“Para mí la única ciencia verdadera, seria,

 a seguir, es la ciencia ficción.

La otra, la que es oficial, quien tiene sus altares

en los laboratorios avanza a tientas sin destino

y comienza incluso a tener miedo de su sombra”.

“La verdad tiene una estructura,

por así decirlo, de ficción”.

Este octubre se cumplieron 22 años de la serie Smallville, que trata —las 10 temporadas— de cómo Clark Kent deviene, en un proceso de iniciación muy complejo, en Superman; en el capítulo 2 de la temporada 10, hay una abierta alusión al Übermensch, de Nietzsche. Además de otras referencias, una de ellas en los primeros capítulos de la primera temporada.

La serie se estrenó después del derrumbe de las Torres Gemelas, en Nueva York, que motivó un giro radical en la política de los Estados Unidos hacia la derecha, hoy cada vez más acentuada; al grado de que ya son —prácticamente— indistinguibles el Partido Demócrata del Partido Republicano. Desde esta perspectiva, de ninguna manera es casual la deriva protofascista representada por Donald Trump, quien ya fue presidente y se apunta, aún, como el virtual candidato del Partido Republicano para las elecciones del 2024 de los EE. UU. En las que se jugará, históricamente, la tensión entre fuerzas conservadoras y libertarias, muy al modo estadunidense, por supuesto.

Lo que haré, en esta ocasión es una primera lectura (muy general), apuntando algunos temas que, desde mi perspectiva, son de sumo interés; todavía hoy, como son: las relaciones padre e hijo representadas en la serie, de manera antitética, por los Luthor (Lionel y Lex) y los Kent (Jonathan y Clark). En esta línea de reflexión entra, también, Jor-El, el padre biológico y kryptoniano de Clark; y no precisamente de manera secundaria

jonathan y clark kent
Jonathan y Clark Kent. (Fotograma de ‘Smallville’ / The WB).

Toda la saga está atravesada por la singularidad de las relaciones paternas entre los Luthor y los Kent; no sin unos curiosos traslapes que detallaré no esta vez, pero sí cuando ahonde mi reflexión sobre esta serie, de la que expongo, ahora, como ya dije, una visión muy general.

¿Acaso es casual la contradicción entre la familia Luthor y la familia Kent, la primera dueña casi de todo (de hecho, es una Corporación, LuthorCorp) y la segunda representante de los granjeros medios?

¿No está jugada, en alguna medida, en esta contradicción toda la historia de los Estados Unidos?

De igual modo, la amistad entre Clark y Lex es de una enorme complejidad, ya que se encuentra todo el tiempo en tensión, por el amor y el odio, por la envidia y los celos y otras peculiaridades humanas, demasiado humanas; de las que Clark Kent no es ajeno, pese a ser un kryptoniano, pero que fue educado como humano.

Otro tema es el del amor, entre Lana Lang y Clark Kent y entre éste y Lois Lane. Incluso entre Chloe Sullivan, a mi juicio el verdadero amor, radicalmente imposible; pues Clark Kent nunca la ve deseantemente, sino tan solo como amiga. Pese a que Chloe está dispuesta a hacer lo que sea por Clark. Incluso morirse, cosa que sucede en la serie.  

novias de clark kent
Lana Lang y Clark Kent. (Fotograma de ‘Smallville’ / The WB).

Pero antes de entrar en esta primera panorámica de la serie, que tiene de fondo, todo el tiempo, la historia misma (inmediata y mediata) de los Estados Unidos, en tanto su dilema eterno entre la democracia y la tiranía; la lucha entre el bien y el mal, antes diré, pues, algunas cosas sobre esta particular saga de ficción que mantuvo una audiencia de más de 5 millones de espectadores hasta la temporada 5. Para caer su audiencia, en las últimas dos temporadas, hasta los 2 y 3 millones de telespectadores.

El primer capítulo de la primera temporada aborda el arribo de Clark Kent al planeta Tierra y su “encuentro” (“programado” de alguna manera) con la familia Kent.

