Apuntes para cerrar una tríada, a partir de Das Paradies (El paraíso | Dark, T. 3/E. 8)

(Continuación de El pasillo de la realidad desdibujada)

Inés M. Michel

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Para Somos 4, 5 y 6.

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Cada viaje tiene un principio… pero el tuyo no tiene fin.

Inicio del capítulo ∞ / T. 3 (Dark).

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Estoy viva / Estoy viva / Estoy viva / Estoy viva

Un estoy viva por cada uno de los días de junio transcurridos hasta ese fatídico 5, del que resurgimos; al que siempre perteneceremos, no como víctimas, sino como sobrevivientes. Las palabras que siguen las dedico a cada una de las mujeres con las que coincidí el 5 de junio, y a mis compañeras de #Somos456. Que este texto sea recordatorio, prueba y deseo para todas nosotras, porque nos deseo la vida, nos sueño enteras y las llevo a todas trenzadas en el alma.

Escuchen aquí: el siguiente paisaje sonoro antes de proseguir con la lectura.


Spoiler Alert!

Decíamos ayer que ninguna tormenta dura para siempre… A menos que tu tormenta se narre en los capítulos de Dark. Debo tanto a esta ficción alemana que mi conciencia no estará tranquila hasta que se publiquen mis reflexiones acerca de la última temporada. Sugiero ampliamente que, si no han llegado hasta el final de la serie, prosigan de manera cautelosa. Advertidas están.


¿A qué época tendríamos que remontarnos para rastrear el origen de las dualidades que rigen nuestro pensamiento: la luz y la sombra, el blanco y el negro, Adán y Eva…?

Una referencia cultural innegable tendrá que ser la mitología judeocristiana, que nos sumergió a creyentes y no creyentes en una cosmovisión dual, la cual hemos llevado a todos los terrenos en que nos movemos, especialmente el personal y el político, solo por mencionar dos ejes nodales de nuestro tiempo. Pero el mundo no está completo sin una tercera dimensión, así que La Triqueta, entre otros símbolos y referencias que también se componen de tres elementos (pienso en la Trinidad, por ejemplo), puede trabajarse para coronar el panorama. Para los celtas, la Triqueta representa la vida, la muerte y la reencarnación.

triqueta dark final
Triqueta celta (Tomada de Símbolos Shop).

¿Estamos inmiscuidas en una tercera dimensión que se liga con una cuarta, una quinta…, sin saberlo? ¿Un tercer mundo posible? ¿O, incluso, múltiples mundos/realidades posibles? ¿Cuáles son nuestros nudos, en la realidad, en la ficción, que nos atan, que mantienen la mente y el corazón hechos madeja, de la cual parece imposible deshacerse? ¿Cuántas veces la oscuridadmonstruo se ha llevado a nuestras más queridas compañías y hemos creído que es imposible seguir? Sin embargo, continuamos, a pesar del dolor, a pesar de las ausencias que en cada vida se van acumulando sin remedio. No en vano elegimos llamarnos Cuerdas Ígneas, ya desde el nombre planteábamos un posible nudo, y también algunas maneras de deshacerlo, o por lo menos cortarlo. Los nudos que somos nos preceden, continuarán después de nosotras.

Todas tenemos que morir, para que otras puedan renacer.

Nuestra vida podría narrarse en deseos, ¿cuántos de ellos hemos seguido, hemos sentido perforar nuestras entrañas? Los deseos más profundos, quedó apuntado tanto en La Historia Interminable (Die unendliche Geschichte)*, como en Das Paradies, capítulo final de Dark, pueden llevarnos a cometer actos terribles. Bastián Baltasar Bux y Adán , comprenden, padeciendo en carne propia las consecuencias de sus deseos, que la última enemiga a vencer no es la muerte, ni la vida, somos nosotras mismas, ellos mismos. Escribí hace diez años en el final de un poema todavía inédito que titulé Interminable:

Ahora vivo conviviendo con esa otra que soy yo.

Tiene muchos nombres, todos imprecisos.

Hoy río con esa yo, y la convierto poquito a poco en mí, en lo que soy.

Es claro que ella no lo sabe.

Lo sabrá, por supuesto,

tras colocar el último punto.

Y al igual que hago en este instante, de extraña lucidez,

sonreirá convencida de que, finalmente,

ganó.

Esa grieta/queja/grito/pesadilla que nos separa de otra realidad, de los sueños, de otras yos; de la locura, de la fantasía, de la idea recurrente que se asoma terca durante el sueño (impertinente cosquilla a la que damos vuelta toda la vida), nos acompaña, lo sepamos o no, abriéndose camino en el espacio y en el tiempo, fragmentando (in)visiblemente nuestro mundo, haciendo de los relojes el instrumento que respira con nosotras, un tic tac imprescindible, muy parecido al latido que nos llena el pecho y que un día se ha de apagar sin remedio. Ya lo he asentado aquí también, me ha sido menos complicado aceptar mi muerte que la de mis cercanas y más queridas personas. Por ello, comprendí profundamente a Tannhaus, el relojero. Pude sentir su culpa, llorar sus lágrimas, entender su furia. ¿Cómo soltar lo que más quieres? ¿Cómo aceptar que el viaje terminó, con todo y errores, y que la persona amada ahora pertenece al infinito, al océano que rodea nuestro entretiempo?

