¿Soy yo o esta cada vez peor allá afuera?, se pregunta Joker en el filme de Todd Phillips (2019/Warner). Y la interrogante traspasa la pantalla para casi abofetearnos, puesto que si atendemos a nuestro alrededor, bastarán unos cuantos acontecimientos para revelarnos que la realidad se ha convertido en un terreno siniestro de supervivencia.
Hoy escribo con y por todas las mujeres que nos faltan en México, de las cuales podemos leer sus nombres en el mapa de feminicidios realizado por María Salguero. Uno de los últimos casos que resuena en todos los medios es el de la niña Fátima Cecilia, de siete años, quien esperaba a su mamá fuera de la escuela y fue secuestrada. Después de la viralización del caso, se encontró a la niña muerta y con signos de abuso. Como es frecuente, las autoridades fueron omisas ante la denuncia de su desaparación y no iniciaron una oportuna investigación; hasta que el caso llegó a los medios fue que se lograron avances y al día de hoy ya se cuenta con dos personas detenidas, quienes fueron los presuntos responsables del crimen.

Apenas contábamos con algunos pormenores de esta tragedia, cuando aparecieron más titulares reportando a otras dos niñas asesinadas, la primera, Karol Nahomi, de apenas cinco meses de edad, fue robada de los brazos de su mamá el 18 de febrero de este año, posteriormente fue localizada sin vida en un predio; la segunda, Verónica, de catorce años, fue atacada dentro de su casa con un arma punzocortante que le causó la muerte.
Cuesta respirar días como hoy, días como ayer, donde un feminicidio tras otro se suceden. Cuesta pensar con claridad en un país donde hasta una bebé de cinco meses que está en los brazos de mamá, corre peligro. Cuesta levantarse y seguir en un mundo donde las muertes más crueles y dolorosas son usadas por la prensa como espectáculos, como sucedió con el terrible feminicidio de Ingrid Escamilla. ¿Hasta cuándo parará el horror?
Desde aquí me sumo a la exigencia que se ha hecho para que el gobierno federal, encabezado por López Obrador, en el cual creímos muchas personas como alternativa, se posicione de manera contundente para proteger a todas las niñas y mujeres que habitamos este país. Es claro que no ha sido suficiente lo que se ha hecho hasta el momento y hay que reconocer que no son acertadas las declaraciones de Andrés Manuel cuando se la ha cuestionado por el tema de los feminicidios. Si bien, agentes políticos aprovechan cada uno de los reclamos al presidente para capitalizarlo hacia sus propios intereses, y por lo menos a mí me queda claro que la «oposición» de ahora nunca hizo lo que le correspondía en cuanto a las luchas de género -aunque en estos días enarbolen banderas feministas para su conveniencia-, lo que no se puede negar es la tibieza de AMLO respecto a las acciones a tomar contra la violencia de género en México, que en su manifestación más cruda ha mantenido una media de 10 mujeres asesinadas al día, lo que nos convierte en el país de Latinoamérica con más altos índices de feminicidios.

Estoy convencida de que tenemos que lograr un frente muy unido para protegernos y para combatir las violencias hacia nosotras. Por otro lado, me gustaría decir que tengamos cuidado con caer en la trampa de pensar que el gobierno en turno es completamente inútil, en mi pensar se han hecho algunas cosas rescatables (a pesar de los errores). Hay mucho que construir en un mundo que aparece como completamente deshecho, por las circunstancias que han colaborado en este país para que las desigualdedes crecieran cada vez más, creando un caldo de cultivo para un terreno de violencia e impunidad. Haré hincapié en lo que en otros textos se ha mencionado, hay mucho que no puede ser cambiado en tan poco tiempo de alternancia, por supuesto que tenemos que exigir que las cosas cambien, pero también entender el país deshecho del que se hizo cargo el nuevo gobierno, lo que no lo exime de hacer lo que le toca.

Y en ese hacer también entramos nosotras, cuestionado todo aquello que merece ser cuestionado, y entendiendo la importancia de crear, crecer y reforzar nuestras redes. Una de las estrategias que más útiles encuentro es hacer ver a todo nuestro entorno la fuerza que tenemos. En este sentido, hago eco de una convocatoria para parar el 9 de marzo, justo un día después de las movilizaciones planeadas para el #8M Día Internacional de la Mujer. Se ha difundido vía redes sociales un paro de labores y actividades para que el 9 ninguna mujer acuda a su trabajo, a tiendas o establecimientos, ni participe de ninguna actividad social. Este tipo de llamados creo que pueden resultar muy efectivos si logramos organizarnos de manera continua en distintas estrategias que tengan el suficiente alcance y que reúnan a una importante cantidad de mujeres. De mi parte, pienso sumarme a la convocatoria y estoy dispuesta a continuar con otras similares que muestren que nos estamos organizando, haciéndole ver a autoridades y ciudadadanos en general qué consecuencias trae un mundo sin nosotras, sin nuestra aportación económica, trabajos y labores.

Ya lo había dicho, es importante ir más allá de las marchas y comenzar una estrategia colectiva y continua de resistencia y de manifestación de ideas y exigencias. Dejar a un lado los desacuerdos superficiales entre nosotras y encontrar un camino común donde nos podamos sentir identificadas todas, que nos hermane y nos sostenga, para que ninguna niña deba esperar sola en la banqueta de nuevo, para que ninguna de nosotras deba acudir a denunciar violencia sin apoyo. Tomadas de la mano podemos hacer mucho.
Paremos el 9 de marzo y pensemos en cómo seguir manifestándonos y haciéndonos presentes en el mundo que nos ha tocado vivir. Dentro de la oscuridad, a veces logra atisbarse un poco de esperanza, a ella me aferro, con nuestra vida en un hilo.
Inés M. Michel.
T: @inesmmichel / I: @inmichel
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas
cuerdasigneas@gmail.com

Nos sumamos a esta postura, a una vida digna con respeto… Gracias Inés.
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¡Abrazos!
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