15 de septiembre

No amo a mi patria.

Su fulgor abstracto

es inasible. Pero (aunque suene mal)

daría la vida

por diez lugares suyos, cierta gente,

puertos, bosques de pinos, fortalezas,

una ciudad deshecha, gris, monstruosa,

varias figuras de su Historia e historia,

montañas

y tres o cuatro ríos.

José Emilio Pacheco

(Alta traición)

Y sí, hoy es 15 de septiembre. El mes patrio, decimos los y las mexicanas. Mes de asistir, con todo el cariño y el respeto y , sobre todo, patriotismo (que no es lo mismo que patriotería o chauvinismo), que nuestra ocasión requiere, en este momento, a la tradicional Ceremonia del Grito de Dolores, en todos los estados del país, y en la capital de nuestra República, por supuesto.

Y en todos los rincones, hasta los más remotos, de México.

De consumir pozole, tostadas y tortillas de maíz, elotes, nopales, aguacate, melones o sandías y todos nuestros platillos tradicionales: los frijoles; los tamales: verdes, rojos, de dulce.

De cenar en familia o en algún restaurante.

De declamar a López Velarde (Suave Patria es uno de los poemas más bellos y perdónenme la falta de modestia, que en la Tierra existe).

Tlayudas en Michoacán, corundas en el Norte;  pozole blanco en Jalisco y rojo en Guerrero.

Cochinita pibil en Yucatán (con soya; para mí, sabe igual de buena); pozol en Chiapas; y tantos y tantas y más comidas y bebidas.

Mezcal, tequila, tejuino, agua de horchata de diversos sabores; tepache.

(Si hice alguna omisión, en platillos y/o bebidas, discúlpenme lectores —fue involuntaria y que no se sienta nadie—).

Y ya, después de acudir a la ceremonia en el Zócalo y consumir las diversas frituras que ahí venden los vendedores ambulantes en la Ciudad de México y en todos los lugares del país, no hay que olvidarse de que, estemos donde estemos (con nuestra familia, en nuestra casa, en un restaurante o en la fondita de la colonia; en casa de amigos o de amigas, trabajando; o con quien más nos sintamos a gusto para estar) a las 12, en cadena nacional, oír el Himno Nacional.

Y sí.

Comencé citando a un poeta y cito a otro en medio de este texto. Me faltó mencionar otro más, que fue de mis preferidos en aquel tiempo de la escuela primaria y que me tocó recitar unas veces y otras oír recitar: Amado Nervo, Raza de bronce.

Eunice Michel.

Guadalajara, Jalisco, colonia Morelos, a 15 de septiembre de 2022.


Imagen de portada: Irving Pineda.

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