Texto leído en la presentación del libro de Helí Morales, Heterotopías con muerte (Café La Paloma, colonia Americana, Guadalajara, Jal., 27 de septiembre de 2024)
“¿dónde podemos buscar el materialismo hoy?”
Slavoj Žižek, Marx lee la ontología orientada
a objetos en Leer a Marx.
Imposible presentar un libro como el de Helí, cuyos tres hilos conductores —centrales— son el arte, la angustia y la muerte; anudados desde el psicoanálisis.
Es un texto para hacer cursos y seminarios —temáticos— y ahondar en su manera de leer, por ejemplo, al Marqués de Sade y a Frida Kahlo. Aunque no solamente.
Y profundizar en su forma de entender el arte, no sin el psicoanálisis, como ya lo dije.
Maravilla la manera tan fina de exponer su pensamiento, siempre siguiendo muy de cerca los planteamientos de Freud y de Lacan, cuestión que lo hace uno de los teóricos más interesantes del campo lacaniano. Nacional e internacionalmente.
Además de ser un excelente clínico, me consta.
La obra es muy amplia y densa, está compuesta de cuatro grandes apartados: Zócalos; Sublimación, muerte y sadismo; Mujeres en el acto estético y Angustia, terror y muerte.
El primero tiene tres subapartados; el segundo también tres; el tercero tiene once y el cuarto tiene trece.
Omito, por cuestiones de tiempo, los subtítulos en dichas subdivisiones.

Debido a la imposibilidad ya mencionada, me voy a reducir, lamentablemente, al cuarto apartado y específicamente a los subtítulos que llevan por nombre: Violencia a cielo abierto: feminicidio y crueldad y Heterotopías con muerte, lo que le da el nombre al libro todo y también lo cierra con una tonalidad trágica.
Esto por el contexto en el que estamos —Jalisco—, uno de los estados de la República con más desapariciones y feminicidios.
¡Ay, Jalisco y México todo!
¡Cómo me dueles!
¡Cómo nos duelen!
En medio de toda esta tempestad, me gusta mucho el posicionamiento que tiene Helí ante fenómenos tan complejos como la desaparición forzada y los feminicidios.
Exhibiendo, todo el tiempo, la dimensión de terror que tienen, en México, estos actos deleznables.
Y, en mi lectura, no quiero dejar de asumir mi propia posición ante lo ominoso criminal y ante lo siniestro estatal. En tanto pone en juego, también, determinadas subjetividades.

Pero, iniciaré mi diálogo con Helí, partiendo de libro, en particular de los subapartados ya señalados.
Lo haré con dos preguntas que le hago, aquí, esta noche, en la presentación de su libro. Un magnífico texto, por cierto.
¿Es posible una erotopolítica/erotopolética?
¿Qué es lo que obtura el pasaje o paso de la erotología a la erotopolítica/erotopolética?
¡Ay!
¡La necropolítica!
Este, creo yo, ha sido el drama social desde la República de Platón hasta la actualidad.
Pues se ha oscilado —en las más diferentes sociedades habidas hasta hoy— entre el exacerbado individualismo (neoliberal) y el comunitarismo de las fallidas revoluciones socialistas y las fracasadas terceras vías.
¿Qué hacer?
¡Ay, Lenin!
Pero no sin Slavoj Žižek y…

Concuerdo con Žižek y Alain Badiou en cuanto a no renegar de la “hipótesis comunista”; sí, la idea comunista puede ser todavía reivindicable, pero no sin hacer cuentas con el socialismo realmente existente (el terminó lo acuñó el pensador alemán Rudolph Bahro).
Yo le llamo socialismo trágicamente existente. Por todo el horror que aportó, no sin cierto heroísmo, con todas las contradicciones de por medio, hay que decirlo.
¿Qué puede aportar, en este punto el psicoanálisis?
¿Qué nos enseña Helí Morales en su libro?
Que la lectura de lo social y lo político no puede ser sin la presencia de la sexualidad, del deseo y del sujeto: con todo lo que esto implica.
Y sin la pulsión de muerte y sin la angustia también, por supuesto.
Nos dice también, que el arte de los últimos tiempos nos obliga a un replanteamiento radical de los cánones, pero también de los objetos y de los sujetos; de las subjetividades de las mujeres y los hombres —y demás posicionamientos declarativos— de nuestro tiempo.
Que el horror es parte de la vida humana, lastimosamente y que todo lo que tiene que ver con Eros, no puede pensarse sin el entrelazamiento —complejísimo— de la muerte.
¡Ay!

