores, bajo el título: Cantar de gesta al futuro.

El libro de Vilám Flusser, compuesto de cinco capítulos: I, Octopi; II, La génesis del Vampyroteuthis (El filo de los Mollusca, La clase de los Cephalopoda y La especie Vampyroteuthis infernalis); III, El mundo del Vampyroteuthis (Su modelo, El abismo y Su existencia); IV, La cultura del Vampyroteuthis (Su modo de pensar, Su vida social y Su arte) y V, La emergencia del Vampyroteuthis.

Un Informe, firmado por Louis Bec, Zoosistematólogo (quien fue amigo de Vilám Flusser), que consiste en una serie de Láminas (15 en total) descriptivas.

Y un texto, a manera de Epílogo, firmado también por Louis Bec, con el título de: Cefalódicamente suyo (una conferencia dada en el contexto de los 70 años de Vilám Flusser).

Cuánta razón tiene Laura Gonzáles Flores, quien al inicio de su texto de presentación nos dice que:

“Si hay una época pertinente para leer el Vampyroteuthis infernalis de Vilám Flusser, esa época es la actual: la marcada por una pandemia que afecta contundente e inesperadamente la vida del Homo sapiens en la Tierra” (p. 11).

Ya que, dice un poco más adelante:

“[…] esta pandemia está modificando nuestro modo de existencia como especie animal. Sus efectos se observan en el nivel de lo genotípico” (Ídem).

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Vilém Flusser, 1984, FH Bielefeld, Symposium.

Tuve que releer el libro y no dejé de sorprenderme, aún más que durante la primera lectura, ante la osadía de Vilám Flusser; pues en su textualidad, tejida entre el reporte científico, la especulación filosófica y la ficción, repito, nos confronta ante el Vampyroteuthis infernalis, llevándonos a cuestionarnos, radicalmente, sobre nuestro ser y sobre la estructura misma de la subjetividad humana como una de las formas de la vida y particularmente de la inteligencia animal.

En esa confrontación reflexiva, trenzada desde los tres aspectos ya señalados, Flusser logra decantar lo humano, siempre en su confrontación especular, filosófica y ficticia, frente al Vampyroteuthis infernalis y su mundo real y ficticio.

Quiero, en este tenor, citar un texto, amplio, sí, pero que se justifica; pues mi ánimo es el de invitar a las y los lectores de Cuerdas ígneas a que sigan por sí mismos, el recorrido pormenorizado que hace Flusser sobre el ser del Vampyroteuthis; siempre confrontándolo con el ser del Homo sapiens.

En el capítulo III, El mundo del Vampyroteuthis, específicamente en el apartado, Su existencia, la especulación y confrontación flusseriana es llevada a su máxima expresión.

El texto de Flusser dice, a la letra, así:

“[…] En este mundo extraño, en el cual los primates eran extranjeros, comenzaron a manipular los huesos y las piedras a fin de convertirlos en <<mediaciones>> con el mundo extraño, en <<instrumentos>> para superar su alienación del mundo. Los primates se volvieron hombres.

“No sabemos de la escisión entre sujeto y objeto en el caso del Vampyroteuthis, aunque sepamos que el proceso debe haber sido comparable con el de nuestra propia escisión, ya que la relación <<Vampyroteuthis-mundo>> es por lo menos tan compleja como la relación <<hombre-mundo>>. Aunque aún ignoremos todo respecto al proceso, podemos intuirlo […]

“Cuando el Vampyroteuthis se asumió sujeto de su mundo, no se asumió, como lo hizo el hombre, como polo activo de su relación con el mundo, sino como polo pasivo. El mundo no es, como para nosotros, el polo opuesto que es necesario atrapar activamente. El mundo,  para él, es el polo opuesto que es necesario sorber apasionadamente. El mundo no es, como para nosotros, un <<campo de acción>>, sino una <<esfera de vivencias>>. Si nosotros los hombres proyectamos nuestra existencia al <<más allá>> del mundo, tendríamos, del otro lado del mundo, un sujeto activo trascendente, Dios. Si el Vampyroteuthis proyectara de esta manera su existencia, él tendría, del otro lado del mundo, un sujeto pasional trascendental, el diablo.

