Coco, Spectre y la comercialización del Día de Muertos a nivel mundial

El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas de nuestro país porque incluye nuestra cosmovisión como mexicanos con respecto a la muerte. Esta hermosa tradición que recuerda a nuestros seres queridos después de la muerte nos hace destacar en el mundo y despierta la curiosidad en personas de culturas muy diferentes a la nuestra.

En los últimos años el Día de Muertos se ha visibilizado y comercializado exponencialmente gracias a películas de Hollywood mundialmente famosas como Spectre y Coco. Como siempre, la mercadotecnia es responsable en gran parte de esta comercialización que funciona como un arma de doble filo porque puede beneficiar, pero también desgastar nuestras tradiciones.

Este mes de noviembre, querido lector, acompáñame a descubrir un poco más de este polémico tema en torno a una de las celebraciones que forman parte de nuestra identidad como mexicanos en el mundo.

El Día de Muertos tiene su origen hace más de 500 años y, al contrario de lo que podemos llegar a pensar, esta tradición es en realidad una fusión entre tradiciones prehispánicas y católicas como muchas tradiciones del México contemporáneo.

El Día de Muertos es una temporada que empieza el 27 de octubre y termina el 2 de noviembre. En esta temporada se celebra el retorno temporal de los difuntos al mundo de los vivos, quienes se cree que cruzan el Mictlán o el inframundo mexica para convivir con sus seres queridos.

La raíz de esta famosa tradición viene de la época prehispánica, en ese entonces la muerte era un elemento fundamental de las culturas nativas. Los antiguos prehispánicos envolvían los cuerpos de sus muertos en petates y organizaban fiestas para acompañar las almas en su viaje al más allá. Pueblos originarios como los mexicas, mixtecas, zapotecas, tlaxcaltecas, texcocanos y totonacas rendían culto a sus muertos y relacionaban estas ceremonias con el ciclo agrícola del maíz.

La tradición que conocemos hoy en día se transformó con la llegada de los españoles en el siglo XVI, cuando los misioneros cristianos impusieron las fechas del 1 y 2 de noviembre, que corresponden al Día de Todos los Santos y al Día de los Fieles Difuntos, esto hizo coincidir las festividades indígenas con las católicas. De esta manera surgieron las fechas actuales de la celebración del Día de Muertos.

El culto a los muertos en el México antiguo era una expresión espiritual que los españoles consideraban incomprensible, mientras para los nativos la muerte representaba la continuidad de la vida y, a pesar de que los religiosos españoles intentaron erradicar las costumbres indígenas, los pueblos originarios continuaron practicándolas en secreto hasta que las tradiciones españolas e indígenas se fusionaron. Al final, el culto católico se mantuvo, pero se enriqueció con los símbolos, colores y significados de las costumbres de los pueblos nativos de México.

Hoy en día el Día de Muertos es una tradición que forma parte de la identidad y herencia cultural de México, millones de mexicanos colocan cada año altares con flores de cempasúchil, velas, papel picado, comida y fotografías para guiar a las almas de sus seres queridos de regreso a casa. Esta tradición es tan importante para México y su valor cultural para la historia de la humanidad es tan único que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008.

En México el culto popular sobrevivió y se transformó en un símbolo nacional, especialmente tras la Revolución Mexicana, cuando el Estado promovió esta fiesta como parte de la identidad cultural del país.

Para otras culturas el Día de Muertos puede parecer una burla a la muerte, sin embargo, para nosotros es una alegre reunión con nuestros difuntos, sentimiento expresado también a través del humor de las calaveritas literarias.

Como dijo alguna vez el poeta y escritor francés André Breton, para los extranjeros México es la “patria del humor negro”, capaz de reconciliar la vida y la muerte en una sola celebración.

El Día de Muertos al final del día es una tradición que mantiene vivo el legado espiritual de dos mundos que se unen cada año para celebrar la eternidad de la memoria.

cómo surgió la figura de la catrina en méxico
Mujer con cara pintada. Foto de Mikhail Nilov / Banco de imágenes de Pexels.

