El proyecto político de Raúl Padilla López, como he dicho

en repetidas ocasiones, empezó desde que fue nombrado

presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, FEG,

en 1977. Y tomó una forma inicial a partir de 1979 cuando llegó a

la dirección [d]el Departamento de Intercambio Académico donde

se aparejaban las ideas académicas y la llegada de recursos económicos.

Pero fue sin duda alguna diez años después, cuando llegó a la rectoría de

la UdeG, cuando dejó las cosas claras. Restauró el imperio que hasta

entonces había estado fragmentado en varias corrientes, lideradas por

expresidentes fegistas, después de la muerte de Carlos Ramírez Ladewig”.

Voy a hablar, esta ocasión, de un libro que me implica en demasía y en varios sentidos.

Me refiero al texto del Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU): Universidad de Guadalajara. Cacicazgos, negocios y cuotas de poder, coordinado por Enrique Cuevas, Bernardo Jaén y Román Munguía Huato; editado por el Taller editorial La Casa del Mago, Guadalajara, Jalisco, México, 2025, 234 pp.

Y empezaré diciendo que solamente tengo una pregunta, que dirijo, con mucho cariño a mis excompañeros del CRU, a los que sigo considerando mis amigos, pese al distanciamiento político entre ellos y un servidor.

Dicha cuestión la formularé ahora y al final de mi recensión; ya que da título a este mi texto:

¿Por qué autocercenarse la memoria, en una lucha contra el poder del autodenominado Grupo Universidad de Guadalajara? 

candidato independiente rectoría udg cru
Foto: El Informador, 24 de enero de 2013 | «Ignacio Mancilla propone mejorar el trabajo universitario de la UdeG».

Lo primero que quiero decir es que estamos ante un muy buen compendio; disparejo, sí, como suelen ser los trabajos colectivos.

Lo segundo que quiero afirmar es que fui a la primera presentación del libro —ha habido dos— y que en esa primera presentación —no sé en la segunda—resaltó, no sin cierta decepción de mi parte, lo que yo llamo un increíble autocercenamiento de la memoria.

¿Por qué hacerlo si se quiere seguir en la lucha política?, además tan necesaria.

Nunca pensé que dicho acto, sí, acto, también estaría jugado en el libro mismo y no solamente en la presentación.

Y me cuestiono y les pregunto por qué.

La tercera cosa que quiero dejar clara, en esta primera reseña que hago del mencionado texto, es que a pesar de nombrar todos los ensayos que conforman el libro y sus autores, me ocuparé, esta vez, solamente de algunas (pocas) ideas de los trabajos con los que más coincido o más diferencias —si quieren de matiz— tengo; políticamente hablando.

La cuarta y última aclaración consiste en lo siguiente: siempre que he tenido necesidad de hablar, públicamente, de mi candidatura independiente para la rectoría de la Universidad de Guadalajara, nunca he dejado de decir que fui propuesto por el Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU); nunca los he omitido, porque mi candidatura no fue un asunto personal, sino una propuesta política colectiva de parte del CRU.

¿Por qué habría de cercenar esta (mi) memoria?

Bien, empezaré por lo más obvio: el texto está compuesto por 9 reflexiones, además de la presentación de rigor, que son, en el orden en que aparecen:

1.- La educación socialista y el FESO: una página enterrada y olvidada de la UdeG, de Juan Manuel Negrete.

2.- Remuneraciones de la burocracia de la Universidad de Guadalajara. El caso del rector general, de Enrique Cuevas Rodríguez.

3.- Una historia de la mafia caciquil, de Román Munguía Huato.

4.- Universidad con cacique bueno, de Juan José Doñán.

5.- Criminalización y resistencia mediática del movimiento “CUCSH no se mueve”, de Yousefh González Guerra e Ivanna Palomino González.

6.- La Universidad de Guadalajara a 35 años del padillismo. Una historia de control y apropiación de lo público, de Pablo Sandoval Cabrera.

7.- La sombra del cacique, de Pedro Mellado Rodríguez.