Somos las historias que alcanzamos a vivir entre la vida y la muerte, un entretejido de sueños, de lamentos, de instantes dichosos. La rueca (la Matrix) sigue girando, con todo y nuestro escepticismo. El punto final se pondrá, tarde o temprano, para dar paso a un nuevo comienzo del que no seremos parte, o quizá sí. No queda más que recorrer a rastras, caminando, a veces volando, ese laberinto de vida, de muerte. Pero, entonces, ¿existimos o es todo un sueño, será otra la que está soñándonos? Sería un alivio saberse materia onírica y comprobar que el sufrimiento fue solo un holograma cuántico. También reconozco que el pensarse soñadora/sueño, cambia todo, porque la realidad pudiera explicarse una tarde cualquiera (como la de hoy) como una cuchara a la que podemos doblar, si damos con el pensamiento correcto que tímidamente nos revela: there is no spoon.

Boy: Do not try and bend the spoon. That’s impossible. Instead only try to realize the truth.
Neo: What truth?
Boy: There is no spoon.
Neo: There is no spoon?
Boy: Then you’ll see that it is not the spoon that bends, it is only yourself.

Una de las enseñanzas de Dark y de Ende -también alemán- (a la que le debo no seguirme perdiendo en esta época revuelta que he vivido y padecido) es que en la vidalaberinto algunas personas deambulan toda su existencia, intentando encontrar una vía de escape; otras, en cambio, llegan a la conclusión de que la única salida posible consiste en llegar al centro (de una misma). Solamente si logramos llegar hasta la médula, abrazaremos que aunque la muerte nos sea incomprensible, es factible reconciliarnos con la idea de que todo lo que somos y lo que hagamos será olvidado, algún día, lejano o cercano. Lamentablemente, no basta con desear llegar al corazón de una misma, del embrollo, pues llegar al centro, no solo depende de nuestra voluntad; el querer también se moldea con el dolor, así, cada deseo es susceptible de torcerse, de transformarse, y de convertirse en la mejor arma contra nosotras mismas.

Tannhaus creó un nudo (inasible) cuando su dolor lo llevó a desear impedir la muerte, volver el tiempo y cambiarla. ¿Cuántas hemos deseado lo imposible? ¿Nos ha hecho falta solo la madeja/materia/sustancia correcta para crear realidades alternas con personajes que nos superen en crueldad y paciencia? No creo que sea baladí que un relojero es el que logra alterar el tiempo y el universo en Dark. Trabajar con el tiempo es una actividad de alto riesgo, incluye la posibilidad de perderse en un océano infinito, en el cual nuestra voluntad, y la embarcación que la contiene, puede naufragar como casi le sucede a Bastián en el Pantano de la tristeza.

pantano tristeza interminable
Imagen con licencia libre.

Podemos pensar en que esta cáscara de nuez que habitamos se expandirá in-finitamente, hasta que llegue la hora de contraerse de nuevo e implosionar. Darse cuenta de este detalle es comenzar la vida en una perspectiva donde lo que más importa es el presente continuo, que no deja de alimentarse de las venas pasadas y futuras, de manera no lineal. Hoy inhalamos los átomos de quienes ya no están y de quienes vendrán. Reconozco a mi alrededor la luz que envuelve mis partículas, les sonrío a mis antepasadas, a todo el universo, a mi propio Paradies.

La duda universal, mi duda personal, se va alejando cada vez más, apenas alcanzo a distinguirla, su eco resuena: ¿Qué quedará de nosotras, de las personas que amamos? ¿Nuestros átomos, nuestra esencia, permanecerán más allá del tiempo que nos abrasa y nos consume, hasta que el fin de la nuez sea inevitable? ¿Podemos irnos a dormir pensando que somos el sueño de una viajante atemporal? ¿Nuestra existencia será eternamente replicada en el pasillo de la realidad desdibujada a la que pertenezco?

Lo importante no es responder estas preguntas, lo crucial es decirles (decirme) que el día para respirar con alivio, con humillación, con terror [Borges*], bajo la mirada atenta del universo, donde una mujer abre los ojos, se despereza y me esfuma (nos esfuma) de su pensamiento, llegó hoy, ayer. Me hago una con todas las otras que viajan hechas polvo entre las estrellas: amigas, abuelas, tías, hermanas, amantes, aliadas, acompañantes humanas y no humanas. Ese camino no tiene retorno y es in-finito.

Evening rises, darkness threatens to engulf us all
But there’s a moon above it’s shining and I think I hear a call
It’s just a whisper through the trees, my ears can hardly make it out
But I can hear it in my heart, vibrating strong as if she shouts

Oh Ariadne, I am coming, I just need to work this maze inside my head

The Labyrinth Song – Asaf Avidan | Dark (S03E04).

LEER PARTE I: La fiscalía de las afueras


*REFERENCIAS LITERARIAS en orden de aparición:

Die unendliche Geschichte (La historia interminable), M. Ende [1979].

Las ruinas circulares, J. L. Borges [1940].

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IMAGEN DE PORTADA: Fotograma del final de Dark / Netflix.

Inés M. Michel.

T: @inesmmichel / I: @inmichel
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas

cuerdasigneas@gmail.com

Foto: David A. Becerra.

5 respuestas a “Camino sin retorno”

    1. Gracias por la difusión.

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  1. […] (des)conocida en la que me he perdido tantas veces, en ocasiones sola, en otras acompañada. El viaje de ¿no? retorno se ha complicado en ciertos momentos, de maneras […]

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