¿Qué sucede con una celebración tan singular y visualmente poderosa como el Día de Muertos cuando se inserta en un mundo contemporáneo profundamente globalizado que responde a los caprichos del mercado? Solo era cuestión de tiempo para que la industria del entretenimiento internacional o Hollywood pusiera las cámaras sobre ella.

Hace aproximadamente diez años, una de las franquicias cinematográficas de espionaje más reconocidas en la cultura popular, la del agente 007 o James Bond, decidió filmar en la Ciudad de México escenas para su película Spectre. En un afán por lograr imágenes de gran impacto, la producción diseñó un desfile de calaveras inspirado en el famoso Macy ‘s Thanksgiving Day Parade, celebrado anualmente en Nueva York. El resultado fue un espectáculo que, por increíble que parezca no teníamos a gran escala, aunque ya existían pequeños desfiles en algunos estados del país.

Lejos de indignarse con este hecho, el gobierno mexicano vio esta curiosa “reinterpretación creativa” como una oportunidad estratégica para impulsar el turismo durante la temporada de Día de Muertos. Y, contra todo pronóstico, la fórmula funcionó tanto que el desfile terminó celebrándose cada año. Algo similar ocurre con la Fórmula 1, que en ocasiones coincide con estas fechas y aporta su propio espectáculo global, aunque ese es un tema para otro artículo.

El desfile de Día de Muertos que Spectre trajo consigo a la Ciudad de México, hoy es una de las celebraciones más emblemáticas del país. En la cinta, el agente James Bond (Daniel Craig) aparece entre la multitud disfrazada en un espectacular desfile del Día de Muertos en el Centro Histórico y el Zócalo capitalino. Esta escena tuvo un impacto tan grande que inspiró al gobierno mexicano a hacerlo realidad en 2016.

La secuencia, dirigida por Sam Mendes, requirió más de mil extras, diez esqueletos gigantes y 250 mil flores de papel, además de una cuidada dirección artística para reflejar la riqueza visual y simbólica de la tradición mexicana.

Uno de los nombres clave detrás de esta icónica escena fue el de la coreógrafa mexicana Priscila Hernández, quien trabajó directamente con la producción de la película y fue fundamental en el diseño y la concepción del desfile que conocemos hoy en día.

Formada en danza clásica en el CNA y en Cuba, y con experiencia en la Compañía Nacional de Danza, Priscila Hernández aportó su visión artística para conectar a la película Spectre con la tradición mexicana. Fue ella quien propuso incluir a las tehuanas del Istmo de Tehuantepec, fusionando elementos tradicionales con un estilo más contemporáneo y cosmopolita.

Su creatividad dio origen a una de las imágenes más recordadas de la película: las “mujeres flotando”, idea que ella misma concibió y trabajó junto con los departamentos de arte y vestuario para generar una atmósfera mágica y surreal.

Fue así como, tras el éxito de Spectre, el Gobierno de la Ciudad de México decidió institucionalizar el evento y en 2016, se realizó el primer Desfile del Día de Muertos, organizado por las Secretarías de Cultura y Turismo, transformándolo en una tradición real que hoy atrae a miles de turistas nacionales e internacionales.

Priscila Hernández participó en las tres primeras ediciones del desfile oficial, aplicando su experiencia cinematográfica. Su trabajo permitió que el desfile mantuviera una esencia visual poderosa y respetuosa de la cosmovisión mexicana de la muerte, incorporando símbolos como Mictlantecuhtli, Coatlicue y el Mictlán.

Gracias a este desfile el mundo comenzó a ver el Día de Muertos como un espectáculo artístico que celebra la vida, la identidad y la memoria colectiva de México.

el desfile de día de muertos origen de la tradición
Ciudad de México. Foto de Ivon Gorgonio / Banco de imágenes de Pexels.

Durante la segunda mitad de la década de 2010 el Día de Muertos alcanzó fama y reconocimiento global sin precedentes principalmente gracias a dos producciones de Hollywood que son Spectre, en 2015, y Coco, en 2017, ambas cambiaron la percepción internacional de la festividad.