8.- Procesos de selección de trabajadoras y trabajadores, estudiantes y altos mandos en la Universidad de Guadalajara durante el periodo neoliberal, de Eva Guzmán Guzmán.

Y 9.- Estructura de control corporativo dentro de la Universidad de Guadalajara y el desempeño del Colectivo de Reflexión Universitaria, de Bernardo Jaén Jiménez.

Bien, para mi análisis de esta ocasión, me restringiré a unas pocas ideas, de consenso y disenso, a partir de los trabajos, sobre todo, de Bernardo Jaén Jiménez, Pablo Sandoval Cabrera y Román Munguía Huato; en ese orden.

¿Por qué el libro todo y cada uno de los escribientes no mencionan la (mi) candidatura, como independiente, para la Rectoría de la Universidad de Guadalajara?

Entiendo que no todos estarían obligados, pero ¿los pertenecientes al CRU tampoco?

¿Se los olvidó? ¿No quisieron hacerlo?; pero ¿por qué?

Algo que, así lo pienso (y no solamente por la parcialidad de mi perspectiva), va en detrimento de la memoria de las luchas que se han dado, en la Universidad de Guadalajara, por sacudirse el férreo control político que tiene el autodenominado Grupo Universidad.

Y que, prácticamente, es absoluto.

Cobijado, primero, en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ahora, por paradójico que nos parezca, por el mismo Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

¿Ironías de la historia? Haría falta aquí un análisis prolijo que por ahora no haré.

Bien, doy comienzo.

En su texto, que cierra el libro, Bernardo Jaén hace un apretado recuento de cómo surgió el Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU); poniendo el énfasis en el carácter represivo y corporativo del grupo en el poder, autodenominado, como ya lo dijimos, Grupo Universidad.

Como si la Universidad fuera patrimonio de ellos; aunque de facto así opera.

¿Por qué Bernardo Jaén no menciona, como no lo hace ninguno de los ensayos del libro, la experiencia política que representó la candidatura independiente del CRU?

¿Por qué ese silencio sobre una candidatura que el propio Colectivo de Reflexión Universitaria decidió?

Esto no obstante que al final de su artículo, Jaén se pregunta:

“¿Cómo cambiar toda esta situación?” (p. 234).

colectivo de reflexión universitaria de la udeg

Por su parte, en el escrito de Pablo Sandoval Cabrera, que ocupa el sexto lugar en el libro, hay una propuesta, excelente, que comparto en su mayoría, de 25 puntos para resolver la crisis actual de la Universidad de Guadalajara. Pienso que habría que ponerla al día; sin embargo, tal y como Sandoval la define, sigue teniendo un enorme valor.

Pablo Sandoval hace un muy buen recuento, también, de la situación de poder del Grupo Universidad de Guadalajara. Vale mucho la pena que las y los lectores vayan directamente a su texto.

Aquí solamente rescataré los puntos nodales, uno entre ellos, quizás el más relevante; el de la propuesta de un Congreso General Universitario.

Por su importancia lo cito tal y como lo escribe el autor:

“1. Redefinir colectivamente y a partir de un amplio debate (un Congreso General Universitario, por ejemplo) el tipo de universidad que queremos, la misión, visión compromisos sociales que debe impulsar una universidad púbica como la nuestra” (p. 149).

Otro punto, el sexto, tiene que ver con la democratización real y efectiva de la “vida gremial” y de los “órganos de gobierno”, mediante la elección “universal y secreta” (p. 150).

Atinadamente, el autor señala como el grupo en el poder supo acomodarse a la inercia del gobierno de MORENA; cosa que de ninguna manera debe extrañarnos, pues siempre han sido una correa de trasmisión de los poderes establecidos institucionales y meta institucionales y ellos mismos son un poder fáctico, meta institucional; por más que se pretendan legítimos.

¿No fue esto lo que llevó al “suicidio” de Carlos Briseño Torres?

Aquí cabe preguntarse, también, ¿qué impulsó al “suicido” al cacique mayor?

Mucha historia falta, aquí, por hacerse.

Los dos “suicidios” son todavía historias por escribirse y contarse.

