Dime qué comes…

… Y te diré quién eres

La pandemia del Coronavirus (COVID-19) llegó a cimbrar el mundo, desde que nos enteramos que en Wuhan había surgido una enfermedad, altamente contagiosa. Se trata de un nuevo tipo de virus de la familia Coronavidae, emparentado con el SARS y el MERS.

En muchas regiones se han tomado medidas drásticas, limitando la movilidad y el contacto entre personas, con la intención de frenar el avance de la epidemia. Se han dado instrucciones durante la contingencia y por ahora en México estamos ante una situación de paro de actividades y con la incertidumbre de qué sucederá los próximos meses, sobre todo entre quienes dependen del trabajo diario, sin prestaciones ni salario fijo, para sobrevivir.

Como en toda crisis, surgieron diversos cuestionamientos sobre aquello que debemos replantear en el mundo. Se han analizado aspectos económicos, mediáticos, sanitarios, políticos. Yo me voy a centrar en algo que considero debe tener la misma repercusión en la opinión pública: la alimentación.

frutas y vegetales contra el coronavirus

¿Cómo nos alimentamos y qué influencia tiene nuestro modo de comer en nuestro alrededor? Más allá de que se estén difundiendo campañas acerca del beneficio de consumir vegetales y frutas (cosa que parecen ignorar todavía muchas personas), y se recomiende relegar los embutidos y los alimentos ultraprocesados durante los días de confinamiento, prefiriendo aquellos frescos y caseros, hay algo más a lo que tendríamos que poner atención.

¿Cómo se originó el brote de este virus? De acuerdo con las investigaciones, el contagio inició en un mercado de Wuhan (China) donde se vendían y consumían todo tipo de especies animales, por ejemplo: murciélagos, mariscos, insectos, salamandras, lobos y también otros ejemplares cuya venta es ilegal. En un principio se habló de que los murciélagos eran los probables huéspedes del COVID-19; recientemente, se ha comentado que los pangolines de Malasia podrían ser los portadores intermedios que propagaron la enfermedad. La clave de esto es que los pangolines son considerados los animales más traficados del mundo y una reciente publicación científica insta a que se prohíba su venta en mercados de vida salvaje para evitar futuros brotes.

Es evidente que hay una conexión entre el tráfico de animales y el consumo de carne animal, cuando se trata de enfermedades que se propagan entre animales y humanos. Podemos repasar otros ejemplos de zoonosis, como se le conoce a este fenómeno.

epidemia influenza
Metro de la Ciudad de México durante la epidemia de influenza, abril, 2009 (Foto: Eliana Aponte/Reuters).

La influenza fue una pandemia causada por una cepa del virus H1N1. Se cree que el precursor fue un virus aviar que mutó y migró al ámbito porcino, saltando después a los humanos. En 2009 se manifestó otra vez en un brote conocido como gripe porcina que se originó en cerdos de México. Aunque en este caso el contagio no se inició a través del consumo de carne de cerdo, sí tiene que ver con el contacto entre humanos y cerdos contagiados.

En el caso del VIH/SIDA se trata de un virus que originalmente se encuentra en primates. Según las investigaciones, el salto de especie ocurrió en tres ocasiones diferentes en el siglo XX, creando tres cepas distintas. El virus estuvo presente en un inicio entre quienes consumían y vendían carne de mono y chimpancé, en África Occidental.

La enfermedad conocida como “el mal de las vacas locas”, es un desorden neurológico que tuvo un brote crítico en Reino Unido, a finales de los 80. Se cree que el ganado fue infectado al ser alimentado con productos que contenían restos de otros animales. La ruta de transmisión a los humanos apunta al consumo de carne contaminada.

En todos estos casos hay un denominador común: la alimentación con carne animal y el contacto con animales destinados a consumo humano. Ya se ha expuesto por parte de diversas organizaciones la situación de los animales en confinamiento y cómo es que viven cerdos, gallinas, vacas y todos los animales que son criados para consumo. Las imágenes al respecto muestran condiciones deplorables en muchos casos.

Liz Specht, directora asociada de ciencia y tecnología en el Good Food Institute, comenta sobre el nuevo brote de Coronavirus y su relación con el consumo de carne animal:

cerdos matadero
Foto: AnimaNaturalis.

“Es hora de admitir que nosotros, como civilización, hemos superado la noción anticuada de usar animales para producir carne. La caza y la cría de animales cumplieron su propósito durante milenios, pero en 2020 debemos ser brutalmente honestos con nosotros mismos. No podemos seguir haciendo esto. El sistema actual está roto. Es ineficiente, insostenible y extremadamente inseguro.”

Este punto me parece fundamental y es a donde me gustaría llevarles con esta reflexión. Comparto la idea de que es tiempo de replantearnos muchos aspectos de nuestra alimentación y de la relación que tenemos con nuestro entorno. Por milenios hemos partido de la idea de que los animales están para servirnos y que debemos aprovechar su carne, su fuerza de trabajo, sus pieles… ignorando su derecho a vivir y su derecho a ser libres.

Les invito a que, durante estos días de contingencia, el alto también implique reflexionar acerca de nuestro estilo de vida, y el impacto que como especie tenemos en el mundo, que es muy negativo desde varios puntos de vista. Actualmente no necesitamos comer animales para vivir. Por el contrario, el consumo de animales nos está atrayendo problemas, a la par de que confina a muchas especies en esclavitud.

En mi caso, he comprobado a lo largo de ocho años que es posible y recomendable vivir sin consumir carne ni productos derivados de animales. Lo hice primero por una convicción ética, que me llevó a replantearme muchas cuestiones en mi vida. Lo sigo haciendo ahora convencida de que es la mejor opción para mí, para los animales y para el planeta. Quise compartir esta reflexión aquí con ustedes, esperando que podamos generar los cambios de paradigmas necesarios para rescatarnos del naufragio.

liberación animal

Les adjunto una nota de AnimaNaturalis que contiene información relevante acerca de los animales como comida: https://www.animanaturalis.org/p/1212/animales-como-comida


Imagen de portada: HazteVeg.

Inés M. Michel.

T: @inesmmichel / I: @inmichel
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas

cuerdasigneas@gmail.com

5 comentarios sobre “Dime qué comes…

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