En algún momento de mi vida experimenté con las artes escénicas, primero estudiando teatro en el taller de Eduardo Villapando, en Guadalajara, después formando parte de diversas puestas en escena con el grupo de teatro PlasmArte y como invitada con otros grupos.

A esos años maravillosos debo el haber adquirido distintas herramientas sociales que me permitieron desenvolverme mejor, tener seguridad y perder el miedo a hablar en público y a desarrollarme en cualquier actividad que implicara contacto con audiencias.

Mucho ha transcurrido desde entonces, dejé el teatro como actividad, mas nunca me he alejado de las artes escénicas ni del arte en general. De alguna forma u otra me he mantenido participando en proyectos relacionados con el quehacer artístico y la gestión cultural. Ese ha sido mi horizonte de vida en más de una década, así que ir al teatro es parte de esa agenda personal que nutre mis pensamientos e ideas.

los amores criminales de las vampiras morales teatro torres bodet plasmarte
Ana Isaura González Flores e Inés M. Michel. Los amores criminales de las vampiras Morales (Dir. Gilberto Izquierdo) / Teatro Jaime Torres Bodet, Guadalajara, Jalisco, 2011. (Foto: Mariana R. R.).

Dos han sido las obras recientes a las que acudí como público de las que quiero hablarles hoy, muy diferentes una de la otra.

La primera amerita un espacio en estas Cuerdas, pues Víctor estuvo implicado en ella como director. El 12 de julio se graduó de la secundaria el grupo del que Vic fue tutor durante el pasado ciclo escolar en la Escuela Waldorf de México. Como parte de sus actividades de graduación se montó La vida es sueño, de Calderón de la Barca.

¡Que obra! De este montaje podemos extraer un célebre monólogo, el cual es el soliloquio más famoso del drama español y que sigue resonando en tantos lugares. Sueña el rey que es rey

la vida es sueño escuela waldorf de méxico
Programa de mano de ‘La vida es sueño’ / Escuela Waldorf de México.

¿Qué podemos aprender en esta puesta en escena que nos hace reflexionar sobre los sueños, sobre la realidad?

Probablemente una de las enseñanzas sea no tomarnos la vida tan en serio, pues podría simplemente tratarse de una ensoñación, una ilusión.

¿Vale la pena vivir entonces en esta realidad ilusoria? No tengo una respuesta definitiva para ello. De lo que sí estoy convencida es de que vale la pena hacer vínculos de amor y de confianza con quienes nos acompañan en el viaje de la vida. Eso al final de cuentas sería lo único que realmente impactará más allá de lo que podemos percibir con los sentidos adormecidos que nos pertenecen.

Siempre que tengan oportunidad de asistir a un montaje de La vida es sueño, háganlo. Las diferentes propuestas escénicas, así como las actrices y actores que van encarnando a cada personaje otorgan nuevos matices al texto de Calderón de la Barca.

Me gustaría felicitar a las graduadas por su esfuerzo en este montaje, personificando a varias figuras cada una de ellas. Y también a Víctor Hugo Magallón, por encauzar el trabajo de estas adolescentes que ahora navegan en los mares de la preparatoria. Ellas son: Julieta Pérez Brendel, Kira Ibarra García, Luna Velázquez Carbajal y Hannah Magdalena Dahl-Bredine.

programa de mano la vida es sueño teatro mexico waldorf
Programa de mano de ‘La vida es sueño’ / Escuela Waldorf de México.

Los dibujos que aparecen en el programa de mano fueron hechos enteramente por las alumnas, quienes demostraron de esta forma sus múltiples talentos, todos ellos cultivados durante su paso por la pedagogía Waldorf, la cual se centra en el arte como herramienta de aprendizaje.

Ahora pasaré a la última obra que Vic y yo fuimos a ver juntes. Un tranvía llamado deseo fue adaptada y montada por del joven director Diego del Río en el Centro Cultural del Bosque con un elenco de lujo que cuenta entre sus filas con la actriz consagrada Marina de Tavira (nominada al Oscar por Roma, de Alfonso Cuarón).

Este montaje juega con el espacio de una manera muy interesante, colocando al público alrededor de toda la acción y haciéndolo parte de la puesta en escena de diversas maneras. Está basado en el famoso texto de Tennessee Williams, el cual ha sido llevado al cine y una infinidad de veces ha sido montado en teatros de todo el mundo.

marina de tavira un tranvía llamado deseo
‘Un tranvía llamado deseo’ / Centro Cultural del Bosque, Cdmx, 2024. (Foto: @RiAlCastillo / Entretenia).

Curiosamente, algo que podemos identificar como elemento similar en ambas dramaturgias es la ensoñación en la que viven sus personajes principales, por circunstancias distintas. Blanche Dubois (De Tavira) es una mujer que oculta su edad, exalta su origen aristocrático a pesar de haber perdido su fortuna y cambia detalles de su pasado que no resultan cómodos para ella.

A través de las conversaciones entre ella y su hermana Stella, así como de las interacciones con su cuñado Stanley, vamos descubriendo los dolores, deseos y sueños frustrados de Blanche, durante su visita a la casa en la que su hermana menor vive, alejada del glamour al que Blanche aspira.

Blanche va construyendo poco a poco la historia que quiere que se cuente sobre ella, va sorteando las violencias que ha padecido y que sufre también durante su estancia con Stella, va intentando reconstruirse a partir de lo que desea que la vida sea, aunque para ello deba entregarse a una serie de fantasías que en cierto momento terminarán por extraerla casi por completo de la realidad.

El trabajo de Marina es excelente, transmitiéndonos los diferentes estadios emocionales por lo que va transitando su personaje y llevándonos de la mano hasta el doloroso final al que acudimos no solamente como espectadoras o espectadores, sino como parte de esa comunidad a la que Blanche intenta pertenecer muy a su pesar.

stella y blanche un tranvía llamado deseo centro cultural del bosque
‘Un tranvía llamado deseo’ / Centro Cultural del Bosque, Cdmx, 2024. (Foto: (Foto: Jesús Quintanar / Milenio Diario).

Tanto La vida es sueño como Un tranvía llamado deseo nos permiten reflexionar sobre la forma en que vamos construyendo anhelos y sueños en una realidad que muchas veces se impone de manera hostil.

Segismundo y Blanche son protagonistas de historias trágicas en las que hay importantes notas humorísticas. Podemos llorar y podemos reír, acompañando a ambos personajes en sus travesías y desventuras.

Somos tan parte de esas historias como lo somos de aquello que llamamos realidad.


Deja un comentario

Lo último