Cuando Spectre se estrenó en 2015, su escena inicial, un espectacular desfile del Día de Muertos en el Centro Histórico de la Ciudad de México dio la vuelta al mundo. Lo irónico es que ese desfile no existía. La coreografía, los vestuarios, los catrines y las marionetas monumentales fueron creados exclusivamente para la película, con participación de artistas y un gran equipo mexicano. A partir del éxito mediático, el gobierno mexicano decidió institucionalizar el evento y en 2016 nació el Desfile Oficial del Día de Muertos, hoy uno de los espectáculos turísticos más exitosos del país.

Con Spectre, el Día de Muertos se globalizó visualmente: catrinas desfilando, fiesta, música y color. La película posicionó una imagen festiva, masiva y monumental, que impactó el turismo internacional y dio al mundo un ícono visual fácil de identificar. Hollywood convirtió la tradición en espectáculo y nuestro país decidió adoptarlo como parte de la narrativa moderna de esta celebración.

Dos años después llegó Coco, de Disney-Pixar, y con ella un impacto mucho más profundo en la cultura global. La película abrió la puerta a que millones de niños y familias del mundo entendieran la tradición desde el afecto, mostrando que la muerte no es terror, sino recuerdo, amor y continuidad.

Gracias a Coco, el Día de Muertos dejó de verse internacionalmente como macabro y se convirtió en una celebración luminosa y humana.

Sin embargo, este fenómeno vino acompañado de controversias importantes como un intento de apropiación comercial, ya que antes del estreno de Coco, Disney intentó registrar “Día de los Muertos” como marca, lo que hubiera privatizado nuestra tradición mexicana con siglos de historia, pero, gracias a las críticas y protestas de nuestros paisanos en Estados Unidos, Disney finalmente retiró la solicitud.

Aunque Disney cuidó detalles culturales en la película, Coco simplificó y homogenizó la diversidad real del Día de Muertos. Para el público internacional, la película se convirtió en la versión oficial de la tradición, borrando los matices regionales, indígenas y rituales más profundos. Esto trajo como consecuencia una hegemonía narrativa: hoy, para muchos en el extranjero, si el festejo “no se parece a Coco”, no es auténtico. La película ayudó a difundir, pero también a estandarizar el Día de Muertos.

La película Coco permitió comprender la tradición bajo un lente anglosajón, comercial y emocionalmente edulcorado, cuando el Día de Muertos es mucho más que eso.

Ambas películas transformaron para siempre la imagen internacional del Día de Muertos. Spectre lo volvió un espectáculo icónico y visualmente atractivo ante los ojos del mundo, mientras Coco lo convirtió en una narrativa emocional universal.

Nuestro reto como mexicanos hoy en día es que la tradición siga creciendo globalmente sin perder su raíz, su profundidad y su voz mexicana.

altares de muertos significado e historia
Chocolate caliente. Foto de Susan Flores / Banco de imágenes de Pexels.

La Catrina, una calavera majestuosa, irónica, elegante y profundamente cultural, que aparece cada 1 y 2 de noviembre en maquillajes, desfiles, altares y representaciones artísticas dentro y fuera de México, es uno de los símbolos más poderosos del México contemporáneo.

La figura que hoy reconocemos es el resultado de un largo proceso histórico donde convergen la religión prehispánica, el mestizaje colonial, la crítica política, el arte moderno, la cultura popular y la globalización.

Antes de la Conquista, los pueblos originarios de México no concebían la muerte como el final de la vida, sino como tránsito y regreso cíclico. La figura femenina que antecede a la Catrina es Mictecacíhuatl o “La Señora del Mictlán”, guardiana de los huesos y compañera de Mictlantecuhtli. Ella presidía festividades en honor a los muertos muchos siglos antes de que el cristianismo llegara a América.

Cuando los españoles llegaron a México, intentaron sustituir estas celebraciones, pero no pudieron erradicar la cosmovisión indígena. En su lugar surgió un sincretismo que es clave para la historia de la Catrina. En este sentido la Catrina es en realidad la hija de dos mundos, uno indígena y uno español, unidos por la muerte como símbolo cultural.

