|Columna invitada
Eduardo Reyes González
Tomar conciencia de las problemáticas que nos atañen como ciudadanos, fuera del paternalismo gubernamental, es una obligación ciudadana, así como conocer nuestros derechos y, sobre todo, obligaciones comunitarias, expresados en nuestra Constitución Política Mexicana y en los manuales locales de buen gobierno. Es una prioridad para vivir en armonía con nuestros vecinos y el entorno.
Sin embargo, aún conociéndolas, nuestra sociedad ha desarrollado una patología preocupante al impulsar y minimizar conductas fuera de la ley, que al llevar implícito un beneficio personal, se hace factible, contagioso y sigue reproduciéndose, volviéndose actos comunes y aceptados.
Transcribo este análisis desarrollado por Kring Ravn, seudónimo de un ciudadano urbano oriundo de esta metrópoli, quien se caracteriza por su preocupación por el deterioro moral e ideológico del ciudadano de la gran urbe, siendo este un manifesto en un acto de disertación moral, ante un deterioro civil que no hace más que agrandar nuestra mancha de errores que en el futuro traerá consecuencias lamentables.
Robo de electricidad
Todos lo hemos visto, escuchado o hecho, el colgarse de la electricidad pública o armar un famoso diablito, ya sea para la casa o un local comercial, si bien es cierto que la electricidad es un bien común y bajo las leyes mexicanas, es del pueblo, se tiene que pagar el servicio, no para usarlo, sino para que llegue hasta el lugar donde estés y costear toda la infraestructura que esto implica. El diablito consiste en colocar los cables eléctricos directo a nuestra corriente eléctrica para evitar el paso por el medidor y sin reportar el consumo a CFE, la sanción, en caso de que te descubran, es de hasta 500 salarios mínimos de multa y 10 años de cárcel.
Ambulantaje
Es regular que la mayoría de los mexicanos compren en un puesto ambulante, cualquiera que sea el rubro, a sabiendas de que en el país está prohibido realizar este tipo de comercio, el cual no paga derechos de funcionamiento, impuestos y no acata los reglamentos; lo contradictorio es el hecho de que sí pagan cuotas de operación a líderes que generalmente controlan al grupo de vendedores. Aunque la mayoría de estos grupos se amparan en su derecho a trabajar y tener mejores oportunidades de vida, lo cual es irrefutable, es mejor hacerlo de manera correcta y bajo los lineamientos establecidos. Si bien vender en la vía pública no es un delito, sí es una falta administrativa por la que se pagan 100 pesos por multa, se retiene el producto y se cancela la licencia.
Infracción de tránsito
Quien tiene carro en algún momento ha comedio alguna infracción “sin querer”, principalmente por la “prisa”: ir a exceso de velocidad, estacionarse en doble fila, estacionarse en lugares prohibidos, aunque solo vayamos un minuto, no usar el cinturón de seguridad, manejar alcoholizados, usar el celular o no ceder el paso al peatón, etc. Ante la falta de vigilancia por la autoridad y el contubernio del ciudadano, este ya es un problema donde la corrupción se da sin dificultad, recordando que, para que haya corrupción, debe haber un infractor y no porque pagues el salario de alguien que te infraccione, tienes el derecho de exigir que no lo hagan. La multa más alta es por circulación en contraflujo con un costo de $5377.00 pesos.
Violencia por ruido
A los mexicanos nos encanta la fiesta y, por lo tanto, la música, entre más fuerte esta sea, mejor la pachanga se pone, y aunque es cierto que tienes el derecho de poner un equipo de música en tu espacio personal, el ruido que sale de ellos al parecer no es nuestro problema, aunque perturbe el descanso de los vecinos, ya sea la fiesta en la calle de tu colonia, en el edificio de departamentos donde vives, el gran baile patronal del pueblo o para ambientar la apertura de tu negocio. México ocupa el lugar 8 en mayor contaminación por ruido en el mundo. Se estableció en la CDMX una multa de hasta 9 mdp para el vecino ruidoso, confiscación del inmueble o clausura del establecimiento.
Ocupación de espacios públicos
Si el predio en donde construyo mi casa es mío, lo que tenga enfrente de la banqueta también, si tengo un local que da a la calle, también puedo usar la banqueta para poner cosas y uso el espacio como estacionamiento propio y lo aparto, es la lógica mexicana, mientras deje un mínimo de espacio para que pase una persona no hay problema, y si me reclaman, me enojo porque es mi derecho. Pongo mi carpa frente a mi casa para los XV años de mi hija o para celebrar la fiesta de la colonia, hago un plantón porque no tengo agua en la unidad y cierro la calle sin medir afectaciones, mientras lo haga yo es mi derecho, pero si alguien más lo hace, afecta mis derechos, atentando contra la civilidad y lo peor a nuestro propio libre tránsito. Las multas son de hasta $3500.00 pesos o arresto de 24 horas por obstruir el espacio público.

