Inés M. Michel
Hablar del Viaje del héroe es adentrarnos en una estructura narrativa usada en infinidad de relatos de todo el mundo, desde los más antiguos hasta los contemporáneos. Joseph Campbell explicó este esquema por primera vez en su libro El héroe de las mil caras, publicado en 1949.
Harry Potter, El señor de los anillos y El viaje de Chihiro son tres ejemplos recientes de historias que nos contaron, por medio de este modelo, un relato sobre un héroe o una heroína. La estructura de estos viajes comprende una serie de etapas y pasos que el personaje protagonista va viviendo y que nos adentran en la aventura junto con él o ella. Uno de los más importantes es el Llamado a la aventura, donde se define la invitación que recibe el personaje para iniciar el viaje.
Si bien estamos acostumbradas a pensar a los héroes en masculino, y a encuadrarlos en historias de fantasía, desde hace tiempo me he preguntado dónde están las heroínas, y resulta que sí hay bastantes, tanto en la mitología, como en la ciencia ficción y en la literatura. Además de ello, también he reflexionado sobre las similitudes entre ese viaje que emprenden protagonistas de lo más diverso en la ficción y la vida misma, con sus propios caminos intrincados y pruebas, donde el llamado a la aventura pudiera entenderse como la invitación a seguir nuestro camino y elegir nuestras pasiones por encima del deber ser que en tantas ocasiones se nos impone desde fuera.

¿Podemos entender nuestra propia vida como un viaje de una heroína o un héroe donde somos las protagonistas de una historia única?
Me gusta pensar que sí. Que la aventura de vivir nos coloca ante pruebas, aliados, enemigos, obstáculos y también elixires que vienen en forma de conocimiento y experiencias que nos cambian la vida. Con esa premisa en mente me embarqué en crear un taller junto a una gran amiga, al que llamamos Libera tus emociones y que recién comenzó el sábado pasado, donde exploraremos las emociones más profundas que nos configuran y las canalizaremos de forma creativa.
Me parece que uno de los grandes retos que nos plantea la vida es la decisión de seguir o no aquello que más anhelamos, esa pasión de vida que nos mueve y que se transforma en una llama en nuestro interior. Tomar la decisión de perseguir un sueño, un anhelo, viene de la mano de una serie de obstáculos y situaciones que sortear, hacer lo que una más quiere no resulta fácil, aunque sí lo más satisfactorio en mi forma de entender el mundo.
¿Somos entonces la heroína de nuestra propia historia? Creo que sí, que no necesitamos ser parte de un mundo fantástico para asumirnos como protagonista de un viaje que comenzó el día que nacimos y que acaba hasta el día en que moriremos. Pensando en los doce pasos que componen la estructura del viaje del héroe / de la heroína, encuentro correlación entre la mayoría de ellos con situaciones de la vida cotidiana. Desgranaré algunos para ustedes, relacionándolos con mi propia experiencia.

Para mí el Llamado a la aventura se presentó cuando tuve la oportunidad de dedicarme de lleno al campo de las letras y me fui a vivir a Ciudad de México. Ahí inició un capítulo intenso que ya lleva cuatro años acumulando páginas y experiencias. En cuanto al Encuentro con el mentor/a, puedo identificarlo con el aprendizaje que obtuve durante mi experiencia en un periódico, con una editora que me compartió mucho conocimiento y de la que aprendí bastante sobre el mundo de las publicaciones en línea. En el apartado Pruebas, aliados y enemigos hay toda una serie de situaciones y obstáculos que Víctor y yo sorteamos durante estos años, pasando por la búsqueda de una vivienda propia, varias mudanzas en la ciudad, encontrar un empleo que nos satisficiera a ambos, desencuentros con personas de nuestro entorno, encuentros con amistades valiosas y también mucho aprendizaje de por medio. No sé si ya llegó La gran prueba, creo que todavía no, aunque me siento preparada para afrontar nuevos retos, que ahora se dibujan distintos con todo lo sucedido con la pandemia.
Lo que quisiera dejar plasmado por hoy es una invitación a que escuchemos a nuestros más profundos deseos y que, aunque parezca difícil, seamos valientes para seguirlos, a donde quiera que nos lleven; que seamos capaces de reconocernos fuertes, tenaces y apasionadas. Vivir es una aventura que puede ser, en la medida de cada quien, una historia heroica que cuente con nosotras mismas como protagonistas del único paso que tendremos por esta experiencia terrenal.
Deseo que todas encontremos nuestro propio elixir, de la forma en la que cada una lo sueña, y podamos llegar al final del camino con el corazón lleno de satisfacciones y triunfos.
Imagen de portada: Vivir Agradecidos.
Inés M. Michel.
T: @inesmmichel / I: @inmichel
T: @CuerdasIgneas / FB: Cuerdas Ígneas
cuerdasigneas@gmail.com

Me gustó mucho Inés. Al final, lo de escuchar a nuestros deseos lo disiento. La narrativa es medio psicoanalista y pienso que presentaste una perspectiva superficial. Me dejaste con la idea y no lo desarrollaste. Pero aún así es muy bueno tu texto. Saludos.
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Hola, Flavio. Gracias por tu comentario, sin duda este apenas es un asomo a una serie de reflexiones que dan para más. Justo me encuentro en medio de un taller con el tema y quizá más adelante puedo brindar una perspectiva más amplia.
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