Basada en la clásica novela de Alejandro Dumas y ambientada en la Argentina posterior a la cruenta dictadura de Videla, aunque al principio Netflix coloque el consabido aviso de que son hechos y personajes de ficción y que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, los realizadores de la serie, de 145 capítulos (una de las más largas que me ha tocado ver en la plataforma ) recrean, de una manera original y bastante creativa, los años que siguieron a uno de los periodos más dolorosos de la historia del país.
La adaptación de la novela de Dumas, realizada de forma totalmente libre, pone en juego, sin embargo, los elementos esenciales de la historia del escritor francés.
Un hombre joven, quien es hijo de un juez empeñado en juzgar a los responsables de crímenes ocurridos durante la dictadura militar y también a los colaboradores civiles de éstos, y asesinado por ello ya en los tiempos de la democracia, es encerrado en una cárcel marroquí, debido a una trampa orquestada por el padre de su mejor amigo, quien lo acompaña en un viaje a Marruecos.

El padre del mejor amigo del juez asesinado es uno de los políticos más importantes de su región y que estaba siendo investigado por la desaparición de niños y niñas nacidos en los campos de detención de activistas políticos y entregados a familias militares, después de matar a sus padres.
Este tema, que ha sido uno de los más controvertidos en la época que siguió a la dictadura militar argentina y que incluso hoy después de tanto tiempo no deja de estar presente en la memoria del pueblo argentino, dio lugar a una de las luchas más reconocidas y respetadas en el mundo, la lucha de las llamadas Abuelas de la Plaza de Mayo, quienes dieron una batalla legal sin descanso para encontrar a los bebés y entregarlos a sus familiares.
Otro de los elementos que está presente en la serie es la venganza que intenta el hijo del juez ejecutado, después de permanecer 10 años preso y huir de la prisión de Marruecos, por el mar, como en la novela de Dumas y envuelto en el sudario de un compañero de prisión fallecido, el cual en la novela es el Abate Faria y, en la serie, Ulises, quien le heredará una fortuna de la que sólo él conoce el paradero y que se convierte en el recurso para encontrar y juzgar a los culpables de la muerte de su padre.

Hay muchos más elementos y personajes agregados en la serie, pero a mí me gustaría detenerme en un asunto que recorre todo este moderno relato del texto de Dumas.
La cuestión de la paternidad
A lo largo de los distintos capítulos iremos viendo cómo la rivalidad, que ya existía entre el amigo al que se le tiende la trampa en Marruecos y el hijo del político que utiliza a su vástago para llevarle a la emboscada, tiene como centro una discusión sobre la paternidad.
Porque además de los análisis de ADN que realizan las Abuelas para encontrar a los hijos de desaparecidos y desparecidas que fueron entregados a familias de militares, entre los dos amigos mencionados lo que va a enconar la batalla hasta el final, será una lucha por la paternidad, en la que se incluirá un juicio también con implicaciones filiales.
Santiago (Pablo Echarri) y Marcos (Joaquín Furriel) serán los protagonistas en el nivel microhistórico de la lucha que se dio en la macrohistoria argentina y que involucra las cuestiones de la adopción y la consanguinidad, en una batalla cuyo resultado no se verá hasta el final de la serie.
Pero actualmente hay algo que, más allá de la ficción de Netflix me pregunto y les pregunto a los lectores y lectoras y es si este lapso terrible de la historia argentina contemporánea y que la plataforma Netflix trae ahora a su pantalla es un episodio terminado.
Ello porque desafortunadamente, en nuestra época estamos asistiendo al resurgimiento del fascismo y los gobiernos apoyados por la ultraderecha, presentes en varios países del mundo.

Ahí está en el país austral, Milei, y para muestra su regreso a decisiones que apuntan claramente en contra de los logros sociales, como el embate a la universidad pública en Buenos Aires.
Y aquí están, en México, quienes, además de reunirse recientemente con la ultraderecha del mundo en España, están haciendo la guerra sucia al gobierno actual desde hace ya un tiempo largo y cada vez más desesperados en tanto se vieron derrotados en las elecciones presidenciales, con un triunfo abrumador a favor de la continuidad de la apuesta actual de transformación social.
Más allá de ficciones, ¿no será necesario detener a quienes sí están en contra de la democracia y pretenden volver a tiempos que ya se pensaban superados?
Eunice Michel
Guadalajara Jalisco a 9 de junio de 2024. Colonia Morelos.
Referencia:
Montecristo. Miguel Colom, Gabriel De Ciancio, Diego Sánchez, Grendel Resquín. Telefe. Argentina, 2006.





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