Tenía algún tiempo que no publicábamos en este espacio reflexiones sobre política. Con este texto regresamos al tema y compartimos un posicionamiento de cara a lo que viene con la carrera presidencial que ya baraja diversos nombres, entre ellos varias mujeres. En este contexto, nos parece imprescindible reflexionar a profundidad sobre lo que depara a nuestro país y el papel de la sociedad civil organizada en ello. Además, también es muy importante posicionarnos contra el dogmatismo y la ignorancia, sin importar si se presentan en trincheras como los feminismos o cualquier otra. El mejor aliado, en ese sentido, es el pensamiento crítico.
Inés M. Michel
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“¿Qué significa instituir la vida?
¿La vida se deja instituir?
¿O es ella la que penetra en la esfera
de las instituciones, regenerándolas?«.
Roberto Esposito, Institución.
En la medida en que avanza el fin de año muy pronto entraremos en el tobogán político de la sucesión presidencial (de algún modo ya estamos), con un cierto atascamiento de la 4T, la que no tendrá otra opción más que ir a fondo en el proceso de reformas de las instituciones nacionales, estatales y municipales si no se quiere un retroceso y la vuelta del viejo régimen; bien, en este contexto, voy a hacer, en este espacio, una apuesta, mi apuesta. Muy personal y para ello utilizaré un excelente libro, de uno de los biopolíticos más sugerentes y vivaces de nuestro tiempo: Roberto Esposito (Nápoles, 1950).
Traducido por Antoni Martínez Riu este año, para la editorial Herder (la edición original es del año pasado), Institución se decanta, de lleno, por la vida y desde esa perspectiva, por “[…] la exigencia de instituir la vida, en el doble sentido de revitalizar las instituciones y de devolver a la vida aquellos rasgos instituyentes que la elevan por encima de la mera materia biológica” (p. 105).
Así termina diciendo el propio Esposito en su Epílogo del libro.
Sí, creo y pienso que no hay de otra más que ahondar la propia 4 T, para lo que es necesario sacudirse no solamente los enemigos externos, sino, sobre todo, los internos (el famoso “fuego amigo”), que los ha habido y sigue habiendo y muchos, desde el principio de la actual presidencia.
Lamentablemente.
Pero estamos en el mundo de la política real y no la ideal.
De ahí el carácter definitorio que tendrá la elección de la candidata o el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional; pero sobre todo el papel que jugará la gente simpatizante del actual régimen, más allá de MORENA, que no es ajena a las contradicciones en el seno del partido y del estado mismo.
¡Ay, Mao!
Aquí es un tema de claridad política y de capacidad de organización, más allá incluso de las instancias oficiales, por las que hasta ahora ha discurrido el proceso de cambio, con todo y sus limitaciones y asegunes.
¿Seremos capaces de ello?
Esta es la cuestión. El verdadero asunto.
Es aquí donde el aporte de Roberto Esposito puede ser inestimable, si se sabe leer adecuadamente desde nuestras propias exigencias históricas, conforme a las determinaciones inmediatas, pero también mediatas en las que se encuentra México, como nación, en el contexto de la Globalización y las nuevas manifestaciones de hegemonía mundial expresadas en la guerra de Ucrania, entre otras cositas y…
Arriba y arriba, por ti seré…
Desde está lógica, la próxima segunda vuelta de las elecciones de Brasil, serán de suma importancia, así como las ya inmediatas elecciones de representantes populares en los Estados Unidos, previas a las elecciones presidenciales de 2024.
Igual que en México…

Una candidata sería idónea
En este singular contexto, Claudia Sheinbaum aparece con mucha fuerza…
¿Será?
Pero también se perfilan otras mujeres: ahí están Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu y seguramente habrá otras; por parte del PRI o de otros partidos y fuerzas o uniones.
No se nos olvide el flagelo del feminicidio, tanto en lo nacional como en lo estatal y municipal. Y con ello todo el carácter patriarcal de nuestras instituciones; por cierto, en crisis más que aguda.
Pero ¿seremos capaces las mexicanas y mexicanos de votar por una mujer para que acceda a la máxima institución de México: la presidencia?
Esta es una buena cuestión. Y el peso de las mujeres no solamente como votantes, sino como participantes activas en la política, oficial y no, es cada vez más importante.
La organización de las mujeres y su toma de las calles a nivel mundial, también en México, es una de las cosas que se perdieron con la pandemia.
De modo que…



