A la memoria de Rosalind Franklin, la físico-química británica que descubrió la estructura de la cadena molecular del ADN.
La historia no es muda.
Por mucho que la quemen,
por mucho que la rompan, por mucho que la mientan,
la historia humana se niega a callarse la boca.
Eduardo Galeano
Personalmente, prefiero, en el cine y en la literatura, y quizá en el arte en general, las creaciones que logran enlazar los dos sujetos fundamentales en la historia humana: el Sujeto social o colectivo y el Sujeto particular, nuestras pequeñas historias de cada día.
Pienso que el reconocido cineasta español Pedro Almodóvar logró con creces estas dos cosas en su última película, Madres paralelas, cuyo título mismo da lugar a varias interpretaciones.
Madres paralelas, sí; porque paren el mismo día; pero también porque sus rumbos o caminos de vida van a ser, de ahí en adelante, rumbos paralelos.
Por otra parte, la madre como Nación. Esa España que busca, con uñas y dientes, y con lo que queda de los desaparecidos y desaparecidas en las fosas comunes cavadas por ellos mismos, los asesinados por los falangistas durante el periodo franquista, recuperar, por medio de la Ley de Recuperación histórica su pasado, que finalmente, como nos muestra de manera genial Almodóvar, es también su presente en tanto no quede desenterrado, en todos los sentidos de la palabra.

Esos restos humanos hablan, son el archivo actual de un pasado, el de la resistencia del pueblo español contra la dictadura de Francisco Franco, memoria de la que no se quiere hablar oficialmente; pero, asimismo, el recuerdo del que los familiares de las víctimas y los ciudadanos y ciudadanas del país no se olvidan.
Cuando ve una la película, desde mi perspectiva propondría una pregunta esencial: ¿quién es el protagonista del filme?
Sí, las dos mamás que parieron, sí también aquéllas que, junto con los hombres e incluso una niña, están buscando los restos de sus seres queridos.
La otra interrogación que podríamos hacer al filme de Almodóvar es: ¿cuál es el o los temas de la película?
¿La cuestión de la maternidad? ¿La paternidad, que, como decían los médicos en la generación de mi hermana mayor es “un acto de fe”? ¿Las pruebas de filiación, ya sea materna o paterna? ¿La búsqueda de los desaparecidos? ¿El feminismo? ¿El lesbianismo? ¿Las relaciones de pareja?

Sí, todos esos protagonistas y todos esos asuntos, pero desde mi lectura yo agregaría otro que también está en juego. Me refiero al ácido desoxirribonucleico, más conocido por sus siglas, como ADN, cuya estructura molecular, como dije en la dedicatoria de esta reseña, fue descubierta por la joven investigadora británica Rosalind Franklin, quien falleció de un cáncer de ovarios a los 37 años, enfermedad que se asocia a las largas horas de experimentos en el laboratorio de Rayos X. Sólo la fotografía 51, que muestra la organización helicoidal de la cadena molecular del ADN, requirió 100 horas laborales.
Franklin falleció en 1958, 4 años antes de que el Nobel de Medicina fuera entregado a tres varones colegas de ella: James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins; este último, jefe del laboratorio en el que ella trabajaba y de quien se sabe entregó los datos y fotos del trabajo de Franklin a los dos primeros, lo cual constituyó la base que les permitió obtener ese reconocimiento .

Rosalind Franklin se fue de esta tierra sin que nunca, ni siquiera póstumamente, se le otorgara el reconocimiento que merecía por un descubrimiento científico que cambiaría las pruebas de filiación, forenses y criminalísticas para siempre.
Con el espíritu del próximo 8 de marzo, vaya mi participación en Cuerdas Ígneas esta vez como un modesto homenaje a esta mujer que descubrió con su entrega, brillantez, rigor y disciplina en su trabajo como científica la base de algo que se convertiría en lo que el filósofo francés contemporáneo Alain Badiou, llama del orden del acontecimiento, en el terreno de la ciencia.
Y vean la película, no se arrepentirán y al contrario. Está disponible como reciente estreno en el catálogo de Netflix y para quienes prefieran el cine anterior a la pandemia, en el Cine Foro de la Universidad de Guadalajara, Av. Enrique Díaz de León y Av. Vallarta, frente a la Rectoría de nuestra Alma Mater.
Eunice Michel.
Guadalajara, Jalisco, 4 de marzo de 2022, colonia Morelos.
Referencias
Madres paralelas. Pedro Almodóvar. 2021. Remotamente Films / El Deseo / RTVE. España.
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