“[…] empecé a comer tierra por otros que

querían hablar. Otros, que ya se fueron”.

“¿Cómo llegamos a este punto?”.

“Así pues, ¿dónde estamos hoy?”.

Desde hace buen tiempo, bajo espacialidades y temporalidades distintas, venimos padeciendo —local, nacional y mundialmente— la más absoluta degeneración de la política.

Y parece que el aberrante fenómeno no tiene fin, sino que cada vez más se nos ofrece su descomposición como el platillo principal de nuestro consumo cotidiano. Sin ningún tipo de recato.

Ejemplos sobran en los tres niveles ya señalados.

Y todas y todos azorados, paralizados y… ¿tan impotentes?

¿Cómo es que se gestó este fenómeno (mundial, nacional y localmente)?

¿Tiene que ver con la crisis de la globalización?, que Jacques Derrida prefería llamar —y sus razones tenía— mundialatinización.  

política insultos falta de argumentos
Imagen generada con OpenAI.

¿Qué orden se está gestando?, atrás y delante de nosotras y nosotros y que configura, ya también, nuestras nuevas subjetividades, sin que por ello caigamos todavía, en (la) cuenta.

Voy a hacer, libremente, ejercicios de memoria, para situar –por supuesto que puede haber otros y más diversos— los acontecimientos que nos indican la genealogía de este preocupante fenómeno presente, que consiste en el más absoluto envilecimiento de la política.

Empezaré por lo local, advirtiendo que las relaciones entre lo local, lo nacional y lo mundial son sumamente complejas y nunca son unilaterales ni solamente bilaterales. Hoy son multilaterales.

Y lo mismo vale para las temporalidades; de modo que las relaciones entre pasado, presente y futuro son dinámicas y no estáticas. Son más bien un complejo nudo temporal en el que la vida social y la vida toda fluye y transcurre, mutándose al ritmo que marca el mundo como un todo.

El 23 de abril de 2008, siendo gobernador de Jalisco (2007-2013), Emilio González Márquez, espetó y vociferó —medio borracho— un “chinguen a su madre” a todas y todos sus críticos y en general a las y los jaliscienses. Y lo más abyecto no fue la ofensa en sí, sino la complicidad y hasta el festejo de las y los asistentes.

insultos de emilio gonzalez marquez
Imagen generada con OpenAI.

Desde entonces, la vorágine de la humillación y bajeza se apoderó de Jalisco —y también del país y del mundo— y entró como en un tobogán sin fondo y nos llevó hasta el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, pasando por el 4, 5 y 6 de junio (el Halconazo Tapatío —con Enrique Alfaro—) y… todavía más acá.

Pero eso sí, Guadalajara será una ciudad mundialista (el país todo) y nuestros males, las y los miles de desparecidos, pasarán a segundo plano ante la lógica del balón y de las patadas y cabezazos.

Pasando de lo grotesco a lo siniestro y al gran espectáculo mundialista, para el beneficio de pocos, muy pocos y el éxtasis futbolero de muchos.

Pero el país todo ya se había sumergido, desde 1994, en una descomposición trágica de la política; con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y, sobre todo, el posterior asesinato de Luis Donaldo Colosio.

¿Acaso podemos asegurar que dichos acontecimientos ya nada tienen que ver con lo que sucede actualmente?

Yo no me atrevería a afirmarlo, al margen de la enorme dificultad para establecer las mediaciones adecuadas entre aquellos eventos y lo que hoy ocurre, por lo menos en el terreno de la política.

En cuanto al escenario del mundo, 2001, podemos situar en el avionazo a las Torres Gemelas —con todas las suspicacias habidas y por haber—, como el inicio de un marcado retroceso del ideal libertario en aras de la seguridad imperial y estatal (de EUA); llegando hasta Donald Trump y su arremetida contra todo lo que tenga que ver con la agenda woke y el “fantasma” del comunismo, como lo llamó Marx en su genial Manifiesto del partido comunista.

El mundo todo, pues, hoy baila al ritmo de los caprichos —imperiales, hay que decirlo— de alguien que ha llevado la política a su expresión más pobre y miserable; baste pensar en lo que le respondió a una reportera que lo cuestionaba: “silencio, cerdita”.

donald trump enojado insulta a reporteros
Imagen generada con OpenAI.

Estamos hablando del presidente de los EE. UU., quien no pocas veces ha mostrado su patanería y poca educación —¿es pedirle mucho, al ejecutivo del Imperio yanqui?—. Con un irrespeto desmesurado al lugar que ocupa, no como individuo, sino en tanto la función que desempeña, precisamente política.

Así las cosas, pues.

La derecha en general, aunque en ocasiones la izquierda no canta mal las rancheras, es campeona en postular individuos que, con sus decires y haceres, han llevado la degradación de la política a niveles realmente máximos.

Pensemos en Javier Milei, el actual presidente de Argentina; que además tiene clones, ya, mexicanos.

¿Verdad Ricardo Salinas Pliego?

La derecha mexicana, pues, no se queda atrás en esta singular competencia.

Así, el sábado 15 del mes salió a la calle y dio rienda suelta a su gusto por la bajeza política.

No voy a detallar, ya es innecesario, la violencia que suscitó la marcha, sobre todo al final, a la entrada del palacio de gobierno y también de la catedral.

Solamente voy a detenerme, a partir de la crónica hecha por Hermann Bellinghausen (La Jornada 16/11/2025) para el periódico La Jornada, en algunas de las expresiones dirigidas –de la manera más ruin y baja— contra nuestra presidenta.    

Llegando al colmo de lo obsceno.

