Un… otro manifiesto del psicoanálisis

J. Ignacio Mancilla

Quisiera hacer un posicionamiento claro y distinto –y no es un puro y simple juego de conceptos cartesianos–, desde el psicoanálisis como discurso que se juega todo, en tanto no completo, literal y metafóricamente, por el deseo y la vida; esto desde Guadalajara, Jalisco, mi ciudad no de nacimiento, pero sí de adopción y formación formal e informal; hasta ahora, aunque con una mediana pausa de 20 años en la Ciudad de México.

Es desde aquí, desde tierras tapatías y desde ese mi posicionamiento, que emprendo, gustoso, el Diplomado Internacional de Psicoanálisis y Filosofía. Relaciones (im)posibles, al lado de  mis colegas Esteban Arellano y Armando Correa; además de muchas y muchos invitados.

Va, pues, lo que pienso, ahora, en las actuales circunstancias mundiales, nacionales y locales; desde un discurso radical en tanto su dirección, siempre, es la de lo real que… no anda y nos hace cojear, en el mejor de los casos.

Del… O peor, no hablemos por el momento.

La historia del psicoanálisis mundial es muy compleja; lo mismo puede decirse de sus historias nacionales y locales. Por obvias razones centraré mi perspectiva en la zaga del psicoanálisis en Guadalajara, ciudad en la que ofertamos nuestra lectura de Freud y también de Lacan (no sin el valioso apoyo de La Universidad Autónoma de Zacatecas); pero no sin la filosofía. El diablo nos libre de semejante herejía, pues en Freud y sobre todo en Lacan, la filosofía fue fundamental en la construcción y fundamentación del propio psicoanálisis.

Por azares de la vida, fui pionero de tres acontecimientos de relevancia en esta historia. Participé directamente en el primer seminario público que se hizo en Guadalajara sobre Jacques Lacan (allá por la década de los ochenta del siglo pasado) y lo hice también en el Grupo de Estudios Sigmund Freud (GESF). Fue Hans Saettele el expositor y uno de sus fundadores (ahora tiene una escuela de psicoanálisis en la Ciudad de México; la cual, también ha ofertado un curso sobre psicoanálisis y filosofía: curiosidades de la vida); dicho Seminario fue, en su momento, una hazaña.

También participé, ya como profesor, en la primera maestría de psicoanálisis que ofertó el Círculo Psicoanalítico Mexicano (CPM), aquí en Guadalajara; ello por mediación de Fernando M. González; mi ex analista.

Hoy, hay que decirlo, proliferan las instancias que dicen enseñar psicoanálisis y… sabemos, sé, que… es francamente cuestionable, desde muchos puntos de vista, lo que en algunas de dichas instituciones se trasmite y se práctica en nombre del psicoanálisis… Esta es una historia que deberíamos hacer con sumo cuidado y detalles, más allá del mero decir –hay que historiar todo esto– para así entender y contextuar lo que ha proliferado bajo los significantes de Freud, del psicoanálisis, incluso de Lacan; sin verse reducidos a la mera descalificación. Incluso cuando hay serios desvíos, bastante ominosos incluso, del espíritu y letra de Freud y Lacan; pero… es algo para otra ocasión.

Una vez hecho esta especie de preámbulo, en nombre propio… digo que:

El psicoanálisis se ha dogmatizado, lamentablemente, al tiempo que se ha mercantilizado (en demasía); cosas que no han sido sin consecuencias, pues el filo crítico del discurso y la apuesta anti-amo (ojo, no anti-amlo) de su práctica, en la medida que su brújula es la causa del deseo, no solamente se ha tergiversado sino que, inclusive, se ha degradado, como suele suceder con todo desafío amoroso y con todo discurso; hasta que nos topamos, de nuevo, con lo real, que es más necio que cualquier semblante.

De ahí el empobrecimiento discursivo y clínico (y en ocasiones también cínico) que ha puesto, al psicoanálisis como discurso, a pesar de su éxitos de prestigio y comerciales, en la retaguardia de la psiquiatría y las neurociencias; ello a pesar de que… viene de ahí, lo sabemos. Pero el psicoanálisis dio un paso más allá (metapsicológicamente hablando) e inauguró una clínica otra, la de la escucha, con plena legitimidad en nuestros días y tiempos tan aciagos –todavía, a pesar de– pues los sujetos no tienen otro fundamento que la mutabilidad de lo real. Con todo y lo que pueden hacer los fármacos, gracias a la medicina y las neurociencias. Pues bien sabemos que tiene que ser la palabra y la transferencia la a/puesta del psicoanálisis en tanto su causa es… el deseo, sin que menospreciemos nunca la lógica de la química cerebral y los aportes que se han dado en lo tocante a sostener, bajo un mínimo de “funcionalidad” humana, a los sujetos con padecimientos extremos, que de otra forma no podrían integrarse en la dinámica de los lazos sociales.

