Para mi abuela María
 
Un día cualquiera te acuerdas del agua de arroz de la abuela, detalles sin importancia, el sabor del agua y la canela. Llevaba piloncillo. Es durante un día dedicado a cosas que importan que los detalles nimios acuden, ese golpe de infancia en donde los tíos y los primos están reunidos, y papá y mamá, compartiendo un pan dulce en la cocina que siempre olía a frijoles recién hechos, a piloncillo y a canela. Eran días cualquiera, días sin importancia. Los días adultos, los días productivos e importantes no habían hecho su aparición y solo existían esas tardes con la abuela en las que antes de ocultarse el sol ella sacaba una moneda de diez pesos de entre los pliegues del mandil que siempre vestía, que te vaya bien, mija, decía en voz bajita. Detalles nimios como los juguetes compartidos con mi prima Fabiola y los carros estacionados bajo el sol que nos observaba ser niñas; quedó todo eso atrás, la vida de ahora, la importante, la del trabajo y las cuentas por pagar, deja apenas tiempo para la memoria que escasea y que hace una repentina aparición en el rincón de la cocina de mi departamento. Memorias que en un día cualquiera las evoco junto al arroz que hierve, volviendo al agüita con piloncillo, a la receta que papá se sabe y no le había pedido, detalles sin importancia. En la madrugada una lágrima rebotó en la madera color maple de la cocina y extrañé a la abuela y a sus frijoles de olla que alcanzaban para dar de comer a todo el que pasara por su casa, extrañé los gritos de los niños jugando y a mí entre ellos con Fabi, nosotras en otra vida, en otro tiempo, detalles sin importancia. Vuelvo a la cama. Es cierto lo que leí una vez en mi timeline: a los diez años lo teníamos todo y no lo sabíamos.
 
Atardecer en Guadalajara. Foto: Raul Macias/Flickr.
 
Inés M. Michel.
I: @inmichel
 
Ciudad de México, junio, 2019.
 
 [Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]

 

3 respuestas a “Detalles sin importancia”

  1. […] ladrido de Vod – Los ojos del abuelo – El agüita con canela – El pelaje blanco que se adhirió a los libros y abrigos – La cocina de Fresales […]

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  2. […] caso también está en un departamento de Villa del Puente, en el que crecí; está en el olor del agua con canela de la abuela María; y Encino también vive en este envase de carne que me […]

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  3. […] que me asaltan en la cotidianeidad, desde cómo hacer el agua de arroz que preparaba la abuela, detalles sin importancia, hasta dónde puede encontrar esa cita de Nietzsche que necesito releer para el epígrafe de algún […]

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