Columna invitada
Eduardo Reyes González
El 2021 es de gran importancia para el partido en el poder de nuestra república democrática mexicana, ha llegado el momento en que MORENA conozca cuál ha sido el impacto que ha plasmado en la sociedad, de acuerdo con las decisiones que ha tomado desde la silla presidencial y desde las curules del senado y de la cámara de diputados.
Es momento de que la nueva oposición, conformada por inusuales coaliciones entre el PRI, PAN, un PRD en declive y nuevos partidos parásitos, impulsen una estrategia capaz de derrumbar el poderío político que, sin necesidad de reconocerlo, tiene en sus manos el señor López Obrador.
Y por primera vez en la historia política de nuestro país, también es tiempo de reelecciones.
De nada sirvió el esfuerzo y muerte de Francisco I. Madero, quien en 1910 tuvo que quitar con pala a Porfirio Díaz de su trono, quien ya llevaba más de tres décadas operando las instituciones mexicanas, impulsando un gran avance económico del país, pero bajo una dictadura que en ese momento México no necesitaba. “Sufragio efectivo, no reelección” fue un lema del Plan de San Luis que nos duró 110 años solamente. A partir de 2014 se trabajo en la cámara de diputados una ley en la que los senadores podrían reelegirse por dos periodos y los diputados por hasta cuatro, es decir, estar en el poder hasta 12 años, 498 diputados federales de 500 se relegirán en el 2021, ¿será mucho amor al pueblo o al poder?
La nueva oposición, trata de darse un poco de cariño y apapacho que se negó en tiempos pasados, ya se están olvidando los tiempos en que el PRD reclamaba las injusticias de las elecciones de finales de los 80 con Lázaro Cárdenas, un PRI rencoroso consigo mismo que se supone también tuvo el valor de sacrificar a uno de sus mejores candidatos como Colosio, y la incredulidad de un país entero cuando el PAN por fin terminó con 70 años de monopolio priista.
En 2021 se pelearán 15 gubernaturas, 30 congresos locales y 1063 diputaciones en todo el país, más de la mitad de estos puestos se confrontarán mediante coaliciones, “Juntos Haremos Historia”, integrada por MORENA, PT y PVEM, y la coalición “Va por México”, integrada por PRI, PAN y PRD. Por ahí también se encuentran Movimiento Ciudadano, Partido Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza México, partido del expresidente Felipe Calderón.
En juego también están mas de 5 mil millones de pesos que se asignaron a los partidos políticos este año para sus campañas, dinero fácil y bien querido, suficiente para hacerse de amigos este 2021, es el año de las obras públicas y sociales en todo el país, es hora de los grandes recibimientos con bombo y platillo para los candidatos que llegan al pueblo, es tiempo de las reuniones y de las promesas banales y superficiales, es tiempo de acarreos y preparar el lonche para los mítines bajo el abrazador calor, aunque no sé si, por la pandemia, esto pueda ser posible.

Es tiempo de desarrollar los eslóganes más pegadores que no prometan nada más que aliento y suspiros, es hora de las encuestas falsas, de las encuestas amañadas, es hora de sacar los trapitos al sol, aunque en Guerrero y Tamaulipas sacaron todo el tendedero; es hora de hacer a nuestros enemigos más enemigos todavía, es tiempo del linchamiento político, es tiempo de las aportaciones a la revolución actual, otros ni pío dirán. En estos momentos el viento está soplando fuerte en el país y los chapulines van de puesto en puesto, de partido en partido, tan fácil cambiar de ideología en esta época, es tiempo de amor político, es tiempo de encantar nuevamente al electorado, si antes no se le creía al político mexicano, ahora que ya se probaron todos, se elegirán a los menos peores, pero no los que convenzan más.
Y aún mas notorio, el desamor entre ciudadanía y políticos, que no se había expresado de tal magnitud como ahora, todo esto gracias a las redes sociales; políticos y servidores públicos expuestos, denunciados y exhibidos; hoy en día ya se ha logrado la posibilidad de bajar de alguna nominación a un mal servidor público. Era impensable en un pasado, que a un político se le pudiera exhibir de esta manera, antes, con cualquier fuero, compadrazgo o un tehuacanazo era suficiente para callar al enemigo.
La percepción actual se inclina medianamente a un descontento social con el partido en turno al poder, el sector empresarial defraudado, el sector energético desaprobado, la lucha feminista desvirtuada, la seguridad social olvidada, el arte y la cultura desvalorada, la educación sin cambios necesarios en su propósito, la tecnología obsoleta en su impulso, el trabajo legislativo como siempre usado como un instrumento manipulador más que benefactor, los mismos pobres de siempre, unos corruptos se van, otros vienen, y el mexicano promedio queriendo cada día más a su país y viendo como la clase política hace oídos sordos a las exigencias más apremiantes, siempre ponderando el deseo de poder, mientras nuestro presidente duerme en un palacio.
Me gustaba más el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, me hacía pensar en que la primera impresión es la que cuenta, el sistema ferroviario del país sin duda debe renovarse y crearse como impulso a mejorar la economía de las regiones. Dar prioridad a la energía fósil y contaminante creo que es un retroceso, aunque las “energías limpias” no son tan limpias como parecen, la inversión extranjera siempre es fuente de contribuciones en impuestos, empleo, competencia e innovación.
Siento que la pandemia no le cayó como anillo al dedo a nuestro presidente, en realidad fue como cortarle una mano, por más discurso bonito y pelado de las mañaneras, el Covid19 redujo cualquier esfuerzo que se haga por el país desde Palacio, seguramente mayor parte del tiempo de discusión va directo a este tema, aunado a que la relación Gatell-López está en su punto más áspero, ante la poca funcionalidad del programa de vacunación. Esperemos que en el segundo turno al bate de MORENA y sin pandemia, se pueda encontrar en su discurso y hechos, la verdadera cuarta transformación prometida.
La transformación no se basa sólo en cambio de color y de mover perfiles dentro de la administración pública, se trata de que afuera, en las calles, la gente perciba un ambiente diferente y, sobre todo, mejore su calidad de vida; que respete a sus políticos siendo estos verdaderos representantes sociales y no sólo oportunistas del poder.
Este año será una nueva página en la historia política de México, amorosa o agridulce como suelen ser desde años atrás.
Eduardo Reyes González.
Fuente: http://www.ine.mx/voto-y-elecciones/elecciones-2021/
Imagen de portada: @wokandapix
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