Breve reflexión (auto)biográfica
“Estado, anarquía o liberación, es decir,
guerra latente, guerra civil o paz
eterna pero esta vez a nivel global”.
Rudolph, Moritz, El espíritu universal como salmón.
Pertenezco a la generación inmediatamente posterior a la brutal represión del 2 de octubre de 1968; tenía 12 años cuando, viendo un recorte de periódico en el baño, recuerdo haber leído sobre el acontecimiento, con mucho coraje de mi parte, sin tener claro por qué. Fue, simplemente (¿simplemente?), un sentimiento de impotencia y enojo.
Entre ese momento y mi incorporación al Partido Comunista Mexicano (PCM), siendo ya estudiante de filosofía en la antigua Facultad de Filosofía y Letras, alrededor de 1977, habían ocurrido muchas cosas, sobre todo en lo personal y subjetivo, pero también en lo social y objetivo.
Como ahora, aunque, obviamente, los contextos y la experiencia personal fueron muy diferentes.
Como quiera que sea, la situación local, nacional y mundial era tan dinámica como actualmente, aunque no parecía, solo que por aquel entonces no había le celeridad de hoy y no tenía la conciencia de que ahora dispongo.

Mucha agua ha corrido debajo de los puentes de mi vida y de la vida toda. Mi ida a la Ciudad de México (viví allá 20 años) y mi retorno a la Universidad de Guadalajara. Con muchas cosas en el medio. Entre ellas mi incorporación, como asesor a la H. Cámara de Diputados, primero y al Gobierno de la Ciudad de México, después; con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano hasta el de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón.
Todo se ha transformado, radicalmente, para bien y para mal. En México y en el mundo todo.
Llegaré a mis 68 años, próximamente, con una salud ya marcada por los años y habiendo leído, a diferencia de aquel entonces, muchas y muchos autores, además de Karl Marx y Vladímir Ilích Uliánov, Lenin; como todo buen comunista tenía que hacer. Mucho de mi formación se la debo a la militancia. Y también a la lectura cotidiana de los periódicos. El Día, en un principio, para pasar después a UnoMásUno (el mejor periódico habido hasta el momento) y, finalmente, La Jornada.
Muchos años después, ya habiendo regresado de mi inmersión en la modernidad en la Ciudad de México, y habiéndome reincorporado a la Universidad de Guadalajara (mi alma mater), por diversas circunstancias fui candidato independiente a rector, lugar (destacado) que me dio el Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU); allá por el 2012.