Quizás la literatura sea más propicia que la historia o la sociología.

Ya se verá.

manifestación de maestros udeg
Protesta del CRU por el despido injustificado de Ana Luisa Estrada Salgado, maestra del CUAAD, julio, 2017 / Médium.

Por último, abordaré el escrito de Román Munguía Huato.

El más interesante y problemático desde no pocos puntos de vista.

Me explico. 

El texto de Munguía Huato ocupa el tercer lugar en el libro, es el más radical e incisivo, pero también el más obsesivo y un tanto dogmático en algunas formas de expresar sus puntos de vista.

Por ello es con el más más concuerdo y difiero, al mismo tiempo.

Y es que… los caminos políticos de la vida no son… como esperamos.

El título mismo ya nos dice mucho sobre su claro posicionamiento con respecto a lo que juega el libro: Una historia de la mafia caciquil.  

Veámoslo, con cierto detalle; no con el que quisiera, pero van algunos puntos, con el ánimo de invitar a las y los lectores a pensar mejor la propia Universidad de Guadalajara.

En la página 81, Munguía Huato se hace una pregunta fundamental:

“¿Cómo poder explicar una larga historia política de tres cacicazgos de la Universidad de Guadalajara?”.

Este año, la Universidad cumplirá cien años de haberse restaurado y, como bien señala el autor, no ha habido nadie capaz de disputarles el poder, a pesar de tantas luchas que se han dado.

¿Por qué se ha fracasado? Incluyo en esto al CRU mismo y a mi candidatura; no obstante, la tesitura en que puso al CRU como grupo disidente.

Una de las razones, son muchas, es, creo, la falta de memoria histórica. Es como si con cada lucha, se empezara de cero.

Es por esta falta de recurrencia a la memoria histórica, que llamo la atención sobre el autocercenamiento de la memoria, de su memoria, por parte del CRU, en la medida en que, repito, fue una decisión colectiva mi candidatura independiente y no un capricho personal de un servidor.

Fue una lucha más que interesante la que emprendimos; y el CRU ganó mucha presencia. Pero…

No faltaron las estridencias y las radicalidades que más que ganar adeptos, los ahuyentó. Inclusive a los propios militantes del CRU.

Cabe decir que se hizo una campaña que fue bien cubierta por los medios. Hay constancia de ello. Cuestión que le dio al CRU mucha legitimidad, pero… vinieron las estridencias, las radicalidades y los errores y…

¿Por qué, vuelvo a preguntar, empeñarse entonces en cercenarse a sí mismos esta importante memoria?

ignacio mancilla candidato independiente udeg
Foto: El Informador, 22 de mayo de 2013 | «Colectivo demanda supuestas irregularidades en la UdeG».

La verdad no entiendo; y no solamente porque yo haya sido el candidato que, insisto, no fue un asunto personal, sino una decisión colectiva y política del propio CRU.

Cierto que Bernardo Jaén me invitó a escribir, pero dado los tiempos que tenía y de que, además, pasaba en ese entonces por una convalecencia, no pude más que ofrecer reescribir un texto ya elaborado; que de hecho fue uno de los posicionamientos de mi candidatura, durante la campaña que emprendimos como CRU, todavía. Y que, como tal, ya es público.

Pero… ¿eso puede valer como “razón” para no decir nada de la candidatura en el libro mismo y, por lo menos, en la primera presentación?

Pero regreso al texto de Munguía Huato.

En otra parte de su texto, Román sostiene, refiriéndose al Grupo Universidad que:

“Este cacicazgo creció amamantado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en plena época del llamado Desarrollo Estabilizador” (p. 82).

El recuento que hace aquí Munguía Huato es muy bueno, vale mucho la pena que las y los lectores interesados en la Universidad de Guadalajara vayan a este texto, pues sabrán muchas cosas que les permitirán comprender por qué esta Universidad fue, en un momento dado, la “Universidad de los escándalos” (las cursivas son del autor, p. 83).

¿Ya no lo es?