Durante el México independiente y el porfiriato, la muerte tomó un papel festivo, burlesco y popular, en esta época surgieron calaveras literarias y representaciones esqueléticas que ridiculizaban a la autoridad y a la clase alta.

Años después aparece José Guadalupe Posada, el famoso grabador mexicano que usó la muerte como espejo social y en 1912 creó La Calavera Garbancera, una mujer esquelética con sombrero francés que criticaba a quienes negaban su origen indígena para imitar modas europeas como un mensaje político. Posada repetía la siguiente frase:

“La muerte es democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”.

De esta forma la muerte dejaba de ser vista con temor y se convertía en universal, un concepto profundamente mexicano.

Años después el famoso pintor mexicano Diego Rivera, en Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, en 1947, tomó la figura de Posada, la vistió de gala y la bautizó como La Catrina del término “catrín”, que en el siglo XIX describía a una persona de clase alta en la sociedad mexicana.

cómo conviven la catrina y el halloween
Catrina con vestido negro. Foto de Juan Pablo Alcaraz Alvarado / Banco de imágenes de Pexels.

Con el tiempo, la Catrina se masificó y se resignificó. Hoy representa orgullo cultural mexicano, actitud festiva ante la muerte, identidad mestiza, belleza, ironía y memoria.

La Catrina es crítica, memoria y raíz indígena, la muerte no es ruptura, sino continuidad, la identidad se defiende incluso frente a la globalización y el humor tan arraigado en nuestra cultura mexicana siempre derrota al miedo.

A pesar de haber sido comercializada, la imagen de la Catrina es  poderosa porque para los mexicanos es filosofía visual, no solo adorno.

La Catrina es resultado de 1 000 años de espiritualidad indígena, 300 años de sincretismo, una revolución social y dos artistas intelectuales mexicanos. De diosa indígena a crítica política, de mural a símbolo del mundo, la Catrina hoy encarna la manera única en que México mira a la muerte, con respeto, belleza, memoria y una sonrisa.

Si bien su internacionalización ha fortalecido el reconocimiento del Día de Muertos, también ha generado descontextualización y folclorización, reduciendo su sentido filosófico y ritual a un elemento estético exportable.

La Catrina es herencia indígena, resultado del sincretismo colonial, metáfora crítica en el porfiriato y símbolo nacional reconfigurado por el arte posrevolucionario.

Su actualidad en la cultura global confirma su potencia simbólica, pero también obliga a defender su profundidad histórica frente a la banalización comercial internacional que han traído películas como Spectre y Coco.

coco y spectre películas que hablan del día de muertos
Catrina sentada entre flores. Foto de Israel Torres / Banco de imágenes de Pexels.

Cada año, al acercarse el final de octubre, una misma escena se repite en las redes sociales y en las calles, entre brujas, vampiros, zombis y calabazas, aparece un invitado diferente en las fiestas de Halloween: la Catrina. Rostros blancos, ojos ahumados, flores de cempasúchil y elegantes trajes oscuros se mezclan con disfraces importados de la cultura anglosajona.

Para algunos, no pasa de ser una fusión inofensiva, mientras que para otros, es un gesto incómodo, y puede llegar a ser incluso una falta de respeto. Pero ¿por qué la confrontación es tan emocional? ¿Y qué revela este debate sobre la identidad mexicana?

Como mencioné antes en el artículo, el Día de Muertos es un ritual profundo. Surge del encuentro entre las prácticas funerarias prehispánicas y las tradiciones cristianas impuestas tras la conquista española.

A finales del siglo XIX, el famoso grabador mexicano José Guadalupe Posada satirizó a quienes renegaban de sus raíces indígenas y aspiraban a parecer europeos.

Su Calavera Garbancera, hoy conocida como La Catrina, se burlaba de las élites, recordándoles que, al final, serían hueso como cualquiera. Años más tarde, Diego Rivera inmortalizó a la Catrina en su mural Una tarde dominical en la Alameda Central, dándole la elegancia que hoy la caracteriza.

Con el tiempo, el país adoptó a esta icónica calavera como símbolo nacional del Día de Muertos.

En paralelo, el Halloween, de raíces celtas, reforzado por la cultura de masas se expandió al mundo con un mensaje claro: disfraces, consumo, miedo y diversión.

