Segundo Antidecálogo

Segundo Antidecálogo, segundo (para tiempos de crisis)

J. Ignacio Mancilla

A manera de entrada

No sé si los poderosos del mundo vislumbraron lo que estamos viviendo, no tengo la menor idea. Lo que sí tengo claro es que la gran mayoría del común de las y los mortales no pudimos y no supimos prever este escenario tan complejo y problemático. Pero ni modo, en este tiempo nos tocó vivir, en el de la pandemia del Covid-19 o Coronavirus.

Es, por tanto, desde mi posición geográfica y cultural que hago este segundo antidecálogo, para así actualizar el primero y expresar mi sentir respecto al momento en el que estamos y, sobre todo, dejar en claro mi postura ante lo que se viene, en México y el mundo todo. Pero antes una aclaración, no podía haber formulado este Antidecálogo sin tres libros fundamentales que circulan en la red: La sopa de Wuhan, Todo lo que nos queda es (el) ahora y ¡Pandemia!; los dos primeros libros colectivos y el último del controvertido filósofo esloveno Slavoj Žižek.

Va pues.

1.- Lo primero que nos tiene que quedar claro es que la vida toda cambió y ya no será  lo que fue antes de esta pandemia; tenemos que reinventarla bajo otros supuestos, ajenos al individualismo, al capitalismo y al estatismo y también al colectivismo asfixiante de las subjetividades. No solo por el confinamiento que estamos viviendo, sino y por lo que se viene; social, económica, política, vital y mortalmente.

2.- Tenemos obligación de repensar, radicalmente, nuestras prioridades en la perspectiva de una vida otra a la que estuvimos acostumbrados hasta la aparición del Covid-19 o Coronavirus. Esto en todos los niveles y ya no solamente el de la salud y la enfermedad; sino, también, en el ámbito del empleo y las diversiones. Al igual que el de la organización de la vida toda, siempre hecha, hasta el momento, bajo  las prioridades del capital y/o del Estado. Llegó la hora de priorizar la vida en tanto vulnerable, pues nos tiene que quedar claro que al capital y al Estado no les interesa la vida. Ninguna vida.

sin casa
Hombre en situación de calle enseña sus manos,
asegurando que usó gel antibacterial (Foto: Marco Peláez/La Jornada)

3.- Ha llegado, pues, el tiempo de forjar una comunidad otra, ajena al mercado, pero también al Estado que usurpa la lógica de los pueblos y que bajo su nombre los acecha para oprimirlos y explotarlos mejor. La medicina más idónea es la del cuidado de todos, bajo las exigencias que la pandemia nos impone, pero de ninguna manera, ya, bajo la óptica de primero yo y mi familia y después los otros y la comunidad toda. Aunque estemos aislados, ¿cómo sobreponernos a ello?

4.- Estamos obligados a reinventar prácticamente todo, no a hacer tabula rasa sino, más bien, impulsar las conductas solidarias y humanistas, partiendo de la fragilidad de la vida; para que desterremos, todas y todos, el egoísmo que ve en el otro o una amenaza o alguien de quien beneficiarse y sacar partido y, ahora, un posible contagiante.

5.- El capital, con su lógica trans-estatal, y el Estado, con su perspectiva de un supuesto más allá del capital, pueden ser un binomio funcional que se imponga por encima de los intereses de los pueblos y comunidades y todas y todos nosotros en detrimento de  la vida y a favor, siempre, de las cosas y el dinero.

6.- Necesitamos organizarnos desde otra perspectiva, más acorde con los valores más simples, ésos que la crisis de Covid-19 o Coronavirus han puesto en primer plano: el de la salud como un derecho humano básico; pero también el del empleo, el de la comida, la educación y el techo. Todas cosas fundamentales de las que no pocos carecen; mientras muchos concentran el producto del trabajo de todas y todos para beneficio propio. Dizque porque son dueños del dinero, como si éste se hubiera hecho solo.

crisis
Foto: Getty Images.