“Todo esto implica que las categorías ontológicas del mundo vampyrotéuthico son diferentes de las del mundo humano. Son ellas las categorías de la <<pasión de la noche>>, mientras que las nuestras son las de la <<claridad del día>>. El mundo vampyrotéuthico es el del sueño, el nuestro, el de la razón despierta. Por cierto, tal diferencia no debe ser exagerada. El Vampyroteuthis no es un romántico puro, ni nosotros ilustrados puros. La complejidad de nuestra organización cerebral hace que ambos razonemos y soñemos. Pero nuestras tendencias están situadas inversamente. Nuestra conciencia es el inconsciente vampyrotéuthico, y viceversa. Esto se refleja en nuestras respectivas posturas: la posición de nuestra cabeza corresponde a la posición de su barriga. Si el Vampyroteuthis analiza el mundo, está haciendo <<análisis de profundidad>>, y si analiza su propio estar-en-el-mundo, está haciendo <<crítica de la razón>>. Su Newton es Freud, su Jung es Einstein.

el vampiro del infierno pulpo o calamar criatura desconocida
Imagen tomada de: Ápeirón Divulgación

“El mundo excita al Vampyroteuthis sexualmente. Palpa el mundo con tentáculos armado de penes y de clítoris. Aprehende y comprende con excitación sexual, y sus conceptos inducen en él el orgasmo. El mundo no es para él sexualmente neutro y por tanto insípido, como lo es para los hombres. Para él, todo tiene sabor masculino o femenino y, así, es excitante. El macho concibe con categorías a las de la hembra, y hay, por lo tanto, <<leyes de la naturaleza>> masculinas y femeninas. El mundo no está hecho de neutral stuff, sino de <<mater-ia>> y <<pater-io>>: [el editor intercala, aquí, la siguiente nota al pie: “Al contraponer Flusser en su texto portugués matéria y patério (pobreza, escasez), su argumento toma un matiz irónico y sorprendente al parecer afirmar el orden de la madre por sobre el orden del padre.”] la dialéctica de los sexos es la dialéctica del mundo. Todas las demás dialécticas, entre lo verdadero y lo falso, entre lo bello y lo feo, entre el bien y el mal, son reductibles a la dialéctica del sexo. Y todas las dialécticas son superables mediante la fusión por el método del coito, por el orgasmo. Sucede que el Vampyroteuthis no reprimió el aspecto femenino del mundo, como lo hizo el hombre. El mundo, para él, tiene ambas dimensiones, las cuales deben ser sintetizadas. Por eso, el Vampyroteuthis no pretende reunir las contradicciones del mundo en edificios teóricos, como lo hace el hombre, sino en el vértigo del orgasmo” (pp. 102, 103, 104).     

Por supuesto que hay más.

Pero, desde mi lectura y perspectiva, la cita hecha, larga, por cierto, nos pone en el corazón de la especulación y confrontación flusseriana; misma que nos permite repensarnos, ahora, de otra manera frente al animal.

Y si también lo hacemos también frente a la máquina, nos obliga a redefinir lo humano. ¿Qué nos diferencia del animal y de la máquina? Sobre todo, de aquella capaz de hacer cosas antes inimaginables.

Es decir, tendremos que actualizar, desde las posibilidades y realidades del mundo de hoy, la famosa cuarta pregunta kantiana: “¿qué es el hombre?”.

Esto es, pues, según mi lectura, lo que se moviliza a partir del texto de Vilám Flusser.

Y es esto lo que nos sigue asombrando, aún después de nuestra segunda lectura.

Les dejo, por lo tanto, con una reiterada y atenta invitación a que se vean, amables lectoras y lectores, a que se vean en el espejo del Vampyroteuthis infernalis.

Puede resultarles, como de hecho me ocurrió a mí, no solamente interesante; sino también impactante.            

J. Ignacio Mancilla

Guadalajara Jalisco, colonia Morelos a 8 de junio de 2023.


Imagen de portada: Vampyroteuthis infernalis / NOAA Okeanos Explorer Program, Océano Profundo 2015: Exploring Puerto Rico’s Seamounts, Trenches, and Troughs / ToughtCo.

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