¿Qué nos sigue seduciendo de ese libro juvenil a 150 años de haber sido publicado? ¿Qué seguimos encontrando de pertinente y actual en su escritura, a pesar de tantos mal entendidos en su tiempo y también en el nuestro? La respuesta no puede ser otra que El nacimiento de la tragedia fue y sigue siendo un libro (re)cargado de futuro