Como seres humanos tenemos la dicha, o la mala fortuna, de tener una memoria privilegiada que puede guardar mucho más aprendizaje que otros seres vivos de nuestro planeta; es parte de nuestra evolución, todos estos recuerdos o memorias, se convierten en experiencias empíricas que nos sirven para la toma de decisiones, aplicadas en nuestra actividad laboral o en la cotidianidad.