El último capítulo de la temporada diez trata la conversión, ya plena, después de múltiples y difíciles pruebas (de iniciación) de Clark Kent en Superman; ya con el clásico traje azul-rojo, la capa y el símbolo kryptoniano que todas y todos leemos y entendemos como la S de Superman.

La historia se cuenta a lo largo de 217 capítulos, unos muy buenos y otros que no valen mucho la pena y que nos narran cómo van apareciendo los poderes de Clark Kent; a la vez que Jor-El le va poniendo pruebas a Kal-El (el nombre kryptoniano de Clark Kent), cada vez más complejas y en las que se jugará su destino, como Salvador de la Tierra.

¿Un nuevo mesías?, o simplemente ¿el advenimiento del Superhombre (Übermensch) nietzscheano?

s de superman
Superman. (Fotograma de ‘Smallville’ / The WB).

Hay en la saga toda una ambigüedad que se mantiene permanentemente.

La serie obtuvo varios premios, pero quiero decir algunas cosas sobre el reparto que encarnó a los personajes; sobre todo a los principales.

Como suele suceder en estos casos, la actuación de los malos es muy destacable: en particular de Michael Rosenbaum y John Glover, en los papeles de Lex y Lionel Luthor, respectivamente.

Del otro lado, cabe resaltar la actuación de John Schneider como Jonathan Kent.

¿Se imaginan otro Clark Kent al encarnado por Tom Welling?

¿Qué decir de Lana Lang, representada por Kristin Kreuk? Mucho habría que decir sobre la relación adolescente entre Clark Kent y Lana Lang; llena de altibajos y que termina por darse y no darse, para que aparezca la clásica relación de Clark con Lois Lane, protagonizada por una excelente Erica Durance.

En lo personal quiero destacar el trabajo de Allison Mack, que encarnó a Chloe Sullivan y que, en la vida real, lamentablemente, se vio enredada con la secta NXIVM; llama la atención, aquí, el traslape de la ficción y la realidad, pues en la serie Chloe Sullivan siempre se enganchaba con personajes oscuros y transgresivos.

¿Por qué Allison Mack terminó enredada con NXIVM?

Dejo la pregunta.

allison mack
Chloe Sullivan. (Fotograma de ‘Smallville’ / The WB).

Por el contexto actual, no quiero dejar de hacer una reflexión sobre el trasfondo social y político de la serie, que alcanza su clímax en los últimos capítulos con la confrontación de Clark Kent y el General Zod, protagonizado por Callum Blue (bastante destacable).

Los valores jugados, todo el tiempo, son la libertad y la democracia, por un lado y, por el otro, la tiranía y el sometimiento.

Cabe recordar que el estreno de la primera temporada se da después del derrumbe de las Torres Gemelas, que representó un giro radical en la política externa e interna de los Estados Unidos. Política que se mantiene hasta hoy día.

Giro y deriva de la que Estados Unidos no termina de salir.

¿Saldrá?

Por lo acontecido en Gaza, recientemente, queda la duda, pues parece que es la lógica del General Zod la que está hegemonizando, pero con la coartada de Clark Kent; es decir, bajo la apariencia de mejor padecer el mal que hacerlo, pero…

¿Quién cree todavía el discurso ya caduco de Joe Biden?

No cabe duda, el Imperio está en crisis; sin importar su apoyo al ataque terrorista de Israel a la franja de Gaza, que mantiene la misma lógica desde 1948.

Así las cosas, aunque se les envuelva con discursos para el consumo democrático. Pero el ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, se parece más al General Zod, con su discurso de odio, al referirse a los palestinos como “animales humanos”.

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General Zod. (Fotograma de ‘Smallville’ / The WB).

¿Quién les cree?

Por mi parte, como decía mi madre, no les creo ni el Bendito.

Ni a Biden, ni a Gallant.

Nota: wikipediazo descarado, como dice Slavoj Žižek; en Wikipedia, en la entrada Smallville (serie de televisión) pueden encontrar una información muy sintética sobre la serie toda, que vale la pena para las y los lectores que quieran una panorámica muy general sobre la serie.

Y en lo que respecta a la cuestión palestina, remito a al sobrio análisis que hace José Blanco en La Jornada del 24 de octubre en su artículo Los palestinos.


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