Ese día llegamos temprano al Parque México (Condesa), en un horario distinto al acostumbrado. Íbamos los 3. Me uní a Brina y a Vic para visitar uno de sus sitios preferidos, al cual acuden casi siempre por la noche.

En el estanque, un grupo de patos estaba causando un gran revuelo. Parecían estar peleando por comida. Sus graznidos furiosos llenaban el aire.

—Creo que se están peleando por un pato… por el cadáver de un pato.

Víctor me sacó de mi observación ensimismada del agua y puse atención a la pelea. Había algo por debajo de la superficie que parecía una cabecita… Después de mirar incrédula por varios minutos comprobamos que era un pato. El pato estaba muerto… y los otros patos se disputaban su cadáver como si se tratara de un suculento botín.

¿Los patos son caníbales?

La pregunta se quedó en el aire, mientras buscamos alrededor a quien reportar la situación. Caminamos algunos metros, Brina encabezaba la marcha con sus pasos danzarinos.

Encontramos una puerta y entramos por ella. Un chico se acercó y le informamos de lo que habíamos atestiguado. Hay un pato muerto. ¿Dónde? Preguntó. Señalamos entre los arbustos.

Y fue así que nos enteramos de que los patos, además de ser animales agresivos y no aceptar fácilmente a nuevos miembros en su comunidad, muestran también comportamientos caníbales. Pregunté si era por el cautiverio. La respuesta fue negativa; lo hacen también en su estado natural.

A veces, las personas abandonan patos introduciéndolos en la población que habita en el pequeño lago artificial del Parque México. Los otros patos pueden reaccionar con violencia ante esto. Muchas veces atacan al recién llegado y en ocasiones lo devoran.

patos del parque méxico
Parque México, Condesa, Cdmx. (Foto: Víctor Hugo M.)

Como siempre, los seres humanos, interviniendo en la naturaleza para causar daño.

También supimos que hace algunos meses (en octubre de 2023), la Alcaldía Cuauhtémoc dejó de enviar comida a los patos. Por semanas no tuvieron alimento y en redes sociales se publicó el caso para pedir ayuda. La gente acudió a lanzar pan, tortillas y lechuga a la población de aves, quienes ya se encuentran muy acostumbradas a la presencia humana y a ser alimentadas. Finalmente, su comida fue enviada de nuevo por parte de la alcaldía.

Preguntamos qué podíamos donar para los patitos. Nos dijeron que maíz troceado, por ser el alimento que más nutrientes les aporta. La lechuga también es de su agrado, aunque sobre todo les sirve para hidratarse.

No sé si Brina pudo ver que el pato estaba muerto. Ella recorrió feliz todo el espacio en el que estábamos platicando.

Quienes se encargan de los patos lo hacen por humanidad (en palabras del trabajador que nos recibió), pues no hay un presupuesto específico destinado para ellos ni personal que cumpla esta función en particular, sino que son atendidos por quienes cuidan las áreas verdes.

Cuando ya nos retirábamos, dos trabajadores se acercaron hacia donde estaba el cadáver para retirarlo del agua, el cuerpecito permanecía un poco hundido en las aguas poco profundas de la orilla.

Nos fuimos tristes por el destino fatal de aquel patito, del que desconocemos su historia. Es cierto que la muerte es parte de la vida, sin embargo, no deja de ser un tanto como ver hacia La Nada de Fantasia; te topas con ella de cerca, reflejada en los ojos apagados de un ser, y un escalofrío te recorre el cuerpo mientras ves lo que antes tenía vida y ahora yace inerte.


Deja un comentario

Lo último