Mientras Halloween a pesar de las raíces históricas que tiene se ha convertido en un espectáculo lúdico y comercial, el Día de Muertos es íntimo, espiritual y familiar. En México, la muerte no espanta, se dialoga con ella.

día de muertos y mercadotecnia
Hombre de negro sentado en la pared. Foto de T Leish / Banco de imágenes de Pexels.

La figura de la Catrina dio un salto global en 2015, cuando la película Spectre, de la saga James Bond, recreó un espectacular desfile de Día de Muertos en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Lo paradójico es que ese desfile no existía a gran escala en la tradición mexicana. Sin embargo, el éxito visual fue tan grande que el gobierno capitalino decidió volverlo realidad. Desde entonces, miles de turistas nacionales e internacionales viajan cada año para presenciar esta “nueva tradición” con elementos ancestrales.

En 2017, la película Coco terminó de llevar el Día de Muertos al Olimpo del mainstream global. Su belleza emocional fue innegable, sin embargo, muchos intelectuales del tema señalan el riesgo de convertir al Día de Muertos en una versión simplificada, bonita y vendible, que deja fuera el trasfondo ritual, histórico y comunitario.

La discusión reaparece cada fin de año: ¿usar la imagen de la Catrina en fiestas de Halloween es un homenaje o una apropiación cultural?

Para quienes se oponen, la respuesta es clara: la Catrina no es disfraz sino símbolo ritual, y mezclarla con Halloween vacía su significado y la vuelve moda convirtiendo al Día de Muertos en mercancía.

Otros defienden la mezcla como un fenómeno natural de la cultura popular. Al final del día la Catrina nació como figura crítica y callejera, y su expansión global fortalece, no debilita, la tradición.

Al final, lo que está en juego no es un maquillaje, sino la memoria. El Día de Muertos une a los mexicanos con sus muertos y con su historia, mientras Halloween, por seductor y divertido que sea, no cumple esa función.

Para algunas personas quizá la convivencia entre Halloween y Día de Muertos sea posible. Pero si algo ha demostrado este debate es que México no está dispuesto a dejar que su tradición más íntima se diluya entre telarañas de plástico y calabazas iluminadas.

josé guadalupe posada creador de la catrina
Mujer con cara pintada y calabaza. Foto de Atlantic Ambience / Banco de imágenes de Pexels.

La mercadotecnia puede jugar un papel clave en la preservación del Día de Muertos al dar visibilidad y educar sobre el origen y significado de sus símbolos como las ofrendas, el cempasúchil o las calaveras, ayudando a que más personas comprendan su valor cultural.

A través de campañas, productos y experiencias, las marcas también pueden incentivar la práctica de tradiciones, desde montar altares hasta cocinar platillos típicos o participar en talleres, reactivando costumbres familiares y comunitarias.

Cuando las empresas colaboran con artesanos y comunidades, la mercadotecnia impulsa la economía cultural, promoviendo tradiciones como el papel picado o la alfarería, esto genera ingresos para quienes mantienen viva la tradición.

Por increíble que parezca, las marcas pueden innovar con respeto, reinterpretando elementos simbólicos sin trivializarlos, conectando así con nuevas generaciones sin perder la identidad.

De esta manera, la publicidad podría fortalecer la memoria colectiva y el orgullo cultural, recordando que el Día de Muertos es parte fundamental de nuestra identidad mexicana.

Un ejemplo emblemático es Cerveza Victoria, que desde hace casi una década ha convertido el Día de Muertos en el eje de su comunicación, apropiándose del imaginario simbólico de la fecha.

La marca comenzó con campañas inspiradas en ofrendas y catrinas, organizando desfiles, mercancía y experiencias. Posteriormente creó proyectos de marketing experiencial como el Hotel de Leyendas Victoria, con historias mexicanas como las de La Llorona o el Charro Negro, logrando impactar a sus consumidores.

Años más tarde la marca evolucionó hacia narrativas más profundas sobre el origen del culto a la muerte, con campañas como Mictlán (2018) y Xibalbá (2019), basadas en las mitologías mexica y maya.

