.
J. Ignacio Mancilla
.
Consagrar su nombre
.
Feliz, propiamente, no fuiste; pero
[¿nosotros lo somos?]
Rebelde sí, ni dudarlo cabe.
Invocaste, sobre todo, a un Dios antiguo,
Entonces sobrevinieron la luz y las tinieblas,
[en ese orden,]
Deseo sería otro de sus nombres.
Repetición como más allá del tiempo,
Inoculaste, de ese modo, al propio nihilismo.
Casto fuiste del alma, pese a (tus) sus turbulencias,
Hoy tu nombre es más que propio, es de todos, es nuestro.
.
.
Nunca dijiste no, siempre fue un sí tu alegre respuesta,
.
Imaginaste una vida otra, no sujeta a la antivida.
Especulaste contra la metafísica ultramundana,
Tan intrépido fue tu pensar y tu hacer que,
Zaratustra es tu otro rostro, transvalorador.
Saber o no saber, esa fue tu cuestión,
Consagraste la vida como máximo valor.
Hoy, por ello, consagramos tu nombre junto al de Zaratustra,
Enhorabuena, siempre admirado maestro y… encantador
[de las “buenas conciencias”.]

Nota: Al lado de otros textos, el presente acróstico fue escrito a raíz del Seminario sobre Nietzsche en el Departamento de Filosofía del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara, en el ciclo lectivo 2019 B. Queda consignado.
Imagen de portada: Fragmento del manuscrito original de An die Melancholie, de F. Nietzsche/ Klassik Stiftung Weimar-Goethe und Schiller Archiv [Publicado en: Geometría del Desconcierto]
J. Ignacio Mancilla.
FB: Juan Ignacio Mancilla Torres
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas
cuerdasigneas@gmail.com