¿Cuántas horas trabajan las personas que se dedican a labores de limpieza en parques, espacios públicos, vagones de metro, aeropuertos, cines?, ¿o quienes recolectan basura? ¿Cómo son sus condiciones laborales?
Es probable que muchas personas nunca se hayan hecho estas preguntas. Las labores de limpieza solo suelen notarse cuando nadie las hace, de modo que este trabajo invisible, que de cierta manera permite que el mundo siga moviéndose, se da por hecho, sin que pensemos demasiado en quienes se dedican a ello.
El documental mexicano Tratado de invisibilidad (Luciana Kaplan, 2024) pone al centro de su narración a quienes se dedican (en algunos casos desde hace décadas) a limpiar distintos espacios, recibiendo a cambio muy poco reconocimiento, un ingreso mínimo e incluso malos tratos por parte de sus empleadores y de las personas con las que conviven cotidianamente.

En México, cuidamos poco nuestros espacios públicos, así como los lugares por los que transitamos y a los que acudimos de manera frecuente: cines, aeropuertos, paradas de autobús… La basura que generamos suele acabar en el piso. Alguien más vendrá a recogerla y a limpiar.
Ese alguien más son personas que, por diversas circunstancias (falta de estudios, problemas físicos, entre otros), terminan trabajando en labores de limpieza, una labor precarizada que socialmente ocupa un peldaño muy bajo. Las personas que limpian y que recogen la basura no gozan de ningún prestigio social, a pesar de que permiten que las ciudades y nuestros espacios sean vivibles, sean dignos.
La mayoría de estas personas trabajan sin un contrato o subcontratadas por empresas que no les ofrecen ninguna garantía de que sus derechos laborales serán respetados. En el caso del Sistema de Transporte Colectivo Metro, las y los trabajadores que se ocupan de limpiar pasillos, escaleras y vagones son contratados por medio del outsourcing (un esquema que en el discurso oficial está erradicado). Sus derechos laborales son pisoteados por quienes supervisan su trabajo y el acoso hacia las mujeres por parte de los jefes está a la orden del día. Si se lesionan, aunque esto ocurra en el mismo trabajo, no se les permite faltar y las personas se ven obligadas a seguir yendo incluso con problemas de movilidad.

Casi todas las historias que conocemos en el documental de Kaplan son de mujeres, una decisión que no resulta superficial, si tomamos en cuenta que un gran porcentaje de las personas que se dedican a labores de limpieza y de cuidados son mujeres. Este es un trabajo muy atravesado por los roles de género.
Por supuesto, algunas de ellas, además de trabajar más de diez horas, son cuidadoras primarias de algún familiar, lo que convierte sus jornadas en dobles o triples, sin posibilidad de descansar adecuadamente.
Aún llegando a la tercera edad, quienes se dedican a limpiar, siguen trabajando. Su sustento depende de ello, por lo que observamos las historias de quienes laboran más de un turno, pues solo de esta manera reúnen el dinero necesario para su manutención.

Las jornadas laborales llegan a extenderse hasta las 14 horas, y conocemos los testimonios de quienes ganan 1750 pesos por quincena y se les llega a descontar hasta 500 pesos solo por faltar un día.
Mentiría si digo que no se sale de esta cinta con un sentimiento de desolación. No por ello hay que dejar de verla y de acudir a esta reflexión necesaria.
Ante la afirmación de uno de los encargados de las brigadas de limpieza de la Cdmx, quien expresa que tienen hora de entrada, pero no de salida, la documentalista pregunta: ¿Quién decide eso?
El sistema, contesta él, así es el sistema.

¿Qué hace falta para que cambie este sistema injusto y desigual en el que personas que hacen un trabajo tan necesario, muy digno y tan arduo reciben una remuneración tan escasa y deben laborar en pésimas condiciones?
Recordando las sabias palabras de Lisa Simpson: ¡Todo este maldito sistema está mal!
Tratado de invisibilidad está actualmente en carteleras (se puede ver en Cinépolis y en la Cineteca). Apoyemos este tipo de producciones mexicanas.
Inés M. Michel
Imagen de portada: fotograma de Tratado de invisibilidad / Contingente Fílmico, Mil Millones, ISB Films.





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