En mi caso ni he estudiado cine, ni menos sé cómo hacerlo. Es un oficio en el que no estoy. Donde sí estoy es en la sociedad neoliberal, en el consumo, en el entorno en que es el dios dinero el que nos manda a todes y en el que por arriba de amistades, amores, lealtades, calidades científicas, artísticas o académicas y cualquier otro valor que a mis lectores y lectoras posibles se les ocurra, “poderoso caballero es don Dinero” como ya lo decía Quevedo en el Siglo de Oro español
Categoría: arte
Mi reencuentro con Casiopea
Ende, el maestro Ende… se convirtió para mí, sin ser muy consciente de ello al principio, en una fuente inagotable de sabiduría literaria, a la que acudo fascinada, reencontrándome con sus letras cada tanto, buscando entre líneas, atesorando los ejemplares que colecciono con sus obras, todas maravillosas
¿Somos ya una sociedad descorazonada?
Dos hechos recientes, de dimensiones terribles y horripilantes, además de unos relatos de ficción, magníficos y espléndidos, han hecho que me formule la pregunta que da título a estas mis cavilaciones
Diálogos entre lo falso y lo cierto
¿Hasta dónde podemos decir con certeza la diferencia entre falsedades y certezas, entre ficciones y hechos históricos, entre mitologías y vivencias antiguas? La pregunta me ha acompañado en mi labor escritúralo y se ha hecho presente también en espacios académicos, esos de los que he renegado tanto, pero que, al final, también son parte de mi historia