LECTOR: he aquí un libro de poesía”.

No pocos libros me los regalan, este del que escribo fue, también, un obsequio de una muy querida amiga.

Estas letras son, a mi manera, una retribución del don recibido.

Los libros que me prodiga Judith Lacan no son cualesquiera; en este caso, se trata de El libro de Dios, de Alfredo R. Placencia.

Y es que el tema de Dios es, entre ella y un servidor, toda una cuestión. Cuando nos encontramos suele ser materia de conversación.

Dios como asunto nunca me ha sido ajeno, más bien al contrario, me implica todo el tiempo, sobre todo en la medida en que lo humano me atañe, me preocupa y me ocupa.

Es por ello por lo que he andado “a la caza de una sombra”, para decirlo con Rafael Argullol, en su excelente presentación del poema de Victor Hugo: Dios.

El libro cayó en un momento bastante propicio y, además, es una edición conmemorativa de los 100 años de la primera publicación de este insigne ejemplar.

Es un distintivo más del texto.

Más allá de su valor poético en sí; tanto desde la poesía en tanto praxis, como desde el lugar que ocupa su autor.

Un sacerdote, además.

Pero vamos al libro.

Está prologado por Alfonso Junco el que, de manera concisa y escueta, nos advierte, y así inicia su Prólogo:

“LECTOR: he aquí un libro de poesía”.

dios divinidad libro poesía vitral
Cosmovitral del Jardín botánico de Toluca, Edoméx. Foto: DiegoLDPunk/Pxhere.

Ha dicho todo.

¿Cómo reseñar un texto de poesía?

Ya lo he formulado en otras ocasiones, imposible.

De modo que van algunas cuestiones que me han llamado la atención de este magnífico tomo, para invitarlos, sobre todo, a que lean esta poética de uno de los autores más representativos de Jalisco.

Desde El libro de Dios hasta Las dos cosas que quiero, todos los poemas de Alfredo R. Placencia están atravesados por la cuestión divina; de las formas más diversas.

Al grado de decir que nos confrontamos con una poética sacra que, en ocasiones, raya en lo blasfemo, sin perder por ello el toque de poesía sacra.

No puedo dar cuenta, insisto, de esa tonalidad contradictoria, que permea todo el texto.

Es por ello por lo que selecciono, de diferentes poemas, algunas líneas que alcanzan, según mi opinión, el máximo alcanzable de poeisis.

Van pues:

“El Libro de Dios”

“[…]

“Déjame antes llorar, eso es muy mío

“Deja que piense en Ti y en Ti me abrase.

“Aguarda a que me pase

“esta ola de frío

“y luego escribiré, si es que ya puedo,

tu LIBRO este, que me causa miedo.”

«[…]”

“Las dos cosas que quiero”

“[…]

“Solamente dos cosas déjame que te pida.

“Esas cosas las quiero

una para la muerte y otra para la vida:

andar tu misma cuesta, mientras fuere romero

y, una vez en la cumbre, refugiarme en tu Herida

y que en ella me escondas como buen compañero.”

El primer poema es el que abre el libro y le da su título.

El segundo es el cierre del texto y he citado el último fragmento del poema.

Finalmente, y esto de ninguna manera significa dar cuenta del libro, si no, más bien, entreabrirlo, para que vean un poco, el prodigio de poesía que hay en él.

“La cruz de Cristo”

“El buen sepulturero abrió la puerta;

“entró delante el buen sepulturero;

“tras el sepulturero entró la muerta

“y la turba después, detrás del clero. 

“Puso la caja el buen sepulturero

“junto al sepulcro aquel de angosta puerta,

“y, ante la turba estoica y ante el clero,

“se hundió la caja y se escondió la muerta.

“¿Después…? La tumba apareció desierta.

“Salió la muchedumbre y salió el clero;

“detrás del clero se cerró la puerta,

“y, al cerrarse, salió el sepulturero

“quedándose a rezar junto a la muerta

“tu cruz, oh CRISTO, que en mi tumba espero.”

Es, pues, apenas una probadita, para que se animen a recorrer, por su cuenta y riesgo, este magnífico ejemplar de la poética jalisciense y nacional.

¡Y ante qué poética nos confrontamos!

Una de las más excelsas.

No cabe duda.

alfredo r. placencia poeta jalisciense mexicano
Portada de ‘El libro de dios’ / Conaculta.

R. Placencia, Alfredo, El libro de Dios, Acento Editores, México, 2024, 180 pp.

Hugo, Victor, Dios, UANL/Capilla Alfonsina, México, 2013, 608 pp.


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