Generación de desperdicios
Toda cosa es útil hasta que se descompone, ya no es comestible o es obsoleta, pasa el carro de la basura, lo aventamos al río o se lo lleva el del fierro viejo, posteriormente a eso ya no es nuestra responsabilidad, dándole al estado la obligación de desechar lo que no ocupamos, a sabiendas de que este desperdicio se va a destinar a otros lugares donde se generará más contaminación, ya sea un vertedero de basura, donde será un foco de infección ambiental o los desechos sólidos de tu desagüe que se van al mar a contaminar más, inconscientemente seguimos siendo parte del problema sin manifestar alguna opción para mejorar la situación, haciéndonos de ojos ciegos a los problemas ambientales que esto genera. Qué peor castigo que la destrucción de tu propio planeta.
Desperdiciar el agua
El hecho de que pagues el agua, no quiere decir que puedes desperdiciarla en acciones contrarias al uso racional, en algún momento desperdiciaste el agua en ese baño de media hora, usaste el agua para mojar en sábado de gloria, dejaste la llave abierta, lavaste tu patio, carro o banqueta con agua potable, etc., en algún momento lo hiciste y al parecer se ha vuelto una acción normal y sin mayores consecuencias, que ahora no se ven, pero en el futuro existirán repercusiones considerables cuando se acabe el agua y tal vez a ti no te toque verlo, pero ya habrá alguien en el futuro que nos reclame por gastar nuestros recursos naturales. Desperdiciar el agua es un delito de cuello blanco social que tiene solo una multa de 1000 pesos, servicio comunitario o arresto de unas horas, si eres sorprendido.
Comprar fayuca o contrabando
Lo vemos por todos lados y está presente en la cultura mexicana, así como en otras partes del mundo, la violación a los derechos de propiedad intelectual es un delito establecido, no solamente hablamos de ropa, zapatos, accesorios o electrónicos, también hablamos del audio y video que consumimos vía internet y que no ha sido adquirido sin el cambio monetario con el autor.
Sumado a esto, sabemos que muchas de las prendas o accesorios que utilizamos, forman parte de alguna cadena de explotación laboral, robo o mal uso de los recursos naturales y experimentos en animales y aun así, seguimos comprando estos productos, doble delito implícito.
Tala de árboles
Creo que ninguno de nosotros sabemos si después de fabricar un producto de madera, se plantan más árboles para sustituir lo perdido, posiblemente tú tienes una silla, una mesa, un clóset de madera muy bonito que tardó más de 20 años en producir la materia prima y en unas horas se volvió un ser inanimado y ya. No dudo que sí existan empresas que constantemente renueven una plantación de árboles para su producción, pero uno no es consiente del problema que generamos y, por lo mismo, no hacemos nada para paliar la extinción de los bosques y quien sí lo hace, muchas veces es asesinado. En México se está considerando poner un castigo de hasta 12 años de prisión y $868 000.00 pesos de multa.
Falta de acceso a la educación
Si bien existe un articulo de la Constitución Mexicana exponiendo este derecho, no se cumple a cabalidad. El analfabetismo consiste en una grave falta a los derechos de los mexicanos, y en estos tiempos aún existen atrasos en este rubro, principalmente en los pueblos más apartados del país. El tener educación forma mayor capacidad de disertación y análisis de los acontecimientos que suceden, además de ayudar a involucrarnos más como sociedad. Aunado a este problema está la falta de información fidedigna de los servidores públicos. En México aún existen más de 4 millones de personas que no saben leer y escribir, y aquí tampoco la ciudadanía en general reclama este derecho fundamental en un país desarrollado.
Bonus
El sindicalismo
Al parecer en México, el que un líder sindicalista se haga rico a costa de los contribuyentes, sea el ramo que sea, petrolero, electricista, magisterial, minero, comercio ambulante, etc., no tiene mayor repercusión, mientras vea por los intereses de los agremiados. Las cuotas sirven al movimiento, pero sirven más para el líder; en nuestro país todos, todos conocemos quiénes son, dónde están y qué hacen con las contribuciones que llegan a sus bolsillos, pero al menos que sea un opositor a tu gobierno, no se hace nada para castigar estas atribuciones.
Estos delitos deberían combatirse a conciencia, pero no solamente por parte del estado o las autoridades competentes, en la mayoría de los casos son los ciudadanos los que deberían cumplir con su obligación y dejar a un lado al “ciudadano honesto” que espera que, ante ser sorprendidos en fragancia de un delito, las autoridades hagan su trabajo y primero vayan a arrestar ladrones, violadores o narcotraficantes y no al ciudadano que se estaciona por un minuto en un lugar prohibido por la prisa; aunque es cierto que hay delitos más graves con mayor prioridad, todo debe empezar con atender nuestras obligaciones, para así tener la capacidad de exigir a la autoridad mayores resultados. Cuando nosotros sí cumplimos, aunque esto requiera cerrar la llave de agua cuando no la uses, así de fácil se hacen los grandes cambios.
Eduardo Reyes González.
Imagen de portada: Sucoo.
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