Y ya no un (cierto) candidato
¡Ay, Marcelo Ebrard!
¡Con tanta cola que le pisen!
¿Acaso fue ajeno al desgarriate que dejó en la CDMX Miguel Mancera, su sucesor?
Pero, me dirán, apreciables lectoras y lectores: ¿quién no tiene, de las políticas y políticos, cola que le pisen?
El asunto de la línea 12 del metro de la CDMX no es cualquier cosa.
Y hasta el momento ha sido muy opaco su manejo.
Y toda la cauda de corruptelas que dejó Miguel Mancera en al Ciudad de México, en este periodo de descomposición del PRD.
Insisto, ¿acaso Marcelo Ebrard no tiene nada que ver?
Esta es una historia prácticamente desconocida, que tiene que ser contada en algún momento.
Va una rápida síntesis, desde mi perspectiva por supuesto.
La expulsión de la izquierda del gobierno de la Ciudad de México empezó con Marcelo Ebrard y se acentúo —y de qué manera— con Miguel Mancera.
Es cuestión de hacer un poco de memoria.
Y decir, en aras de esa memoria, cómo trató Marcelo Ebrard a Carlota Botey (ya fallecida), y a todas y todos los que se manifestaron abiertamente porque el candidato sucesor de Andrés Manuel López Obrador fuera, en ese entonces, Alejandro Encinas; eso fue lo que le cobró —y muy caro— Marcelo Ebrard a Carlota Botey; echándola de la Dirección General de Regularización Territorial (DGRT) de la manera más ruin y hasta cobarde.
Dando el inicio, así, de la expulsión del gobierno de la Ciudad de México, de la izquierda más congruente del gobierno de la Ciudad; la que había llegado con Cuauhtémoc Cárdenas, en 1997, por primera vez, al gobierno de la Ciudad de México.
Este desmantelamiento lo llevó a sus últimas consecuencias Miguel Mancera, con las consecuencias ya sabidas por todas y todos.
Es una historia que todavía falta por hacerse.
¿Se le castigará por ello?
Lo dudo mucho.
Así siguen las cosas en México, lamentablemente.
¿Por qué no se va a fondo en el asunto de Miguel Mancera?
Son muchos los intereses.



Una sociedad (civil) más activa y menos pasiva
Es por todo lo anterior y todo lo que ello significa, que tenemos que tomar en nuestras manos, dentro de lo que cabe social e institucionalmente, la sociedad que queremos para mañana y dejar la pasividad con la que hemos tolerado el actuar desastroso de las y los políticos; incluso del PRD y no pocos de MORENA, sobre todo de aquellos que, con su actuar u omisión, posibilitaron muchos de los desastres nacionales (replicados también en los estados y los municipios): en lo económico, en lo social y en lo político; pero no menos en lo educativo, en la salud y demás.
Esa es la disyuntiva que se presentará desde la definición del candidato o candidata a elegir por MORENA, así como el que contendrá por la oposición, ahora dividida, pero que pueden llegar a tener una candidato o candidata que los unifique. Ellos tienen recursos y suficientes. Pero necesitan cambiar.
Todavía es posible, pero necesitan realmente modificar su discurso y sobre todo su estrategia.
Necesitan ser más inteligentes.
¿Podrán?
Es aquí donde la sociedad toda, la famosa sociedad civil, tiene que organizarse y sobre todo debe tener la claridad sobre la imperiosa necesidad de ahondar la 4 T; cosa que no todas ni todos los morenistas quieren.
¿No es así Ricardo Monreal? ¡Verdad!
La relevancia, aquí, de la sociedad civil es insustituible y nadie puede usurpar su nombre y su papel histórico.
Como no la ha hecho Claudio X González, a pesar de sus numerosos intentos.
Por fortuna.

Los principales postulados de Roberto Esposito en Institución
Bien, por ahora solamente tomaré algunas ideas centrales del biopolítico italiano, en particular las que expone en su último libro: Institución.
El objetivo es ofrecer la mayor claridad posible sobre la importancia de llevar más allá la 4 T de lo que AMLO ha podio llevarla, hasta el momento.
Por las razones que sea.
¿Qué candidata o candidato está realmente dispuesta o dispuesto a ello?, más allá del mero oportunismo de quedar bien para ser ungida o ungido con la candidatura más importante; la de MORENA.
El libro todo es un texto excelente que retoma, en el agitado contexto mundial del momento, el lema Vitam Instituere del jurista romano Marciano, para llevarlo a su máxima expresión política, de mucha actualidad, en la medida en que, desde él, Roberto Esposito quiere expresar la posibilidad de conjugar “el carácter vital de las instituciones”, pero no sin “el poder instituyente de la vida” (A modo de prólogo, p. 11).
Y es que:
“Mantenerse en vida es la tarea principal a la que los hombres de todas las sociedades han sido llamados en un desafío, no siempre ganado, y de hecho normalmente perdido, que a veces se renueva con violencia inesperada.
“Esta defensa de la vida precede a cualquier otra opción; es condición y presupuesto. Pero, después de defender la primera vida también debemos defender, junto con ella, la segunda, la que es instituida y capaz de instituir. Por eso, para permanecer con vida, no podemos renunciar a la otra vida, a la vida con los demás, a la que se vincula el significado más intenso de communitas (Ídem, p. 13).
Desde esta lógica, es más que prioritario que la próxima candidata o candidato… y ya he expuesto mis razones por las que sería formidable que fuera candidata, esté decidida a ahondar —en serio— la 4 T; es decir, que esté dispuesta a llevar a cabo las reformas indispensables para que México transite en paz y consolide lo que Marciano expresaba con su Vitam Instituere.
He aquí el reto que ya no se puede aplazar o el riesgo es que México caiga en la vorágine de la violencia desatada; todavía más de la que ya hemos padecido, trágicamente y que nos tiene en el marasmo de los feminicidios, desaparecidas y desaparecidos y enterradas y enterrados de forma clandestina; no pocas veces por el propio Estado.
Y ya para finalizar este texto, conviene que nos hagamos la siguiente pregunta:
¿Es el Estado mexicano tanatopolítico?
Dejo la cuestión, nada agradable, por cierto, abierta, pero…

