Apenas el pasado 6 de agosto se cumplieron 78 años de la barbarie atómica de Hiroshima y como escribió David Brooks, el corresponsal de La Jornada en Estados Unidos, en los medios estadunidenses lo que predominó fue la no noticia al respecto. Creo que fue igual en todo el mundo; incluyendo México.
En este contexto quiero hacer una primera lectura, apenas muy general, de la serie Invasión secreta, que puede verse en la plataforma Disney+.
Quizás lo más destacable de dicha serie son las actuaciones de Samuel L. Jackson en el papel de Nick Fury y Ben Mendelsohn como Talos, el Indómito; y creo que lo mismo puede decirse del elenco que los acompaña, aún con sus diferencias. Y cabe resaltar, también, a la actriz Emilia Clarke en su representación de G’iah, la hija de Talos; quien al parecer será un personaje protagónico.
La trama, la invasión (secreta) de extraterrestres (skrull) que se quieren apoderar de la Tierra, con su aparente y vieja denotación de la guerra fría entre Rusia y Estados Unidos; aunque, en realidad, ahora son los Estados Unidos los que mediante un discurso de odio (hacia los extraterrestres) optan por el riesgo de desatar una tercera guerra mundial. Esto en la serie.

¿En la realidad no?
Mi lectura, de alguna manera sesgada y de reojo, me hace ver de un modo otro la realidad y la ficción misma. Y es sobre lo que quiero escribir esta ocasión, en mi primera aproximación a la serie.
Sí, de un modo otro, porque en la realidad, más allá de las denotaciones simples, hay una guerra entre Rusia y Ucrania, en la que en verdad Estados Unidos y Occidente todo, camuflados en los intereses “nacionales” de Ucrania persiste en la guerra. No menos que Rusia, cierto. Y la posibilidad de una tercera guerra mundial es muy real, de no pactarse un armisticio; pudiéndose llegar a una conflagración nuclear, no ficticia, que pondría en grave riego el planeta y la vida toda.
Del lado de la ficción, y me apoyo en la poesía jugada en la serie misma, también la leo de otro modo; pues, con un gran respeto por la diferencia (aún con todos los riesgos que ello implica), en la serie hay una bella saga de amor (poética) entre Nick Fury y Priscilla Fury (Charlayne Woodard) que es llevada al éxtasis en el capítulo 4; pero sobre todo en el cierre del capítulo sexto. No comento para que vayan a verla.

Cito el poema de Raymond Carver (1938-1988), Late fragment (Último fragmento), referido en la propia serie (específicamente en el capítulo 4), ya que hace sentido y centro para lo que esta vez quiero sostener: que sería el amor frente al odio, lo que nos salvaría a todas y todos en el planeta tierra.
Dice así:
And did you get what
you wanted from this life, even so?
I did.
And what did you want?
To call myself beloved, to feel myself
beloved on the earth.
(¿Y lograste lo que
querías de esta vida, a pesar de todo?
Lo logré.
¿Y qué querías?
Ser amado, sentirme
amado en la tierra.)
Solamente viendo la serie (la primera temporada consta de 6 capítulos), se puede apreciar todo lo que se pone en juego en la trama misma y en la historia entre Nick y Priscilla Fury; cuyo amor se construye en medio de una cruenta historia de odio y destrucción.
¿Por qué en el mundo actual y no solamente en la ficción, predomina el odio sobre el amor?
¡Ay, las derechas son especialistas en sembrar odio, en el mundo y en México! ¿Verdad señora y señor X?
Bien, quise enlazar esta mi reflexión con el “olvido” por parte de la prensa de Estados Unidos del 78 aniversario de la bomba atómica, de nuevo puesta en primer plano por la película Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023); de la que me ocuparé próximamente, para seguir con el tema del amor y la guerra.

La versión de Nolan trae de nuevo, insisto, desde la ficción, pero basándose en la realidad, las contradicciones sociales y políticas de Estados Unidos y del mundo todo, que, en aquel entonces, llevaron a la creación de la bomba atómica: teniendo a Robert Oppenheimer como protagonista principal.
Pero esta ya es harina de otro costal.
Nota: He tomado el fragmento de la siguiente página; en la página se nos dice que el fragmento del poema yace en la lápida —a manera de epitafio— del poeta:
https://poemario.com/fragmento/
J. Ignacio Mancilla
Guadalajara Jalisco, colonia Morelos a 17 de agosto de 2023.
Imagen de portada: Cinemascomisc.





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