Columna invitada
Eduardo Reyes González
Creer en la mala voluntad de la gente ha sido el pan de cada día de todo humano, el desarrollar hipótesis o teorías sin fundamento cuando se pone en peligro nuestra integridad o supervivencia es un común denominador, aunado a esto, el miedo colectivo, noticias fake y el morbo son los ingredientes perfectos para crear teorías conspirativas que, en el descontrol, se vuelven una verdad colectiva que toma parte en la historia y que, se quiera o no, cumple una función de control y satisfacción informativa ante la incredulidad, como ha pasado ahora con la pandemia de la covid-19.
Es seguro que en este universo existe un ciclo de acontecimientos que cada temporalidad se repiten; como seres vivos de corta duración, nunca nos damos cuenta de estos sucesos, como el inicio de una pandemia que, según datos históricos, se da cada 100 años, a principio de siglo. Aun así, no tuvimos suficiente conciencia de indagación para estar preparados para lo que estamos viviendo. Ante la poca información, y desinformación gubernamental, se han creado diversas ideas de conspiración que tratan de justificar su aparición, haciendo a un lado la explicación que da la ciencia, priorizando el miedo colectivo como guía espiritual.
Hemos encontrado las siguientes teorías:
La covid no existe. Desde el inicio de la pandemia surgieron grupos de escépticos que, ante la fatalidad, definieron esta pandemia como un complot por parte de los gobernantes y grupos secretos, con la finalidad de crear miedo y controlar a la población, así mismo, ellos se declararon personas antivacunas, asumiendo que el antídoto es pura mercadotecnia para hacer crecer los bolsillos de las grandes farmacéuticas, las cuales, dicho de paso, sí se están beneficiando en demasía con la alta demanda, y lo harán por mucho tiempo más. Por otro lado, que la vacuna funcione a o no, se quiera aplicar a no, es voluntad propia y cada quien tendrá sus razones. La verdad es que, a estas alturas de la pandemia, la vacuna tiene un porcentaje de efectividad que no es del cien por ciento, pero que, sin dudas, ayuda a evitar emergencias mayores con la enfermedad.

El virus es esparcido por la red 5G. Sugerencia que vino específicamente de comunidades de Rusia, quienes declaraban que, por medio de ondas de radio electromagnéticas se estaba expandiendo el virus. Fue en el inicio de la pandemia cuando diversas compañías de telefonía celular estaban ampliando su infraestructura instalando antenas 5G y en las mismas localidades estaban apareciendo casos de Covid, así fue como la gente enlazó de manera ilógica estas dos vertientes para suponer que esto era posible. Cabe destacar que, en Perú, una localidad rural retuvo a trabajadores de telefonía cuando daban mantenimiento a estas antenas, por el miedo a que esta tecnología fuera la culpable de infecciones de Covid. Científicos han demostrado que los virus no viajan por medio de ondas electromagnéticas. Curiosamente, durante la pandemia de gripe española de 1918, se pensó que era esparcida por ondas de radio de esos tiempos, certeza de que el ciclo se repite.
Bill Gates es culpable de todo. Y siempre que hay un suceso controversial se le achaca la culpa al más rico del mundo, por querer ser más rico gracias a los problemas de los mortales, así que, de esto de la Covid, también tiene la culpa el magnate número 4 de la lista de Forbes que enumera a las personas con más dinero en el mundo, ya que, en diversas situaciones, ha dado su punto de vista sobre problemas bélicos, económicos, científicos, etc. Bill Gates está en la sopa de todo mundo y, bueno, de cierta manera, él fue uno de los revolucionarios del mundo ante la entrada de las computadoras a nuestra casa. Bill Gates empezó a hacer predicciones del fin de la pandemia, así como a apoyar al desarrollo de la vacuna, en la cual el magnate invirtió, pero, además, se menciona que él introdujo un chip a la vacuna con tal de que todo aquel que la adquiriera, tuviera la posibilidad de ser controlado e identificado dentro de la masa. Hasta ahora no hemos visto algún ser humano controlado por un chip implantado en el cuerpo. También se dijo que Bill Gates impulsó este virus para que, por medio de la venta de vacunas, hiciera crecer su fortuna.
