“En México no hay tragedia: todo se vuelve afrenta”.
Carlos Fuentes, La región más transparente.
El domingo 26 de noviembre asistí a un evento sumamente doloroso, en el contexto de la FIL 2023; de hecho, fue un acto organizado como parte de las actividades de la FIL.
El tema fue: La desaparición de personas en México. Lucha, memoria y resistencia desde la sociedad civil.
En memoria de todas las personas buscadoras que han muerto sin encontrar justicia.
Estuvieron presentes, por supuesto, académicas y académicos de la Universidad de Guadalajara, de la UNAM y de otras instituciones; además de las representantes de ese nuevo oficio, según el capitán Marcos (antes sub Galeano y más antes sub Marcos), llamado “buscadora”.
Con la participación de ellas y ellos, también hay hombres buscadores, el evento llegó al clímax de dolor, por el padecimiento de la gran agonía que todavía sufren por la atroz desaparición forzada de sus hijos e hijas.
Sin que las autoridades de los tres niveles de gobierno hagan nada.

¿Por qué a pesar de este gran mal no hemos podido hacer algo para pararlo?
Afrenta, para decirlo con las palabras de Ixca Cienfuegos, el personaje de La región más transparente de Carlos Fuentes, de padecer, en México más de 100 mil desparecidos (111 mil, según las cifras oficiales).
Y en Jalisco 16 mil desaparecidos con apenas 43 consignaciones; es por ello por lo que, en todo México y Jalisco, según las palabras de las buscadoras y buscadores: “siempre estamos buscando a nuestros desparecidos”.
Ellas y ellos, las buscadoras y buscadores (predominan las mujeres; las madres particularmente), en tanto no saben nada del destino de sus hijas y de sus hijos dicen de sí “estábamos muertos y sin embargo respirábamos”.
¿Estamos perdiendo, como sociedad, las “cualidades” de la “empatía”?, como dicen las buscadoras y buscadores.
¿Somos, ya, una sociedad “ciega y sorda”?
Estas preguntas calan hondo.
Así fueron formuladas en este evento tan singular, en Guadalajara, la capital de lo que ellas y ellos llaman el “epicentro de las desapariciones”.
Y el gobernador tan… campante.
Y no es que el estado, en sus distintos niveles, municipal, estatal y federal, simplemente no haga caso; hay instancias para ello, pero la cuestión es que las desapariciones persisten. Nacional y estatalmente.
Esa es la realidad. La siniestra realidad.
De ahí que, también digan, que en Jalisco y en el país todo hay una crisis humanitaria y que la violencia se haya disparado, exponencialmente.

¿Qué necesitamos hacer para superar esta trágica realidad?
¿Cuál es la mejor manera de incidir en esta terrible situación?
Por lo pronto, ir más allá de la mera empatía con las y los buscadores; hacer el problema nuestro, para poder ponerle un alto a todo lo que tenga que ver con las desapariciones, el feminicidio y la muerte.
Tenemos que sembrar la vida y su colorido y alegría, ello en contra de la muerte y su negrura y tristeza.
Se trata de desmontar el cinismo de los políticos que no obstante ser no pocas veces los responsables de las desapariciones, no hacen nada y todavía pretenden perpetuarse en los puestos; como si hubieran hecho bien las cosas en beneficio del pueblo.
No les demos la oportunidad de seguir lucrando con la política; tenemos que hacer que sean castigados por haber violentado la ley.
¡Ya basta de impunidad!
¡Castigo a los responsables directos e indirectos de las desapariciones!
¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!
Nota:
Imposible dar cuenta, aquí, de todas las participaciones; fueron 13 en total. Hemos destacado, sobre todo, las de las buscadoras y buscadores. A quienes les manifestamos nuestra más profundo respeto y admiración: son, en verdad, las y los ciudadanos que nuestro país necesita.
Las y los participantes vienen en la foto de la difusión del evento; como ya lo dije, cada participación, merecería una reflexión propia, pero por el espacio aquí disponible, decidí hacer este texto general.
J. Ignacio Mancilla
Guadalajara Jalisco, colonia Morelos, a 30 de noviembre de 2023.
Imagen de portada: madres buscadoras saliendo de una fosa clandestina en Tlajomulco, Jalisco. (Foto: Fernando Carranza García/Cuartoscuro).





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