Por una afortunada coincidencia, ya son tres textos casi seguidos que abordan el mundo del teatro en Cuerdas Ígneas. Este es el tercero, uno en el que he decidido platicarles acerca de dos obras a las que fui recientemente, ambas con reflexiones poderosas e inquietantes.

Comenzaré en orden cronológico de acuerdo con las fechas en las que vi cada una.

El jueves 8 de agosto acudimos a ver El valle inquietante, una comedia con toques dramáticos dirigida por Carlos Meléndez y protagonizada por Samantha Coronel, Jorge Escandón y Sofía Sanz que tuvo una temporada en El Círculo Teatral.

póster de El valle inquietante teatro

Me pareció muy atractivo el título por sí mismo , ya que hace referencia a una teoría desarrollada en el campo de la robótica que explica por qué llegamos a experimentar miedo al entrar en contacto con figuras antropomórficas de gran parecido con los humanos, como podría ser el caso de algunos robots.

Este miedo se presenta ante un humanoide que guarda un parecido extraordinario con una persona real, al grado de que puede generar una sensación de extrañeza el hecho de interactuar con este ser.

Es así que esta obra se introduce muy bien a sí misma, pues nos cuenta la historia de Óscar (Jorge Escandón), un joven desilusionado y deprimido tras el término de una relación amorosa que decide adquirir una inteligencia artificial de alta gama, la cual incluye un cuerpo femenino para poder interactuar y convivir.

freya y oscar el círculo teatral
‘El valle inquietante’ / El Círculo Teatral. Foto: @inesmmichel.

Esta inteligencia artificial se llama Freya (Samantha Coronel) y, a simple vista, es una mujer como cualquier otra, con la diferencia de que puede programarse para que satisfaga los deseos de su comprador, tanto los físicos como los emocionales. De esta manera Óscar busca sustituir a su exnovia Lisa (Sofía Sanz), programando a Freya para que sea la pareja perfecta, una que no le haga preguntas incómodas, que actúe siempre como él quiere y, sobre todo, una novia con la que no haya peleas ni discusiones.

¿Qué podría salir mal?

Aunque las primeras interacciones de Óscar con Freya resultan inquietantes para él, por la gran capacidad de memorización de la robot y por su curiosa interpretación de algunas cosas que dice Óscar, todo parece ir fluyendo bien, hasta que una visita inesperada pone de cabeza el mundo del protagonista y le hace cuestionarse su estrategia. Aquí vale la pena hacer una mención especial a la actuación de Samantha, pues en todo momento logra transmitirnos en sus movimientos y forma de hablar esa extrañeza de interactuar con un ser artificial.

lisa y freya el valle inquietante
‘El valle inquietante’ / El Círculo Teatral. Foto: @inesmmichel.

En este enredo amoroso nos damos cuenta de que el papel de la inteligencia artificial va a adoptar un matiz inesperado, al convertirse en una figura mediadora entre dos personas que todavía se quieren, pero que tienen problemas al hablar sobre sus sentimientos, expectativas y molestias cotidianas.

Freya Óscar y Lisa teatro obra
‘El valle inquietante’ / El Círculo Teatral. Foto: @inesmmichel.

¿Podrían las inteligencias artificiales convertirse en una suerte de terapeutas que nos ayuden a mediar en los conflictos humanos más comunes?

La segunda obra a la que asistimos en las últimas semanas fue Ricitos de oro no habla alemán, que cerró su temporada en el Centro Cultural del Bosque el martes 3 de septiembre.

obra de teatro paula watson

A través de una reinterpretación del clásico cuento infantil Ricitos de oro y los tres osos, la directora y dramaturga Paula Watson nos ofrece una mirada íntima a los planes inconclusos, las historias de vida que se van enmarañando con las biografías de quienes nos rodean y las búsquedas que en la vida adulta nos llenan de preguntas no siempre de fácil respuesta.

¿Por qué nos quedamos en una relación a largo plazo a pesar de las dudas? ¿Cuándo haremos ese viaje que nos hemos prometido tantas veces? ¿Encontraremos algún día nuestro propio refugio en el mundo?

Aunque pueda parecer que no podemos irnos, que las reglas nos constriñen o que construir una realidad propia en la que nos sintamos seguras es difícil, esta obra nos recuerda que siempre podemos atrevernos, que los sueños pueden ser horizontes de cambio y que solas o acompañadas podemos hacer el viaje que tanto anhelamos.

obra centro cultural del bosque
‘Ricitos de oro no habla alemán’. Foto: Roberto Sosa / El Aquelarre.

La atmósfera onírica que construye Ricitos de oro no habla alemán, de la mano de sus intérpretes: Luis Ra Acosta, Leonardo Barragán, Emiliano Cassigoli, Ayla Rodríguez y de los directores (a la par que actores), Paula Watson y Luis Eduardo Yee, nos transporta a un escenario que bien podría ser el de nuestra vida, aunque en esta ventana a la que nos asomamos hay figuras inquietantes y oscuras, quizá nuestros propios miedos e inseguridades vueltos sombras, osos humanoides y casas en las que el tiempo se detiene mientras intentamos descifrar lo que un sueño inconcluso nos plantea.

Ambas puestas en escena, El valle inquietante y Ricitos de oro no habla alemán, nos dejan preguntas que aunque inquietantes son también pertinentes durante el viaje de nuestra vida adulta.

teatro cdmx
‘Ricitos de oro no habla alemán’. Foto: Roberto Sosa / El Aquelarre.

Si viven en Cdmx, les recomiendo ampliamente estar al tanto de estas dos obras y acudir a verlas cuando regresen a la cartelera.


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