¿Algo que celebrar?

Me cuesta sumarme acríticamente a cualquier festejo que hable de la patria, como máxima nacionalista de un estado con el que yo tengo tantas diferencias, sentimientos encontrados y cuyas heridas siguen abiertas, dando fe cada día de todo lo que no hemos podido resolver, que no hemos sabido enfrentar, pues, más allá de salir a votar, de poner nuestra esperanza en una persona u otra, en un partido u otro, ¿qué hacemos día con día para organizarnos colectivamente y plantear alternativas para enfrentar al horror cotidiano que se volvió realidad permanente?