El virus fue creado en Wuhan. Con la expansión económica de China, la cual va de la mano con el control de mercados de producción y consumo, Estados Unidos y la Unión Europea manifiestan que el virus pudo haber sido creado en los laboratorios que estudiaban a los murciélagos y que están ubicados en la población de Wuhan, donde habría sido dispersado a conciencia con tal de que se llegara a un control poblacional. Cabe destacar que los investigadores de este laboratorio manifestaron que sí se trabajaba en el estudio del SARS, pero ninguna de las muestras coincidía con el nuevo virus de la Covid, por lo que esta idea fue descartada, aun así, Donald Trump y aliados han manifestado que este virus pudo haberse desarrollado como arma biológica que se esparció adrede.

Dios nos está castigando. Estamos pagando cada uno de nuestros pecados en la tierra y, ante eso, el Dios de cualquier religión de la Tierra, ha desencadenado una pandemia para hacernos pagar por nuestras culpas. Esta es una de las letanías que el pueblo creedor de una teología ostenta; cualquiera que sea la información, científica o conspirativa, al fin de cuentas será el ser omnipresente quien nos curará de este mal y hemos de dejar todo el peso de la redención en él, una teoría que, más que conspiración, es una ideología tan difundida, muy poco fundamentada, pero tan antigua como la creación de nuestro universo.
Existen diversos factores sociales en el individuo que determinan la posibilidad de creer o no en una teoría conspirativa, principalmente está determinado por la inmediatez de la información o la menor posibilidad de acceder a fuentes de investigación; según estudios realizados por BBC Mundo, son los jóvenes de menor rango de edad las personas que más creen y divulgan esta información. Las personas de nivel educativo bajo, y sobre todo habitantes de zonas rurales, también son propensas a creer en esta información, ante la imposibilidad de cotejar información. Las personas de ideologías de extrema, ya sea de izquierda o derecha, también tienden a difundir estos rumores, aunque a veces tiene que ver con la posibilidad de desestabilizar a un grupo de poder, mientras más ruido se genere, como se dice coloquialmente, una mentira en varias bocas se hace verdad.
Verdad o mentira, las teorías de conspiración cumplen su propósito de estigmatizar la verdad, son parte del tratamiento de una veracidad y nosotros hemos sido consumidores de esta información, tanto en las redes sociales o medios de comunicación que dan réplica, aunque parece que estas teorías pueden provocar más temores o incertidumbres en la gente, también tiene la función de aminorar los miedos, ya que, ante tanta información, el ser humano no puede comprobar de manera irrefutable. Estas teorías alivian el cuerpo de las personas al tener una explicación, ilusoria o ridícula, pero información a la mano al fin de cuentas.
Eduardo Reyes González.
Fuentes:
www.youtube.com/watch?v=ElqRHMo0TSU&ab_channel=Aula365%E2%80%93LosCreadores
https://www.bbc.com/mundo/noticias-54706193
Imagen de portada: Miguel A. Padriñan.
Las opiniones vertidas en las columnas invitadas y en las publicaciones especiales reflejan el punto de vista de su autor o autora y no necesariamente el de Cuerdas Ígneas como proyecto de escritura. Para comentarios, observaciones y sugerencias escríbenos a: cuerdasigneas@gmail.com
De todas las teorías conspirativas, no sabría cuál creer. Pero te invito a leer teorías conspirativas que nadie ha tomado en cuenta como
Los robots: https://tragediasliterarias.mx/2021/09/21/los-robots/
o los dentistas: https://tragediasliterarias.mx/2021/09/14/el-miedo-al-dentista/
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😱 Las leeremos. ¡Gracias!
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