El hombre no puede ser educador del hombre.
José Vasconcelos
La maternidad, otra vez la maternidad. Ésta, junto con la cuestión de la paternidad son dos de los temas con mayor frecuencia abordados en el cine, las series de televisión, las que hay para ver en casa; también se aborda en los libros desde diferentes perspectivas y campos: el psicoanálisis, la filosofía, la literatura, la política y muchos, muchos otros más. En los diversos campos del arte también.
Hoy lo abordaré desde una serie de la plataforma Netflix, de las que están en el Top, lo realiza con bastante ingenio, como un thriller en el que se mezclan asuntos de corrupción de las farmaceúticas , asuntos jurídicos y este asunto de ser madre, una de las figuras esenciales, junto con la del padre, para los sujetos humanos.
Pienso que una de las cosas más interesantes es que el tema es abordado desde una mirada novedosa y además, posibilitada por la ciencia y la tecnología: la de los llamados vientres de alquiler; es decir, mujeres que prestan su útero para que se desarrolle un embarazo con el esperma y el óvulo de una pareja que no puede concebir y que paga por ese servicio, como lo puede ser, desde este punto de vista, cualquier otro servicio en una sociedad que si por algo se caracteriza es por lo comercial.
El asunto se complica mucho porque se trata, desde luego, de mantener en vilo a la audiencia con una serie de giros inesperados en la historia como en las mejores novelas del género llamado negro o policial.
Pero a través de todos los enredos que aparecen al principio de una historia de la que no esperábamos esas vueltas que va a dar, se mantiene como cuestión central, aparte de una crítica del racismo y de la discriminación a los sujetos discapacitados en nuestra sociedad mexicana, así como los temas que arriba mencioné, la cuestión de la maternidad.
¿Qué es ser madre? ¿Cómo maternar como actualmente se dice?
La protagonista principal se presentará como el modelo de ésa que nos ama de manera incondicional y que, asimismo, sería capaz de dar todo por sus hijos e hijas; pero asimismo como antagonista, se presentará una madre demasiada madre, por decirlo de algún modo, que es aquella que no sólo obstaculiza el crecimiento de sus hijos e hijas como seres independientes, sino que además los utiliza para su personal ambición y los convierte en satélites de sus intereses, y con la que no hay la presencia de un padre que ponga límite al exceso maternal.
Y, desde luego, entre estas dos protagonistas, se pasará también por otro tipo de madres que en su exceso de amor o lo que ellas entienden como tal, se hacen cómplices de sus hijos aún para cosas que están fuera de la legalidad y donde tampoco hay un padre que ponga límite al hijo.
Desde esta perspectiva y después de ver la serie uno o una se queda pensando en varios problemas.
Uno de ellos, para mí el esencial, que ya enuncié antes: ¿cómo ser madre? ¿habría una escuela que lo pueda enseñar?
Pues no. En tanto éste no es un tema de educación, sino mucho más complicado; implica, dentro de lo imposible de esa función, como la de la paternidad, entre otras cosas, hacernos conscientes de nuestra propia historia con nuestra madre personal y, como diríamos con Lacan, hacer cuentas con ella en lo real, lo simbólico y lo imaginario, para poder construir, para la historia de nuestras hijas e hijos, otro destino que no sea sólo el de la repetición.
El que la labor sea del orden de lo imposible, como decía Freud, no significa no intentar hacerla lo mejor posible para pasar, como se dice cuando se atraviesa por un análisis personal, de la impotencia a la imposibilidad, que no son lo mismo.
Eunice Michel
Guadalajara, Jalisco. Colonia Morelos a 13 de julio de 2023.
Referencia:
Madre de alquiler. Aída Guajardo. Netflix/Argos televisión. México, 2023.
Imagen de portada:
Póster promocional de Madre de alquiler / Netflix.
Cuerdas Ígneas 
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