Estas iniciativas alcanzaron millones de personas, ganaron premios y consolidaron la presencia cultural de Cerveza Victoria. Más tarde, con Icnocuícatl (2020), abordó con solemnidad las pérdidas por COVID-19; y en 2022 lanzó la campaña del cempasúchil con cerveza edición especial y experiencias digitales masivas. Por este motivo, Cerveza Victoria es un gran ejemplo de cómo las marcas pueden ser respetuosas con la tradición si se asocian emocionalmente.

La Costeña, marca mexicana tradicional de alimentos, también ha encontrado en el Día de Muertos una oportunidad para rendir tributo y reforzar la tradición, con campañas como “El sabor nunca muere”, utilizando arte, gastronomía y símbolos mexicanos. Sus estrategias 360° y colaboraciones con artistas buscan preservar la esencia de la festividad y conectar con el público desde la emoción y la identidad cultural.

De esta forma la mercadotecnia cuando se usa con respeto, creatividad y sentido cultural puede ser una aliada poderosa para recuperar, difundir y fortalecer nuestras tradiciones, evitando su desgaste y manteniéndolas vivas, generación tras generación.

tradiciones mexicanas famosas en el mundo
Mujer vestida de Catrina en el escenario. Foto de Érika  Reyes / Banco de imágenes de Pexels.

Por controversial que parezca, como mercadóloga no me opongo a la comercialización del Día de Muertos, nos guste o no, este es el mundo en el que vivimos y en él las tradiciones deben convivir con las marcas, los medios y la economía.

El mercado no va a detenerse, nos guste o no, lo que sí podemos hacer como mexicanos es retomar nuestra narrativa, preservar la memoria colectiva y no permitir que nuestra esencia cultural se diluya entre etiquetas, disfraces y campañas superficiales.

Aunque pocos, existen ejemplos de marcas que han entendido esta gran responsabilidad de nuestra herencia cultural. Cerveza Victoria y La Costeña son dos marcas mexicanas que han sabido conectar con el espectador desde el respeto, rescatando símbolos, historias y significados que le dan vida al Día de Muertos.

Estas marcas no reducen la celebración del Día de Muertos a una estética vacía, por el contrario, la llenan de contexto, identidad, emoción y arraigo. En mi opinión este es el camino correcto que demuestra que el marketing puede ser un puente cultural y no una fuerza destructora de tradiciones.

El problema no es comercializar nuestras tradiciones, es hacerlo sin tomar en cuenta el peso cultural de una tradición tan importante como el Día de Muertos y su identidad mexicana.

En cuanto al Halloween, los disfraces y la figura de la Catrina, considero que son tradiciones totalmente distintas y definitivamente mezclarlas no está bien, sin embargo, celebrar ambas tampoco está mal si realmente comprendemos su origen y significado dentro de su contexto.

Desde mi propio contexto, crecí en una familia en su mayoría originaria del norte del país y del estado de Jalisco, regiones donde el Día de Muertos no tenía la misma fuerza ni popularidad que en otros estados durante la década de 1990. En mi niñez, los altares, el papel picado y los cempasúchiles me resultaban algo bonito, colorido y profundamente emotivo gracias a mis escuelas. Por eso guardo un cariño especial hacia esta tradición. Aquellas ofrendas escolares representaban una conexión con algo que, aunque todavía estaba en proceso de reconstrucción cultural para mí, ya me pertenecía como millennial mexicana.

En la década de 2010 aparece la gran discusión contemporánea que analizamos en este artículo, que es el impacto de productos culturales globales como Spectre o Coco. Algo similar a lo que ocurre con el tequila de celebridades que vimos en el artículo de septiembre.

Estos fenómenos culturales trajeron consigo un arma de doble filo. Por un lado, convirtieron el Día de Muertos en una celebración reconocible a nivel mundial, algo realmente increíble por lo que hoy millones de personas alrededor del mundo saben que el 1 y 2 de noviembre México honra a sus muertos con flores, velas, altares y memoria.

