ESPECIAL | ¿Cómo devenir maestro?

¿Cómo devenir maestro (en/de la vida) y no quedar-se siendo discípulo?

“Mal se retribuye a un maestro, cuando

se permanece siempre su discípulo”.

Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra. Un libro para todos

y para nadie (De la virtud que hace regalos).

“El buen maestro imparte una explicación satisfactoria;

el gran maestro […] produce inquietud, transmite intranquilidad, invita a pensar”.

R. Sennet.

“Acaso la relación pedagógica tenga que ver, entonces,

con cierta clase de mediación del deseo, por decirlo con René Girard”.

Fernando Bárcena Orbe.

Quiero ocuparme, de manera muy sintética,  de la compleja y fascinante relación maestro-discípulo en los tiempos actuales, en los que de algún modo se pretende -por parte del discurso dominante- que dichas figuras sean, ya, símbolos del pasado; que siempre es ya muerto según ese mismo discurso.

Y para hacerlo quiero apoyarme en un filósofo bastante singular, Friedrich Nietzsche, para quien la relación del que enseña con el que aprende es, como todas las relaciones humanas, del orden de la superación.

En pocas palabras, para que la ligazón entre docente y alumno sea promovente, el aprendiz tiene que devenir otro, es decir, tiene que llegar a ser mentor, dejando de ese modo al docente, para así seguir su propio camino. De hecho, cada uno tiene que seguir su propio sendero.

Estamos, pues, ante una peculiar relación dialéctica, en la que las formas no pueden permanecer inmóviles, sino que tienen que superarse, para que, de esa manera, cada figura devenga lo que tiene que llegar a ser. 

Considerando esta dialéctica, lo más radical del discurso pedagógico neoliberal es considerar al maestro como un mero prestador de servicios (laboralmente hablando) y transmisor de datos, si acaso, para que el educando no sea otra cosa que un asimilador de información. Aunque se hable de calidad educativa.

Con este modelo se quiere romper la relación dialéctica entre maestro y discípulo que tiene, como Platón nos lo enseña, sobre todo en El banquete o del amor, un sustento erótico.

En un momento en el que, es más que indispensable transformar las instituciones educativas, la universidad entre ellas, para que sigan creando comunidad y no meramente ganancias, tenemos que regresar a los fundamentos de la relación maestro/alumno, para acentuar su dialéctica y no para abandonarla y se inserte, la enseñanza, en la mera lógica mercantil.

Esto es lo que quiere el neoliberalismo.

Será de este modo, rescatando y renovando esa peculiar dialéctica, como se superará la actual crisis de la enseñanza, en todos los niveles, incluyendo el universitario.

crisis de la enseñanza
Ilustración: Raco.cat.

Se trata, por tanto, de restituir su base erótica a la relación misma del saber en tanto éste se construye comunitariamente, mediante lazos amorosos y amistosos, no mercantiles y de mero intercambio curricular.

Y Nietzsche, pero no sin Marx y sin Freud… puede ser un excelente apoyo filosófico. Junto con otras y otros.

Vayamos, pues, a su rescate y renovación pedagógica.

Es más que indispensable.

La apuesta no tiene que ser “producir” “alumnos funcionales” o “emprendedores de sí mismos” (Fernando Bárcena Orbe) sino, más bien, como clásicamente se ha hecho, formar personas creadoras y humanas, preocupadas y ocupadas por los saberes que colectivamente se necesitan y que solamente se pueden crear en comunidad.

He aquí, pues, mi punto de vista y mi posicionamiento ante la singular relación entre maestros y alumnos. Y claro, maestras y alumnas y todas sus posibilidades.

Quise hacerlo para, de este modo, conmemorar, muy a mi manera, los 44 años que cumplo, este año, de docente. Habiendo ingresado a la Universidad de Guadalajara, específicamente a la gloriosa Escuela Preparatoria de Jalisco, allá por 1978.

Y también para honrar este 15 de mayo, que es el día del maestro, en México. Y que para mí es una fecha de lucha y resistencia y de no de ir a comer y “convivir” (enajenadamente), que es a lo que quieren reducir el día del maestro.

Quiero recordarme y recordarles, que antes escribí algunas cartas dirigidas a las autoridades universitarias y extrauniversitarias; misivas que siempre encontraron oídos sordos, por lo que nunca hubo respuestas a mis inquietudes, de tipo político y también universitario; nunca personales, aclaro.

Leer aquí: Carta con motivo del Día del Maestro 2020

En cambio, lo sé, dichas cartas sí fueron escuchadas por más de algún o alguna colega; así me lo manifestaron en los pasillos.

Hoy, cuando mi cuerpo me indica el declinar de la vida, de mi vida, misma que he dedicado a la enseñanza, no quise dejar de hacer esta reflexión; pues seguimos viviendo los mismos tiempos en que -todavía- quieren seguir matando la relación maestro-alumno, en tanto el sostén principal de una enseñanza viva.

De ahí la importancia de detenerse en los pormenores de la anatomía de esta relación, como muy bien lo hace Fernando Bárcena Orbe en un texto (Maestros y discípulos. Anatomía de una relación, Teoría de la educación Vol. 30 Núm. 2, 2018) del que he tomado más de una idea que he complementado, por supuesto, con mi experiencia propia y las luchas que me ha tocado dar.

He aquí, pues, lo que este 15 de mayo, Día del maestro y maestra, tenía que decir.

Felicidades a todas y todos los docentes de México y del mundo.

J. Ignacio Mancilla.

Guadalajara Jalisco, colonia Morelos, a 15 de mayo de 2022.   


Imagen de portada: Ilustración de Edgar Vasques, colección de Tarjetas Pedagógicas producidas para conmemorar el centenario de Paulo Freire / Bloghemia.

3 comentarios sobre “ESPECIAL | ¿Cómo devenir maestro?

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