La vida de Frida Kahlo y su arte son un ejemplo dramático y vivo de ello. Helí se detiene, con sumo detalle, en algunas pinturas claves de Frida Kahlo para ilustrarnos su manera de leer a Kahlo.
Igual lo hace con la vida y la obra del Marqués de Sade; Helí nos muestra a un Estado (francés) terriblemente transgresivo e ilegal, al grado de ser más perverso que el propio Marqués de Sade.
Lo que ya es decir mucho.
¿Qué hacer ante tales circunstancias?
Apostar por la vida, sabiendo que estamos advertidos, de la vida la muerte, como le gustaba escribir a Jacques Derrida; la VIDAMUERTE, así junto, como también lo escribía.
Todo esto está anudado, finamente, en los apartados que señalé y en los que he querido detenerme, sin ahondar lo que me gustaría y quisiera —¡ay el tiempo—, pero que no puedo dejar de citar, aquí, esta noche, aunque sea un poco, en esta presentación.
Como no quiero extenderme mucho, citaré una línea, que comparto en demasía, en cuanto al estilo en cómo aborda Helí lo que, en algún punto del texto denomina, él, innovando, “siniestrohorror”; para culminar diciendo:
“La realidad mexicana es el más triste panorama de lo abyecto”.

Cerrando su libro con lo siguiente:
“La violencia ha trastocado a México, de un país surrealista, como el de Frida Kahlo y Remedios Varo, a un territorio abyecto de mujeres desaparecidas como Betzabé Alvarado y madres buscadoras asesinadas como Ana Luisa Garduño”.
¡Qué dolor!
¡Qué país!
Lo sabemos, pero ¿por qué no actuamos en consecuencia?
¿Por miedo?
Ellos también tienen miedo.
Le tienen miedo al cambio.
Y por ello se resisten, ilegal e ilegítimamente, rozando incluso el fascismo.
Como lo han evidenciado, todo el tiempo, desde esa especie de pasaje al acto en que ellos mismos se anuncian como ganadores de la contienda electoral sin serlo, hasta el reciente botellazo a AMLO, y demás excesos con los que han atropellado la legalidad y las instituciones; las que dicen defender tanto, además.
Como si las instituciones no fueran reformables, ¡Ay, Roberto Esposito!
Helí, te dejo aquí mi pregunta y el asunto: con esto cierro mi intervención de esta presentación y, claro está, el diálogo queda abierto.
Muchas gracias.
Nota final:
Presentación del libro Heterotopías con muerte. Psicoanálisis y arte, Editorial Samsara, México, 2023 (336 pp.), de Helí Morales.
Café-Restaurante La Paloma (27 de septiembre de 2024).
Un excurso, a manera de posdata intempestiva:
Me preocupa el renacer del fascismo en el mundo y en México también. En la Jornada de ayer jueves 26 de septiembre, viene un artículo de Ilán Semo, muy recomendable, como suelen ser sus textos, en el que nos llama la atención sobre el ascenso del fascismo en Europa; su ensayo se llama Europa: tiempos bizarros y ahí nos advierte:
“Hay algo en la historia de los años 30 que se olvida con frecuencia. A partir de 1919 –y hasta 1931– las grandes potencias occidentales se obstinaron en imponer a Alemania los saldos del Tratado de Versalles. Un joven John Maynard Keynes advirtió que se trataba de una estrategia para desmantelar Alemania. Durante la República de Weimar, ninguna fuerza representada en el Parlamento logró impedir este declive. Y fue la alianza entre los nazis y el empresariado la que lo enfrentó con una guerra mundial. El neonacionalismo del empresariado europeo es una de las señales más explosivas y peligrosas de la situación actual.
“¿Insistirá Estados Unidos en conducir a Europa, una vez más, a este abismo?”.
Dice muchas cosas más, pero me quedo con esta advertencia, para trasmitirla aquí, en esta presentación en que un libro, el de Helí, también toca lo bizarro del tiempo mexicano.
Advertidos estamos, pues.
El problema del fascismo no es allá nada más: en Estados Unidos y Europa; es acá también, en México y América Latina Toda.
J. Ignacio Mancilla
Guadalajara Jalisco, colonia Morelos, a 27 de septiembre de 2024.





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