7.- Esta crisis nos obliga a replantearnos las prioridades tanto económicas como políticas; así como las de la producción misma. Ya no puede seguir siendo el mercado, como mecanismo supuestamente ciego, el que regule las actividades fundamentales de nuestro país y del mundo. Y el Estado, ahora, tiene que ser el que manda obedeciendo, a sus pueblos, y pone la vida por encima de todo y no el capital y las cosas como se ha hecho hasta ahora.

8.- Por tanto, tiene que darse una pausa para todas y todos los deudores y redefinirse, también, el lugar de la Banca, pues no puede seguir teniendo las tasas usureras que tiene, a costa de la mayoría que es la que menos tiene y la que genera, con su trabajo, la riqueza. Necesitamos una Banca con responsabilidad social, capaz de reactivar la economía y un gobierno que redefina sus prioridades en favor de un nuevo proyecto social y de nación.

9.– Sí, bajo la circunstancias actuales, no es posible seguir pensando y actuando a partir de paradigmas ya caducos; tanto en lo personal como en lo social, en lo económico y político. Mucho es lo que tenemos que ajustar a las nuevas exigencias que nos ha impuesto el Covid-19 o Coronavirus. Nos guste o no. Este es el horizonte de ahora, no hay otro. Y los medios masivos de comunicación han enseñado el cobre, pues lo que  han hecho es atizar el odio, la desinformación y la irresponsabilidad.

10.- Y ya pare cerrar, no sin Nietzsche, es tiempo de transvalorar todos los valores, pues la realidad misma y la presencia de este nuevo virus –seguramente vendrán otros, más agresivos y letales– así nos lo ha puesto de manifiesto. ¿Seremos capaces de estar a la altura que las nuevas realidades biopolíticas y psicopolíticas nos exigen?

mundo
Foto: NASA.

De no hacerlo, pronto pasaremos a la historia, la humanidad toda y ya no solamente las y los mexicanos.

Este es el dilema al que nos confrontamos todas y todos. Ha llegado el tiempo de actuar y es algo que tenemos que hacer entre todas y todos. Ya no podemos seguir posponiendo nuestras responsabilidades individuales y colectivas en aras de una forma de comunidad nueva.

No podemos seguir medrando con la vida a costa del planeta todo, de la vida misma y de nosotras y nosotros.    

Nota: como dije en la entrada, mucho debo a los libros señalados. Mucho me posibilitaron dichos textos. En ellos descubrí autoras desconocidas –por mí– que me obligaron a relativizar lo que viene de los grandes pensadores –y que conste que los respeto mucho y los he seguido–, es el caso de María Galindo. En fin… todavía tengo que reflexionar y trabajar mucho para poder asumir lo que las colaboraciones de los dos textos colectivos y el de Slavoj Žižek me han aportado; esto apenas es un primer texto que va en ese camino.

Van los links de los libros:

  1. https://www.elextremosur.com/nota/23685-sopa-de-wuhan-el-libro-completo-y-gratis-para-leer-sobre-el-coronavirus/
  2. https://pensarecartoneras.wordpress.com/2020/04/08/todo-lo-que-nos-queda-es-el-ahora/
  3. https://drive.google.com/file/d/1kizrkkpecTx_Rc6vked5ojw-yomEkARR/view?fbclid=IwAR2Pi6yqxIx8Mj1pBpsTGCiwJb87SvlDf688RYDx8ZoUIM11xYjSsp3DfNs

Imagen de portada: AICM, marzo, 2020 (Foto: Pedro Padro/Getty Images).

J. Ignacio Mancilla.

FB: Juan Ignacio Mancilla Torres
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas
cuerdasigneas@gmail.com

2 comentarios sobre “Segundo Antidecálogo

  1. Saludos cordiales.
    Una citación difícil que nos echa a lo desconocido enfrentando al más valiente con sus pensamientos más pesimistas… Una condición la más democrática la primera de muchas que la sociedad enfrentará.

    Le gusta a 1 persona

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