Mmm…

Aparte de coincidir con el análisis que hace Munguía Huato de la Universidad y de su situación actual, ¿en qué es en lo que difiero?; aparte de prácticas un tanto dogmáticas y estridentes al respecto. Sobre todo, en cuanto a no asumir que por lo menos algo del fracaso de nuestras disidencias, han sido, también, por errores propios; y no solamente por la eficacia en el control corporativo del Grupo Universidad.

Casi absoluto por el miedo de las mayorías silenciosas.

Ante esto, Munguía Huato se pregunta (p. 96), ¿”Qué hacer?”, repitiendo la pregunta leninista; y se responde:

“Lo posible y deseable es una reorientación institucional radical hacia un proceso democrático para beneficio académico de la propia comunidad universitaria” (p. 97).

Para lo que, nos dice, se:

“[…] requiere de una amplia participación de estudiantes, profesores e investigadores y empleados para analizar, debatir, y acordar un programa de transición valorando las fortalezas y debilidades de esta universidad.

“Estamos hablando de un proceso de transformación institucional que requiere de la participación decisiva, libre y democrática del grueso de la comunidad estudiantil, académica y de los administrativos”  (Ídem).

Pues, sí:

“Es muy cierto que aunque haya desaparecido físicamente el cacique todavía deambula su fantasma, cual Pedro Páramo […]” (Ídem).

¡Ay!

Nada ha cambiado en la Universidad de Guadalajara, aparte de haber rectora general.

El asunto es que las prácticas estridentes ahuyentas a las y los simpatizantes, en lugar de incitarlos a unirse y organizarse mejor. Y eso favorece, siempre, la inercia de los controles oficiales.

¿Qué es lo que vamos a hacer ante esto?

No podemos seguir con nuestras disidencias perturbadoras, pero estériles; necesitamos, en serio, involucrar a la mayoría silenciosa en un real proceso de transformación democráticas de la Universidad de Guadalajara.

¡Ese es nuestro mayor reto!

Y el libro que aquí reseño, con todos sus límites, apunta hacia esa meta utópica, sí, pero más que necesaria.

¿Cómo hacer política universitaria para logra mejor nuestros objetivos?

El de una Universidad de Guadalajara más democrática y apegada, sustantivamente, a su lema: Piensa y trabaja.

universidad de guadalajara democracia
Foto: CC Tomjc.55.

En el contexto de los 100 años de su reapertura, seguiremos soñando con una Universidad crítica, democrática y del pueblo jalisciense.

Desde esta perspectiva, libros como el que ahora reseño, son más que necesarios y deberían de conocerse más y también discutirse, incluso en la Universidad misma.

Pero la Universidad también silencia y cercena su memoria.

¿Por qué?

  1. La primera es de reconocimiento, para Hermenegildo Olguín, por su labor en el Taller Editorial La Casa del Mago; editor del libro reseñado y con una historia editorial más que encomiable.
  2. La segunda tiene que ver con la democracia en la Universidad de Guadalajara. El pasado jueves 4 se septiembre se llevaron a cabo las elecciones para la representación del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara (STAUdeG); y… la Planilla roja (de oposición) tuvo muchos problemas para lograr su participación y, curiosamente, fue en las preparatorias donde la Planilla amarilla (la oficial) arrasó con los votos. ¿Casualidad? De última hora, ayer hubo una manifestación en rectoría central, y todo indica que la vieja FEG, metamorfoseada en FEU, sigue presente.  
  3. La tercera tiene que ver con una plaga de chinches en la Universidad de Guadalajara. Desde mi perspectiva, dicha cuestión no es otra cosa más que el vehículo del malestar que hay en la Universidad de Guadalajara; particularmente en el CUCSH. ¿Por qué son tan reacias las autoridades a escuchar dicho malestar?
  4. Hoy se cumplen 52 años del golpe asesino de Pinochet a la democracia popular de Chile, por parte de EUA, que ahora quiere el petróleo de Venezuela.
  5. La quinta y última, de agradecimiento; gracias, muchas gracias, Jaime Arias por el libro.

Deja un comentario

Lo último