Mi reencuentro con Casiopea

Ende, el maestro Ende… se convirtió para mí, sin ser muy consciente de ello al principio, en una fuente inagotable de sabiduría literaria, a la que acudo fascinada, reencontrándome con sus letras cada tanto, buscando entre líneas, atesorando los ejemplares que colecciono con sus obras, todas maravillosas.

Una de las primeras novelas que leí en mi infancia fue Momo, seguida de La historia interminable; a partir de ahí, y cuando supe por boca de mi madre que el maestro había muerto, me aferré con obstinada decisión a conseguir todas sus obras, o las más que pudiera, una vez que me enteré (no hace mucho) de que no todas estaban traducidas al español, que Alfaguara ya no reedita algunas de ellas y que otras, incluso en alemán, no se pueden obtener, si acaso solo observar, en el museo Ende, ubicado en Múnich, Alemania.

ende museum germany
Entrada del Museo Michael Ende, Obermenzing, Munich, Alemania / Foursquare.

No es solo que, como escritora de ficción, tenga que agradecerle por sus enseñanzas, sus mensajes, su compromiso como escritor, por sus libros, con los que hasta la fecha dialogo, sino que, como niña, adolescente y mujer, he estado siempre acompañada de sus palabras, que resuenan en momentos difíciles, dolorosos, alegres o inspiradores. En cada uno de los textos de Ende encuentro algo para mí, una palabra, frase, o apartado, incluso un nombre propio, que me habla al oído o me grita sin piedad, para que escuche aquello que la realidad nos obliga a silenciar.

Por todo ello, cuando me entero de que una compañía o proyecto se embarca en adaptar alguna obra de Michael Ende, asisto gustosa, sabiendo que reencontrarme con mi escritor favorito (uno de ellos) me llevará a pensar, a escribir, a reescribirme. No fue la excepción el domingo 3 de julio pasado, cuando acudí al Teatro Xola Julio Prieto, a ver Desde el caparazón de la tortuga, dirigida y producida por Danza Visual (Patricia Marín Escutia* + Leonardo Beltrán + Rogelio Marín).

Esta puesta en escena multidisciplinaria retoma la novela Momo (M. Ende, 1973, Thieneman-Esslinger Verlag, Stuttgart, Alemania), editada en México por Alfaguara en 1978, con una traducción de Susana Constante, y reeditada por el mismo sello editorial en varias ocasiones, así como por otras casas. El ejemplar más reciente que tengo en mi poder es de 2019 y corresponde a la quinta reimpresión de una segunda edición de la Editorial Santillana.

obra de teatro desde el caparazon de la tortuga

Apunto todo lo anterior para que entendamos mejor la influencia de este escritor alemán, que nació el 12 de noviembre de 1929 y que murió el 28 de agosto de 1995 (cuando yo tenía 8 años, momento en el que mi mamá me dio la noticia de su fallecimiento, un dato que ella misma me ha recordado en distintas ocasiones). Ende sigue gustando y nos sigue diciendo algo, algo importante (además), a 27 años de su partida de este mundo. Sus obras continúan vigentes y nos dejan pensando, nos hacen sentido en un mundo por el que han transcurrido ya casi cinco décadas desde que Ende escribió Momo, una de sus obras maestras, pensando en esas niñas y niños que crecían (crecimos), en un tiempo difícil, pero, ¿cuál tiempo en la historia humana no lo ha sido?

Cabe aclarar algo también importante, el subtítulo de la historia, aparece bajo el título, en las páginas interiores, y dice así: Momo o la extraña historia de los ladrones del tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres. Una novela-cuento de hadas (esta última, es una leyenda que se encuentra debajo del subtítulo).

interiores Momo subtítulo

Entonces…, la puesta en escena. Quisiera compartirles que este montaje no es uno común y corriente, pues conjuga ópera, danza, teatro, música en vivo (original de Rogelio Marín) y también una combinación de artes visuales y circenses. ¡Todo un espectáculo! Que se puede disfrutar con toda la familia y que, de manera libre, nos propone una lectura de un clásico literario que tiene mucho qué decirnos en la era del smartphone, en tiempos donde la rapidez de los estímulos sonoros y visuales nos han inmerso en un mundo digital que pareciera en diversos momentos más real que lo real.

Cuando acudimos a una obra así, nos hacemos preguntas, nos vemos en un espejo, que no siempre resulta agradable y que tiene la capacidad de cuestionarnos. ¿Realmente disfrutamos nuestro tiempo, el único que tenemos aquí en la Tierra? ¿Somos congruentes con lo que pensamos, decimos y hacemos? ¿Estamos enseñando a las infancias a vivir una vida plena, donde se goce el presente, se haga las paces con el pasado y se accione en coherencia con nuestros valores para el porvenir? Quizá hay momentos en los que estas preguntas ni siquiera alcanzan a formularse en nuestro día a día, porque las prisas parecen comerse todo a su paso, marcando un ritmo que nos va devorando, y que no nos permite gozar de lo más sencillo, ni llenar de aire los pulmones con plena consciencia de que estamos aquí y que un día ya no estaremos más.

danzza visual obra momo
‘Desde el caparazón de la tortuga’ / FB: Danza visual.

Acercarse a Ende a través de la lectura es maravilloso, también lo es por medio de propuestas como la de Danza Visual, que rescatan la esencia endiana y la traducen para todas las edades, presentando un espectáculo que no deja indiferente a nadie, o eso es lo que yo creo. Me atrevo a decir que, por lo menos durante el par de horas que transcurre el montaje, iremos al centro del laberinto, ese que siempre parece inalcanzable, guiadas por Casiopea, una tortuga que acompaña a Momo en los momentos más difíciles, indicándole el camino y permitiéndole encontrar esquinas libres de hombres grises, para poder cumplir su misión y rescatar el tiempo que nos han robado.

Si atendemos a los mensajes que podemos encontrar de la mano de Momo, Beppo, Giggi y todos los acompañantes de nuestra pequeña heroína, quizá nos sirva el ejercicio para hacer catarsis y salir del teatro distintas, reconociendo que, efectivamente, los seres humanos hemos cedido el tiempo, nuestro tiempo, a los hombres grises; y ni siquiera nos acordamos cuándo firmamos ese contrato que nos va quitando lo más preciado: el presente, regalo de la vida, para compartir, para amar y para soñar.

momo michael ende obra de teatro
‘Desde el caparazón de la tortuga’ / FB: Danza visual.

¿Estamos dispuestas a recuperarnos y a recuperar nuestro tiempo?

La compañía Danza Visual tiene planeada una nueva temporada infantil para los meses de octubre y noviembre, en la que retomarán leyendas prehispánicas; asimismo, podrá verse más adelante el espectáculo del que les he hablado en esta Cuerda, Desde el caparazón de la tortuga, en fechas y lugar que anunciarán en sus redes. Les invito a seguirles la pista en https://www.facebook.com/DanzaVisual (Instagram: danzavisual)

Y que Casiopea siga guiando nuestro camino…

Inés M. Michel

Ciudad de México, julio, 2022.


Imagen de portada: Desde el caparazón de la tortuga / FB: Danza Visual.

*Agradezco a Patricia Marín por la información proporcionada para la elaboración de este texto.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s