Después de Giovanni López

Inés M. Michel

El pasado 5 de diciembre se cumplieron 6 meses de los hechos ocurridos en el marco de las manifestaciones por Giovanni López, albañil asesinado el 4 de mayo (hace 7 meses) en Ixtlahuacán de los Membrillos por policías municipales. El 4 de junio 28 jóvenes fueron detenidos arbitrariamente en las inmediaciones del Palacio de Gobierno, tras la primera manifestación por Giovanni, el 5 de junio más de cien personas fueron desaparecidas hasta cinco horas por policías ministeriales, por encontrarse cerca o ir hacia la concentración convocada en el edificio de la Fiscalía, y el 6 de junio otros seis jóvenes fueron detenidos con lujo de violencia, también en un contexto de manifestaciones, ya no solo por Giovanni, sino por todo lo ocurrido en los dos días anteriores.

Decía en un texto anterior en este mismo espacio, que poco ha cambiado la situación de violencia en Jalisco, entidad con números alarmantes de casos de desaparición forzada, tortura y detenciones arbitrarias. Las graves violaciones a los derechos humanos siguen siendo el pan de cada día para los jaliscienses, no solamente durante protestas sino en la vida diaria, algo tan cotidiano como un trayecto al trabajo, se ha convertido en un peligro para cualquier ciudadano o ciudadana. Así fue para Luis Daniel, detenido injustificadamente por policías el 26 de noviembre pasado, mientras caminaba por las calles de la colonia Morelos, con rumbo a su trabajo. Tras la detención Luis Daniel permaneció desaparecido, hasta que el 4 de diciembre fue localizado severamente golpeado en el Hospital Civil. El joven murió dos días después, a consecuencia de las lesiones que presentaba.

Los familiares de Luis Daniel han denunciado la detención irregular del joven y la brutalidad policíaca a la que fue sometido por dos policías que circulaban en la patrulla G-1214, los cuales hasta este momento se encuentran prófugos.

¿Qué tiene que ocurrir en Jalisco para que las autoridades tomen cartas en el asunto y dejen de simular en foros y diálogos, mientras que cada día la gente sigue desapareciendo en manos de la misma policía? ¿Cuánta indignación es necesaria para que encontremos una solución que permita resguardar la vida de toda la ciudadanía.

Giovanni López.

Las prácticas policíacas que implican torturas, maltratos y abusos no reciben castigo y se replican sin ningún control en las corporaciones de seguridad, haciendo la vida diaria un reto de supervivencia, puesto que no basta con cuidarse de la delincuencia y la violencia generalizada, también es necesario esquivar a los policías que literalmente van por la calle secuestrando personas que solamente van caminando.

Es incomprensible que a 7 meses de lo ocurrido con Giovanni no tengamos un discurso claro por parte de Enrique Alfaro, donde condene enérgicamente estos hechos, sin caer en la revictimización de los jóvenes que son violentados. En el caso de Giovanni, se intentó manchar su nombre e involucrarlo con actividades ilícitas y mediante esto justificar la detención, que sus familiares insistieron en que se debió a no traer cubrebocas. Ahora con Luis Daniel, vuelven a surgir rumores que pretenden justificar la detención, ligando al chico con un robo. Más allá de las circunstancias de cada uno de estos arrestos irregulares lo que se tiene que destacar es violación a los derechos de una persona que si va a ser detenida, se tiene que cumplir un protocolo que en ningún caso contempla golpes como los que acabaron con la vida de Giovanni y Luis Daniel.

En este momento se están llevando a cabo mesas de trabajo que pretenden, al menos oficialmente, establecer procesos de gobernanza y políticas públicas para contribuir a la paz y a la disminución de la violencia en el estado de Jalisco. Estas actividades que están resultando sumamente opacas en su ejecución, y que cuentan con poca credibilidad a la vista de grupos, colectivos y organizaciones, no resultarán en una realidad mejor para la sociedad jalisciense, si los policías siguen sin ser investigados por los abusos cotidianos que cometen. Son 7 meses sin justicia para Giovanni, 6 meses sin justicia para los sobrevivientes de desaparición forzada del 5 de junio, y ahora se suma un caso más donde la policía se ve involucrada en el asesinato de un joven.

¿Cuánto tiempo más vamos a permitir que nuestra ciudad esté secuestrada y que sea invivible? ¿De cuántos abusos más seremos testigos, pasando a la lista de arbitrariedades sin ver que haya un cambio profundo en las corporaciones de seguridad? Como muestra de la poca capacidad que ha mostrado el gobierno de Enrique Alfaro para poner un alto a lo que ocurre en Jalisco, está la permanencia del fiscal Gerardo Octavio Solís, quien además, ahora está coordinando una de las mesas de trabajo derivadas del foro Construcción de paz, seguridad ciudadana y reforma policial. Eso solo tiene una manera de verse: se están burlando de todas las víctimas de Halconazo tapatío y de las personas que han padecido abusos sistemáticamente.

Giovanni y Luis Daniel, así como muchos otros, ya no están aquí para contar su historia, no permitamos que sus nombres queden enterrados en la desmemoria y avancemos en una organización colectiva que tenga como agenda primordial atender el gravísimo tema de las desapariciones forzadas.

Inés M. Michel.

T: @inesmmichel / I: @inmichel
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas

cuerdasigneas@gmail.com

Foto: David A. Becerra.

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