Esto en medio de una Universidad copada por el autonombrado Grupo Universidad. Hice, creo, un papel digno. Hay testimonios de ellos, incluso aquí en Cuerdas Ígneas.
Aunque en la marginalidad, sigo en activo, como profesor de asignatura; papel ingrato en tanto somos las y los que hacemos la chamba cotidiana de la enseñanza y somos a las y los que peor se paga.
Este es el drama de muchas y muchos profesores no solamente de la Universidad de Guadalajara, sino de prácticamente todas las universidades en México. ¿Hasta cuándo durará dicha inequidad?
2024 será definitorio en la Universidad de Guadalajara; al igual que en Jalisco, México y todo el mundo. Con todo y sus barruntos de tormentas.
Y nuestro papel como sujetos activos también.
Tiene uno que tomar partido.
¿Cuál es mi postura en medio de todo esto?
¿Qué pienso de la cuestión social y política?
Lo he dicho en dos Decálogos políticos 2024.
Y… ¿qué del problema de la enseñanza en la Universidad de Guadalajara?
¿Qué pienso de la filosofía?
Y, ¿qué del psicoanálisis?
No podré, por el momento, responder con detalle a todas estas interrogantes; pero sí no he dejado de manifestarme al respecto y adelantaré algunas cosas, en aras de definirme bien a mis 68 años de edad; ya casi cumplidos.
Mi última militancia la hice al lado de Carlota Botey y Estapé (1943-2011), Raúl Álvarez Garín 1941-2014), Gerardo Fernández Noroña y otras y otros, en el Movimiento de Bases Insurgentes (MOBI) del Partido de la Revolución Democrática (PRD); allá por los años 1998-2002, cuando pensábamos que todavía valía la pena. Hoy el PRD está a la cola de la derecha y no es otra cosa que la caricatura de sí mismo. Lamentablemente.
Soy, más que nada, un lobo solitario sobre el que pesan las derrotas generacionales de luchas que, no obstante, nunca dejé de dar, al lado de mi generación; hasta el momento. No hay peor lucha que la que no se da y no he dejado de dar mis luchas, con todos mis límites.
Me preocupa la derechización del mundo y del pensamiento; sobre todo en lo que respecta a los valores morales, en los que el conservadurismo se ha impuesto, pese a los cambios tan notorios, pero no imparables, está demostrado, en la vida cotidiana.
El gran tema del mundo actual es la cuestión social; en particular la desigualdad. No podemos seguir viviendo en sociedades tan desiguales, en Jalisco, México, el Mundo y nuestra Universidad. Algo se tiene que hacer en los hechos y en el pensamiento, para posibilitar el tránsito hacia una sociedad menos desigual, que detone el desarrollo sin el arrasamiento de seres humanos, seres vivos y naturaleza en general.
Aparte de mis cursos, Filosofía de la psicología y Seminario sobre Nietzsche, que han versado sobre los más diversos temas y autores y autoras, el espacio en el que expreso lo que siento y pienso es, sobre todo, Cuerdas Ígneas y también L-a causa del psicoanálisis.

Pienso que las elecciones de junio de este año serán definitorias para poder transitar a un México menos desigual y también creo que la derecha no tiene un México que proponer; a no ser el de la desigualdad y el México viejo que ya no puede ser. Son otros los tiempos y otro el espíritu universal del salmón; para jugar con el texto del que tomo el epígrafe que hace centro, más allá del Ego, en mi reflexión (auto)biográfica.
No otra cosa representa Xóchitl Gálvez y sus exabruptos y ocurrencias.
Sin embargo, Claudia Sheinbaum tiene que saber distanciarse, en su momento, de Andrés Manuel López Obrador; no sin asumir su herencia, para poder potenciar más y mejor la Cuarta Transformación (4 T) y lograr impulsar al país hacia la consecución de un México socialmente más igualitario y justo.
¿No fue este el mandato de las urnas que le dieron la presidencia a AMLO con 30 millones de votos en 2018?
Desde esta perspectiva, no deja de darme cierto coraje al ver tanta y tanto oportunista en MORENA y sus alrededores, conociendo tantas y tantos luchadores sociales que se la han rajado por México y sin embargo no ocupan ninguna posición de influencia en el partido gobernante.
¡Vaya, ni siquiera se les considera!
¡Es una pena!
Pero la lógica del espíritu del salmón, con todas sus contradicciones, sigue y sigue y…
Es la lógica del mundo, finalmente, para bien y para mal; nos guste o no.
P. D.
Sigue pendiente la tercera entrega de mi Decálogo político 2024; aunque en este texto no he dejado de hacer algunas consideraciones políticas, cruzadas con mis reflexiones (auto)biográficas.
No podía ser de otro modo.
Pero ya escribiré la tercera parte de mi Decálogo político 2024.

Nota: dedico este texto a la memoria de mis padres (Simón y María) y mis hermanos y hermanas ausentes: Maximiliano, Simón, Rosa y Celia; los llevo en el corazón y, por supuesto, que a mis hermanos y hermanas presentes: Refugio, Herlinda, Eulalia, Antonio y Luis Mariano. También los quiero mucho.
J. Ignacio Mancilla
Guadalajara Jalisco, colonia Morelos, a 1 de febrero de 2024.
Imagen de portada: Museo de la Ciudad.





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