Esto impulsa el turismo, el orgullo cultural y la presencia global de nuestra identidad, sin embargo, al mismo tiempo, esa visibilidad suele venir empaquetada en versiones suavizadas, estilizadas y despojadas de espiritualidad con el fin de hacerlas más consumibles.

Entre el glamour de Hollywood y la banalidad de Disney, la conexión con los ancestros, el simbolismo indígena, el respeto por la muerte y el sentido comunitario corren el riesgo de diluirse hasta quedar reducidos a souvenirs.

A pesar de todo esto, como mercadóloga considero que la comercialización no es en sí misma el enemigo. El olvido lo es, con esto me refiero a la pérdida de la narrativa del Día de muertos en manos extranjeras.

Mientras el Día de Muertos siga siendo contado por los mexicanos desde la raíz, podremos convivir con el marketing, con Halloween y con la globalización sin traicionar nuestra esencia. El marketing cultural es una poderosa herramienta que tiene la capacidad de educar, emocionar y preservar.

Nuestro gran reto hoy en día como mexicanos es asegurarnos de que las marcas que se acerquen a esta tradición lo hagan con respeto y propósito y que la industria acompañe la memoria sin reemplazarla.

Si llegaste hasta aquí te lo agradezco mucho como siempre, querido lector, hasta la próxima Cuerda.

flores de cempasúchil en el día de muertos
Mujer en frente de un campo de flores. Foto de Ramón Hernández / Banco de imágenes de Pexels.

2025: https://www.youtube.com/watch?v=4RVwBdO5lks

2020: https://www.youtube.com/watch?v=_HKJZZc409Q

2019: https://www.youtube.com/watch?v=DlHmD20cfes

2018: https://www.youtube.com/watch?v=a1IZtp1Hv68


https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/tradiciones-mexicanas-dia-muertos_13355

https://inah.gob.mx/especiales-inah/articulos/el-origen-del-dia-de-muertos

https://www.bbc.com/mundo/articles/cn8ly8pn97jo

https://mexico.as.com/tikitakas/asi-surgio-el-desfile-de-dia-de-muertos-en-cdmx-gracias-a-james-bond-n

https://vanguardia.com.mx/noticias/como-fue-que-una-pelicula-de-james-bond-invento-el-desfiles-de-dia-de-muertos-en-cdmx-YL4940177

https://www.excelsior.com.mx/comunidad/2016/10/29/1125159

https://www.chilango.com/agenda/otros/priscila-hernandez-desfile-dia-de-muertos-spectre-cdmx/

https://www.telemundo.com/noticias/noticias-telemundo/cultura/la-pelicula-coco-ha-ayudado-a-los-ninos-a-entender-la-muerte-y-el-duel-rcna121281

https://www.gq.com.mx/entretenimiento/articulo/coco-y-disney-trataron-de-comprar-los-derechos-del-dia-de-muertos

https://www.gatopardo.com/articulos/dia-de-muertos-entre-coco-james-bond-y-las-tradiciones-originarias

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/historia-catrina-caricatura-belica-simbolo-dia-muertos_20418

https://www.vogue.mx/estilo-de-vida/articulo/catrina-su-historia-y-origenes

https://english.elpais.com/culture/2023-11-02/the-story-of-la-catrina-a-mexican-tradition-that-began-as-a-social-critique.html

https://uclpimedia.com/online/the-origins-of-the-catrina-and-why-it-shouldnt-be-appropriated

https://www.univision.com/estilo-de-vida/halloween/es-en-verdad-tan-ofensivo-disfrazarse-de-catrina-si-no-eres-mexicano

https://www.univision.com/entretenimiento/cultura-pop/por-que-no-es-adecuado-celebrar-halloween-con-imagenes-del-dia-de-los-muertos

https://expansion.mx/mercadotecnia/2022/10/31/asi-ha-sido-cerveza-victoria-dia-de-muertos

https://www.noticiasneo.com/articles/2021/10/19/el-sabor-nunca-muere-campana-que-rinde-homenaje-al-dia-de-muertos

https://www.cervezavictoria.com.mx/

Una respuesta a “MERCADOTECNIA INVISIBLE | Otro Día de Muertos para recordar”

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