Degradando no solo la política, sino el lenguaje y lo humano mismo; ello a través de las injurias dirigidas, sobre todo, contra nuestra presidenta. La que elegimos las y los mexicanos, con más de 35 millones de votos; casi los 36 millones.

El odio de clase y de género alcanzó en dicha manifestación un nivel realmente patológico, políticamente hablando. Y no fue, precisamente la espontánea ira, si consideramos la pinta hecha al calor del desbordamiento del enojo: “Puta judía”.

Y no se trata, por supuesto, de eximir de la crítica a la actual administración; falible, como todas. Con no pocas cosas cuestionables a nivel nacional, pero sobre todo en los estados gobernados por MORENA.

Pero una cosa es la crítica y otra el oprobio y la vejación verbal.

manifestantes quienes son
Imagen generada con OpenAI.

No quiero imaginarme la vida cotidiana de la señora, esposa del que gritó, refiriéndose a nuestra presidenta: “Que la saquen y la encueren”. Uno más, envalentonado en la lógica de la masa, dijo: “Allá adentro les tiemblan las chichis”; esto junto a fantasías —por supuesto machistas— de vejación, según la escueta pero excelente crónica de Hermann Bellinghausen.

Infamia que se les devuelve, invertidamente, en tanto ellos como portadores de mensajes de odio, son también —guste o no— sujetos humanos con fallas y no representan, precisamente, el canon de la ética y la política.

Realmente me apena y me preocupa, el grado de ignominia que acusaron los marchantes y manifestantes.

¡Cuánto odio destilaron con sus pintas, consignas y gritos!

¡Cuánto desprecio por una mujer, por la mujer, que ganó —legal y legítimamente— la mayor representatividad política del país! En tierra de machos.

Es algo a lo que tenemos que ponerle un alto; un ya basta.

Pero las cosas no quedaron ahí; ahora sucede que los ideólogos de la derecha, Enrique Krauze entre ellos, quieren elevar a estos manifestantes, prácticamente, al plano de héroes nacionales. Es el colmo del idiotismo intelectual.

Esto sí que es absurdo y nos muestra, pues, el absoluto enviciamiento de la política en México.

Cosa que ocurre, lamentablemente, también a nivel mundial y no solamente nacional y localmente.

Este es el signo de nuestro tiempo, la degradación y vileza de todo.

De las mujeres y también de la política, que en buen español es femenina.

Y es que, como Jacques Lacan sostiene, a la mujer siempre se le dice mal; se le maldice, se le difama. Más cuando no se sabe qué hacer con ella como el Otro sexo y con su actual empoderamiento.

violencia de genero mujeres politica
Imagen generada con OpenAI.

Algo más que preocupante.

Ya es tiempo de que las y los electores también actuemos. Que nos organicemos.

Antes de que sea demasiado tarde.

¿Qué esperamos las y los electores?

Ya concluido mi texto, terminé de leer Las nuevas caras de la derecha. Potencia y contradicciones de la etapa posfascista, de Enzo Traverso (Siglo XXI Editores, México, 2025), en realidad una larga entrevista con Régis Meyran, libro muy esclarecedor con respecto a los nuevos rostros de la derecha en el mundo.

En la conclusión, que lleva como título Imaginario político y surgimiento del posfascismo; específicamente en la última pregunta: “[…] ¿Cuáles serían sus observaciones como conclusión?”, Traverso responde:

“[…] Mi sensación, que creo ampliamente compartida, es la de una gran incertidumbre. Vivimos una época de transición: el siglo XX ha terminado; tuvimos una muestra con el 11 de septiembre, varias guerras que devastaron al mundo árabe, una crisis financiera global, los atentados de Europa. Todo eso no hace sino acentuar nuestra inquietud. Frente a nuevos escenarios desconocidos, solo disponemos de un vocabulario antiguo, herencia del siglo terminado. Sus palabras están desgastadas, pero aún no hemos forjado otras, Nos arreglamos con ellas. Todo el debate en torno del fascismo se inscribe en esa situación transitoria. Sabemos que el siglo XXI no será una era de felicidad, pero, a diferencia de nuestros antepasados, nos cuesta definir un proyecto para el futuro. Intentamos conjurar lo peor, defender las conquistas del pasado, preservar una democracia que día tras día se vacía un poco más de sustancia. Y sin embargo, sabemos que la olla hierve y que la tapa va a saltar. Habrá grandes cambios: habrá que prepararse para ellos. Las palabras vendrán solas” (pp.171-172).

Y el día de hoy, en la Jornada, aparece el artículo, México: piensa mal y acertarás, de José Steinsleger, muy ilustrativo con respecto al punto que toco en mi texto, el de la derecha en México, Argentina y el mundo. 

Tanto el libro, del que me ocuparé en otro texto, como el artículo, son más que claros con relación a las tendencias reaccionarias que quieren imponerse en el mundo.

¿Lo permitiremos?


3 respuestas a “Sobre la degradación de la política”

  1. Avatar de MAR CHAVEZ GUTIERREZ
    MAR CHAVEZ GUTIERREZ

    Excelente, mi estimado Nacho. El posfascismo no se dará por vencido; hay que atajar a tiempo; si no, seremos otro país en el mapa de la ultraderecha mundial. Un abrazo.

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    1. Así es, estimada. Pero estemos en la lucha.

      Gracias por el comentario y saludos.

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  2. Excelentes argumentos históricos y actuales del “ardor” que padece la derecha. El Machismo Profundo antes casi invisible sale a flote ante la amenaza que representan ahora las mujeres en la política y en todos lados. Abrazo BeaBustos

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