“El presente real debe hacerse, un camino

debe indicarse, experimentarse, en un espacio

que no es ni el de la repetición ni el de la proyección”.

Voy a escribir sobre las recientes elecciones, como una pausa, todavía, entre pulir un escrito que presenté el 12 de mayo pasado, en el Cartel Estado y Discurso psicoanalítico de la Escuela de la Letra Psicoanalítica (ESLEP) y mi tercer Decálogo político (que sigue todavía en espera, pendiente).

¡Ay la derecha mexicana!

¡Tan pobre de ideas y tan rica y llena de odio, racismo y clasismo!

¡Y tan corta de la sesera!

¡Siguen sin entender que no entienden!

¡Comprenden poco o nada al pueblo que aspiraba a gobernar!

¡Y siguen sin discernir el porqué de su derrota electoral!

¡Continúan, a estas alturas, inventando excusas y buscando no sé qué, en lugar de asumir su fracaso!

¿Qué vamos a hacer con esta derecha tan mísera, políticamente?; pero ¡cuidado!, no por ello es menos peligrosa.

pri pan y prd perdieron elecciones 2024
Marko Cortés Mendoza, Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas y José de Jesús Zambrano Grijalva, dirigentes del PAN, PRI y PRD, respectivamente. (Foto: Contralínea).

La contundencia del triunfo de Claudia Sheinbaum fue tal, más de 32 por ciento de diferencia; sin embargo, esta derecha rascuache no deja de impugnar y sigue haciendo, todavía (a destiempo), guerra sucia; destilando más odio, racismo y clasismo.

Aunque ya fueron derrotados. No son capaces de autolimitarse en sus exabruptos.

¿Por qué ganó Claudia y qué sigue?

Lo que se jugó en las pasadas elecciones fue: la continuidad del rescate del Estado y de la Nación como un Estado benefactor, que combate la desigualdad económica y política. Se ha avanzado y el mandato de la copiosa votación, casi 36 millones de votos, en favor de Claudia es que prosiga la transformación.

Esto contra la regresión de la añeja política y el viejo proyecto neoliberal, con sus secuelas de corrupción y el favoritismo de las elites económicas, políticas; incluso intelectuales. La verdad, son tan ridículos los Aguilar Camín, los Enrique Krauze y demás secuaces, en su lucha contra sus fantasmas autoritarios. Lo que añoran son sus privilegios y son absolutamente incapaces de dar cuenta de lo que acontece (porque la realidad y lo que la gente quiere no les gusta).

Esto fue lo que representó Xóchitl Gálvez y el frente de derecha que la postuló, cuyo mandamás, Claudio X. González, y toda la cúpula empresarial, gastó un dineral en su estrategia de calumnias y mentiras y no les funcionó. ¿Darán cuenta, algún día, de lo que gastaron?

La verdad no lo creo; rendición que ya les ha pedido el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.

marchas derecha méxico ine
Fotografía: Puedjs / UNAM.

Su derrota fue porque la gente, en su mayoría, quiso y anhela la continuidad. Es por eso por lo que Claudia ganó, incluso con más votos de los que le dieron el triunfo a AMLO en el 2018.

Es algo que todavía no les cabe en la cabeza, que no se ve que tengan mucha, por la campaña que hicieron y por todo lo que destilaron y siguen alambicando con su odio, racismo y clasismo.

¡Allá ellos!

En el pecado llevaron la penitencia. Pero no quieren inferir que son ellos los que tienen que cambiar. Y persisten, como decía un anuncio, con su “pan con lo mismo”.

Cosa que, como ya lo dije, no los hace menos peligrosos, pues seguirán y persistirán con sus truculencias e ilegalidades.

Espero que muestren un poco de inteligencia, y que sean un poco autocríticos, para que puedan emprender algunos cambios que los haga ver menos estrafalarios, y más eficientes, políticamente. Es su responsabilidad.

Cierto que, todavía, no poca gente, de abajo inclusive, sigue “creyéndoles”, pero, por lo visto en esos 35.9 millones de votos, cada vez tienen menos credibilidad. Su crédito se les está agotando.

¿Serán capaces de cambiar?

Es por todo lo anterior que, a MORENA y a Claudia, específicamente, le funcionó su llamado al famoso plan C.

Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México. (Foto: EuroNews).

Y lo que sigue, por tanto, son las reformas que no pudieron hacerse; en especial la reforma al poder judicial.

Para que el aparato de justicia sea menos (per)judicial de lo que ya ha sido.

De modo que, ante todo lo que se viene, no nos quedaría nada mal ir aprendiendo a organizarnos, para así exigir que los cambios vayan a fondo y en beneficio de los de abajo.

Dicho con las palabras, ya muy conocidas, de AMLO: primero los pobres.

El mandato, pues, es más que claro: seguir adelante con la Cuarta Transformación (4 T).

Vamos, pues, a seguir caminando para adelante.

Pero tenemos que organizarnos.

¡Organicémonos, pues!

El acta de defunción que recibió el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en las recientes elecciones nos obliga a un análisis más detallado y que será posterior; por lo pronto basta con hacer claro el carácter grotesco y hasta caricaturesco de su última aventura (la alianza con el Partido de Acción Nacional —PAN— y el Partido Revolucionario Institucional —PRI—). Cuestión que tendrán que explicar Jesús Ortega y Jesús Zambrano —los Chuchos— y no eximir su responsabilidad en un llamado a un nuevo partido. Los muertos del PRD, sobre todo en tiempos del salinato, son un asunto de memoria histórica y de justicia política que no puede ser escamoteado. Así como Claudio X. González tiene que explicar los dineros de la guerra sucia, los Chuchos tienen que dar cuenta de su deriva derechista, que comenzó con la firma del Pacto por México con Enrique Peña Nieto y culminó con ponerse a la cola del PAN y del PRI en las recientes elecciones.

partidos políticos derecha mexicana
Imagen de la coalición PRI/PAN/PRD (2021) / Capital 21.

Deja un comentario

Lo último