La tarea para quien sería la primera presidenta será enorme, sí, lo sabemos; pero solamente así —si de verdad se quiere ahondar la 4 T—, por fin se podrá poner a México en el sendero de la paz y la regeneración; significante —les recuerdo— muy comprometedor y que el Partido del actual presidente lo lleva en el nombre de su Institución política.
En este sentido, el epígrafe con el abro el presente texto tiene un objetivo más que claro: conminar a que la 4 T termine de consolidarse, para dar paso, así, al México del mañana.
Por el bien de todas y todos los mexicanos y no solamente de los pobres.
Este es, desde mi perspectiva, el gran reto que tenemos todas y todos los mexicanos.
¡Que viva México!
Nota Bene
El libro todo es todo un programa filosófico político actual; hecho a la medida de la situación actual del mundo; y válido también para México, sabiéndolo leer y adecuar a nuestras peculiares circunstancias históricas.
Ya lo iré abordando, poco a poco, en la medida en que la coyuntura política en la que ya estamos —la de la próxima sucesión presidencial— nos lo vaya exigiendo.
Por lo pronto, para que las y los lectores tengan una idea clara de por qué tendrían que leer dicho libro, les digo su composición:
- Un pequeño texto, de casi tres páginas que funge A modo de prólogo.
- Un primer capítulo, El eclipse, de 16 páginas.
- Uno segundo, El retorno, de casi 16 páginas.
- Un tercero, Productividad de lo negativo, también de casi 16 páginas.
- Un cuarto, Más allá del Estado, de 20 páginas.
- Un quinto capítulo, Instituciones y biopolítica, de 19 páginas.
- Y, finalmente, un pequeño Epílogo, de casi 3 páginas.
Insisto, el texto es de una enorme relevancia desde la perspectiva de que —aunque no solamente— nos permite comprender la situación caótica del mundo todo, sino de que, apunta también una salida viable; ello desde el rescate filosófico y político del lema de Marciano: Vitam Instituere (Instituir la vida).
¿Acaso no es el paso que tendríamos que dar en todo el mundo, y no solamente en México, para darle la vuelta a la pulsión de muerte que se ha apoderado de todas y todos en México y el mundo?
Digo. También lo dice Byung-Chul Han en Capitalismo y pulsión de muerte.
Creo que hacer esta apuesta es algo que vale la pena, mucho más allá de lo meramente personal.
Yo la hago, por mí y por México.
Y también por el mundo.
¡Vale la pena!
Así lo pienso.
¡Créanme!

P. D.
El miércoles 26, Judith Butler pronunció, en España, una conferencia formidable, que, de alguna manera, se cruza con lo aquí planteado; The problema of our laws: Kafka with Nietzsche.
En realidad, también consideró a Walter Benjamin y Hannah Arendt; pero lo más importante es que, todo así parece indicarlo, se está saliendo del pasmo causado por la pandemia y la crítica a la insostenible situación actual del mundo empieza a ser dicho de manera cada vez más clara y contundente.
En la medida en que regrese al libro de Roberto Esposito, conforme la coyuntura de México y el mundo me lo exijan; es decir, ya habrá oportunidad de cruzar lo sostenido por Butler con lo afirmado por Esposito, incluso por Han.
El tema se presta: se trata de la crisis del mundo actual y todas sus repercusiones en las subjetividades de todas y todos.
J. Ignacio Mancilla
Guadalajara Jalisco, colonia Morelos, a 27 de octubre
(en vísperas del día de todas y todos los muertos).