Por eso suenan tan cándidos las y los psicoanalistas, cuyo reto –por increíble que parezca–, no va por las turbulencias del deseo y su inadaptabilidad con nuestro mundo. ¡Allá ellos y sus afanes de adaptar los sujetos al mundo de hoy y reducir toda cura a… fármacos!

neurociencias y psicoanálisis

Nosotros, por nuestra parte, hemos decidido jugárnosla, en todo momento, con el Freud y el Lacan de los juegos y tensiones eróticas y del lenguaje, en tanto son las vías privilegiadas –regias podríamos decir, parodiando a Freud– del deseo y su causa y de sus manifestaciones subjetivas que sí, son bastante problemáticas, sobre todo hoy día. Pero…

Sí, por ello estamos aquí, antes ustedes –real y virtualmente– ofreciéndoles estos seminarios que quieren articular algo de lo que nos acontece desde la impronta freudiana y lacaniana, pero no sin la filosofía; cada uno con nuestro estilo y desde nuestros intereses, cierto, pero no por ello dejamos de estar articulados en un trabajo de reflexión y crítica colectiva, aunque jugados –todo el tiempo– desde el nombre propio y singular de cada uno. Pero también desde el significante que nos ha articulado desde un principio; no sin fisuras…: Intempestivas. ¿Podría ser de otro modo?  

No puedo dejar de considerar que nuestra postura es también legitimada por una Universidad (la UAZ, que ya mencioné), cuyo discurso universitario no es en sí descartable, como no lo es ninguno; sino que, como tal, es parte de una dialéctica cuatripartita en la que el agente, el significante, el otro y el objeto se… tensan y mutan de posiciones para aparecer de un modo u… otro como cariz discursivo: siendo cuatro los discursos, lo sabemos y siendo uno el que… aquí nos interesa poner en tensión, junto con todas y todos ustedes; no sin la filosofía, insisto.

Bajo ese riesgo tensional es que el discurso psicoanalítico, que tiene como causa al objeto a en tanto causa del deseo, siendo lo real mismo su brújula; y lo único que puede direccionar un supuesto reencuentro del sujeto con su historia y su verdad, por a/subjetiva que sea y por imposible que parezca por momentos –en la teoría y en la clínica– aquello que posibilitará un reencuentro –instantáneo– del sujeto con su verdad y su historia, en el sentido más vital y concreto de la palabra.

diplomado pscioanálisis y filosofía guadalajara
Inauguración del Diplomado (Foto: Hans Hiram).

Es desde esta claridad conceptual, teórica y clínica, que emprendemos este trabajo colectivo y personal a la vez, en el que cada uno de nosotros ofrece lo que está trabajando; al tiempo que ofertamos una reflexión común que no quiere reducir las diferencias sino que, antes bien, quiere sostenerlas y tensarlas en la elaboración de un discurso otro en el que… nos mutemos en otros diferentes a aquellos que somos y… nos a/postemos en el más allá del principio de placer, para devenir en algo o alguien lo más cercano posible, no importa que como semblante, al deseo como causa –en el sentido objetivo y subjetivo– de nuestro de-ser sujetos (todo el tiempo).

De ahí que no podamos no insertarnos –nunca dejaremos de hacerlo, sabemos el precio que tendríamos que pagar– en el horizonte de la subjetividad de nuestra época y sus retos; los que nunca (se) encuadran en un discurso dogmático y pobre, clínicamente, que se mercantiliza y degrada al mismo tiempo, ¡siempre bajo el nombre de psicoanálisis!

Esa es la paradoja o parajoda, más bien.

Aquí estamos, pues, dando el nombre y nuestra cara por algo que no es del orden de la creencia sino, más bien, de la conjetura; aunque la creencia siga en pie, ¡qué le vamos a hacer! Así se las gasta el mundo (¡Ay, Timón de Atenas!).

Henos aquí, pues, frente a todas y todos ustedes –presencial o virtualmente–.

A la espera de devenir otros, sin importar que al final nos preguntemos:

¿Y nosotros… quiénes somos?… pero sin abandonar el camino, que se hace al andar y… obligados a mirar las ruinas de la historia (¡ay, Walter Benjamin!).

Así las cosas, dejo estas palabras introductorias, para que hablen mis colegas y con ello dar comienzo a un trabajo que a mí –en lo personal– me encanta: el de pensar con mis colegas y con ustedes, desde el psicoanálisis, pero también desde la filosofía, por lo menos –aunque no únicamente, por supuesto– en este espacio que tendremos que construir entre todas y todos.

¡Que comience la aventura!…

Que espero, sinceramente, disfrutemos todas y todos.

Guadalajara Jalisco, Casa de Intempestivas, a 10 de noviembre de 2020.

J. Ignacio Mancilla.

FB: Juan Ignacio Mancilla Torres
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas
cuerdasigneas@gmail.com

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